Bajo la Lupa
Promoción del voto en favor del presidente demócrata Barack Obama, en Orlando, FloridaFoto Ap
Con devastadores datos –la peor recesión desde 1929 (legada por Baby Bush); desempleo de 7.9 por ciento; el galón de gasolina a 3.50 dólares; el fiasco de Bengasi, y la tormenta Sandy– cuando una sola de estas calamidades hubiera sido suficiente para descarrilar a cualquier candidato, ha sido un aparente milagro la relección de Obama, si no se consideran los datos estructurales: la irreversible cuan irresistible demografía latina que preocupó al racista mexicanófobo y cantautor de la supremacía blanco-protestante anglosajona (WASP, por sus siglas en inglés) Samuel Huntington en su libro ¿Quiénes somos?, por encima de los datos coyunturales, desde luego, nada desdeñables y que por su emotividad suelen a veces decidir una elección.