Olvídense de Peña Nieto por un rato, la verdadera batalla en los próximos tres meses será entre Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota. Es allí donde podría definirse el resultado de las próximas elecciones presidenciales. O, dicho de otra manera, el triunfo o la derrota de Peña podría depender de la manera en que se resuelva la confrontación entre el perredista y la panista.
¿Por qué? Básicamente porque la victoria del mexiquense está asegurada si el voto no priísta y antipriísta se divide más o menos parejo entre el segundo y tercer lugar, es decir, entre el PAN y el PRD (o viceversa). Si Josefina y Andrés Manuel llegan más o menos empatados a las elecciones, lo más probable es que obtengan ambos veintitantos por ciento. Un 28 y 24 de cada uno, por ejemplo, permitiría a Peña Nieto fácilmente alcanzar un holgado 40 y tantos por ciento.