El presidente ruso Vladimir Putin, que inicia un nuevo periodo en el encargo Foto Reuters
La cuarta ronda del Dialogo Estratégico y Económico (DEE) en Pekín entre Estados Unidos y China, la cumbre bilateral más importante del mundo, obtuvo resultados significativos (China Economic Net, 5/5/12), lo cual marca una notable distensión después de su abrupto deterioro.
Los multimedia estatales chinos han dado más vuelo al éxito del DEE que la prensa de Estados Unidos, que ha enmudecido.
Se han escenificado tres sucesos significativos de la reciente distensión: 1) el tercer periodo presidencial de Vlady Putin, que la prensa china considera favorable, ya que menguará la presión de Estados Unidos a China (Global Times, 13/5/12), cuando ha llamado la atención la ausencia del zar ruso a la cumbre del G-8 que, a mi juicio, es enterrado en su formato inoperante en favor del G-20, más híbridamente multipolar; 2) anuncio del plan de un tratado de libre comercio entre las tres mayores potencias geoeconómicas del noreste asiático: China, Japón y Corea del Sur (Xinhua, 13/5/12), y 3) la concomitante y extraña revelación del dalai lama sobre una conspiración para asesinarlo (Global Times, 13/5/12). ¿Será capaz Estados Unidos de vender al dalai lama por un renminbi cuando lo que menos le conviene a China es su homicidio descarado?
La cuarta ronda del Dialogo Estratégico y Económico (DEE) en Pekín entre Estados Unidos y China, la cumbre bilateral más importante del mundo, obtuvo resultados significativos (China Economic Net, 5/5/12), lo cual marca una notable distensión después de su abrupto deterioro.
Los multimedia estatales chinos han dado más vuelo al éxito del DEE que la prensa de Estados Unidos, que ha enmudecido.
Se han escenificado tres sucesos significativos de la reciente distensión: 1) el tercer periodo presidencial de Vlady Putin, que la prensa china considera favorable, ya que menguará la presión de Estados Unidos a China (Global Times, 13/5/12), cuando ha llamado la atención la ausencia del zar ruso a la cumbre del G-8 que, a mi juicio, es enterrado en su formato inoperante en favor del G-20, más híbridamente multipolar; 2) anuncio del plan de un tratado de libre comercio entre las tres mayores potencias geoeconómicas del noreste asiático: China, Japón y Corea del Sur (Xinhua, 13/5/12), y 3) la concomitante y extraña revelación del dalai lama sobre una conspiración para asesinarlo (Global Times, 13/5/12). ¿Será capaz Estados Unidos de vender al dalai lama por un renminbi cuando lo que menos le conviene a China es su homicidio descarado?