Todo parece indicar que finalmente no se cumplirá la amenaza de ruptura de la coalición PRI-PAN que se vislumbraba al principio del proceso electoral. Desde la reunión privada que sostuvieron Felipe Calderón y Pedro Joaquín Coldwell en Los Pinos el 27 de febrero, ha habido un reapprochment entre estos dos partidos que se han repartido el poder federal desde 1988. Cada día resulta más evidente que la campaña de Josefina Vásquez Mota existe más para negociar posiciones e impunidades con el PRI que para conquistar la silla presidencial. Calderón, por su parte, parece más preocupado por su legado histórico y su futuro personal que por la continuidad del PAN en el poder o por honrar la memoria de su padre.
Hasta hace mes y medio sonaban los tambores de guerra. Parecía que el PAN y el gobierno federal se preparaban para combatir con todo el regreso de los dinosaurios al trono. La PGR abrió expedientes contra ex gobernadores tanto en Tamaulipas como en Coahuila. El sorpresivo relevo en la Fepade aparentemente tenía el fin de golpear mejor al adversario.
Hasta hace mes y medio sonaban los tambores de guerra. Parecía que el PAN y el gobierno federal se preparaban para combatir con todo el regreso de los dinosaurios al trono. La PGR abrió expedientes contra ex gobernadores tanto en Tamaulipas como en Coahuila. El sorpresivo relevo en la Fepade aparentemente tenía el fin de golpear mejor al adversario.