07 de febrero de 2012 •
El uso de armas energéticas dirigidas que emplean ondas para causar dolor y el uso de la estimulación eléctrica cerebral para mejorar la capacidad de combate de un soldado pueden sonar a una guerra de ciencia ficción, pero los expertos señalan que los avances en neurociencia apuntan a ese horizonte. El rápido progreso en la capacidad de mapear la actividad cerebral y manipular sus respuestas con estimulantes podría cambiar la cara de la guerra, dijo el martes un panel de expertos. Los científicos, que analizaron el alcance de la neurociencia en los conflictos militares futuros, dijeron que los investigadores en la vanguardia de la ciencia médica deberían recordar que su trabajo podría tener otros usos, más dañinos.
"Sabemos que la investigación en neurociencia tiene el potencial de generar gran beneficio social; los investigadores están cada vez más cerca de hallar tratamientos efectivos para enfermedades y trastornos como el Parkinson, la depresión, la esquizofrenia, la epilepsia y las adicciones", dijo Rod Flower, quien dirigió el panel. "No obstante, la comprensión del cerebro y la conducta humana, junto con desarrollos en la administración de fármacos, también revelan formas de degradar el desempeño que podrían ser usadas como nuevas armas", agregó Flower, profesor de farmacología bioquímica de la Queen Mary University of London. El informe, publicado por la academia nacional de ciencia del Reino Unido, la Royal Society, fue escrito por expertos en neurociencia, seguridad internacional, psicología y ética. El texto divide el tema de la neurociencia ligada a los conflictos y la seguridad en dos áreas principales: el potencial para fortalecer el desempeño de las fuerzas militares y el potencial para degradar o disminuir el desempeño del enemigo.
En cuanto al fortalecimiento del desempeño, el reporte apuntó a avances en tecnologías de interface neural que podrían permitir que máquinas como los aviones de comando a distancia sean controladas directamente con el cerebro humano, y a avances en las imágenes neurológicas que podrían ayudar a los jefes militares a detectar reclutas con atributos particulares. "Hay también grandes investigaciones sobre fármacos para mejorar el estado de alerta, la atención y la memoria del personal militar mientras está en el campo", señala el informe. Los expertos dijeron que a los comandantes militares les interesa la idea de poder identificar habilidades relevantes para una tarea en particular.
Mientras que una persona sería excelente en la detección de blancos en un ambiente complejo, dijeron, otra podría ser genial en la toma de decisiones bajo presión, y los avances en las imágenes neurológicas y las técnicas de estimulación cerebral podrían detectar estas diferencias durante el reclutamiento. Irene Tracey, experta en imágenes cerebrales de la Oxford University y una de las autoras del informe, dijo que la mayoría de las aplicaciones de la tecnología de interface neural, como las prótesis e implantes cerebrales, han estado disponibles hasta ahora sólo en estadios de ensayo y fundamentalmente en la medicina, sobre todo para rehabilitación de personas con extremidades protésicas. "Uno puede imaginar cómo pueden usarla los militares, tanto para la rehabilitación de soldados como para el control remoto de dispositivos", dijo la experta en una conferencia en Londres. "Parte de esto son cosas imaginarias en este momento, pero la velocidad a la que las tecnologías tienden a desarrollarse (...) siempre es alarmantemente rápida", agregó.
MENTE Y MÁQUINA
El uso de armas energéticas dirigidas que emplean ondas para causar dolor y el uso de la estimulación eléctrica cerebral para mejorar la capacidad de combate de un soldado pueden sonar a una guerra de ciencia ficción, pero los expertos señalan que los avances en neurociencia apuntan a ese horizonte. El rápido progreso en la capacidad de mapear la actividad cerebral y manipular sus respuestas con estimulantes podría cambiar la cara de la guerra, dijo el martes un panel de expertos. Los científicos, que analizaron el alcance de la neurociencia en los conflictos militares futuros, dijeron que los investigadores en la vanguardia de la ciencia médica deberían recordar que su trabajo podría tener otros usos, más dañinos.
"Sabemos que la investigación en neurociencia tiene el potencial de generar gran beneficio social; los investigadores están cada vez más cerca de hallar tratamientos efectivos para enfermedades y trastornos como el Parkinson, la depresión, la esquizofrenia, la epilepsia y las adicciones", dijo Rod Flower, quien dirigió el panel. "No obstante, la comprensión del cerebro y la conducta humana, junto con desarrollos en la administración de fármacos, también revelan formas de degradar el desempeño que podrían ser usadas como nuevas armas", agregó Flower, profesor de farmacología bioquímica de la Queen Mary University of London. El informe, publicado por la academia nacional de ciencia del Reino Unido, la Royal Society, fue escrito por expertos en neurociencia, seguridad internacional, psicología y ética. El texto divide el tema de la neurociencia ligada a los conflictos y la seguridad en dos áreas principales: el potencial para fortalecer el desempeño de las fuerzas militares y el potencial para degradar o disminuir el desempeño del enemigo.
En cuanto al fortalecimiento del desempeño, el reporte apuntó a avances en tecnologías de interface neural que podrían permitir que máquinas como los aviones de comando a distancia sean controladas directamente con el cerebro humano, y a avances en las imágenes neurológicas que podrían ayudar a los jefes militares a detectar reclutas con atributos particulares. "Hay también grandes investigaciones sobre fármacos para mejorar el estado de alerta, la atención y la memoria del personal militar mientras está en el campo", señala el informe. Los expertos dijeron que a los comandantes militares les interesa la idea de poder identificar habilidades relevantes para una tarea en particular.
Mientras que una persona sería excelente en la detección de blancos en un ambiente complejo, dijeron, otra podría ser genial en la toma de decisiones bajo presión, y los avances en las imágenes neurológicas y las técnicas de estimulación cerebral podrían detectar estas diferencias durante el reclutamiento. Irene Tracey, experta en imágenes cerebrales de la Oxford University y una de las autoras del informe, dijo que la mayoría de las aplicaciones de la tecnología de interface neural, como las prótesis e implantes cerebrales, han estado disponibles hasta ahora sólo en estadios de ensayo y fundamentalmente en la medicina, sobre todo para rehabilitación de personas con extremidades protésicas. "Uno puede imaginar cómo pueden usarla los militares, tanto para la rehabilitación de soldados como para el control remoto de dispositivos", dijo la experta en una conferencia en Londres. "Parte de esto son cosas imaginarias en este momento, pero la velocidad a la que las tecnologías tienden a desarrollarse (...) siempre es alarmantemente rápida", agregó.
MENTE Y MÁQUINA