"Los siniestros bancos que financian la fabricación de bombas nucleares: ¡US $100,000 millones al año!"
La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) publicó (26.2.12) un estrujante reporte de 180 páginas sobre la financiación global de las bombas atómicas y su siniestro “lobby nuclear”.
“NO FINANCIES LA BOMBA” (www.dontbankonthebomb.com) desnuda a más de 300 bancos, fondos de pensiones y “aseguradoras (sic)” de 30 países que han invertido en las empresas productoras de armas nucleares y a las 20 empresas involucradas en su manufactura, mantenimiento y modernización en EU, Gran Bretaña (GB), Francia e India. El Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu (DT) —arzobispo anglicano de raza negra, oriundo de Sudáfrica— se encarga del prólogo y exhorta a las instituciones financieras a “realizar lo correcto y ayudar, en lugar de impedir, los esfuerzos de evitar la incineración radiactiva”. ¿Le harán caso a DT las “instituciones financieras”, quienes descuelgan colosales ganancias al año? DT aduce que la “desinversión” fue una parte vital para la campaña exitosa que finiquitó el Apartheid en Sudáfrica. A propósito, Sudáfrica es el único país del mundo que en forma voluntaria se ha desprendido de sus 6 bombas nucleares: fabricadas por el racismo blanco en colusión con el financierismo sionista Lázaro, quien también invirtió en el pletórico arsenal de Israel, una teocracia racista que posee un máximo de 400 bombas atómicas en la clandestinidad.
La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) publicó (26.2.12) un estrujante reporte de 180 páginas sobre la financiación global de las bombas atómicas y su siniestro “lobby nuclear”.
“NO FINANCIES LA BOMBA” (www.dontbankonthebomb.com) desnuda a más de 300 bancos, fondos de pensiones y “aseguradoras (sic)” de 30 países que han invertido en las empresas productoras de armas nucleares y a las 20 empresas involucradas en su manufactura, mantenimiento y modernización en EU, Gran Bretaña (GB), Francia e India. El Premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu (DT) —arzobispo anglicano de raza negra, oriundo de Sudáfrica— se encarga del prólogo y exhorta a las instituciones financieras a “realizar lo correcto y ayudar, en lugar de impedir, los esfuerzos de evitar la incineración radiactiva”. ¿Le harán caso a DT las “instituciones financieras”, quienes descuelgan colosales ganancias al año? DT aduce que la “desinversión” fue una parte vital para la campaña exitosa que finiquitó el Apartheid en Sudáfrica. A propósito, Sudáfrica es el único país del mundo que en forma voluntaria se ha desprendido de sus 6 bombas nucleares: fabricadas por el racismo blanco en colusión con el financierismo sionista Lázaro, quien también invirtió en el pletórico arsenal de Israel, una teocracia racista que posee un máximo de 400 bombas atómicas en la clandestinidad.