Ante el escándalo desatado por las declaraciones de los abogados de Zhenli Ye Gon de que parte de los 205 millones de dólares encontrados en una casa de Las Lomas, hacia finales del pasado mes de marzo, fueron entregados a éste para ser guardados, ya que iban a ser utilizados por Calderón y su llamado "cuarto de guerra" durante la campaña presidencial, y con el clima de terror propiciado por las increíbles declaraciones del gobierno en torno a los actos de sabotaje llevados a cabo por el EPR a diversas instalaciones de Petróleos Mexicanos, la Cámara de Diputados ha iniciado formalmente el análisis de la reforma hacendaria presentada por Agustín Carstens y su equipo económico. De esta manera y aún sin que la Secretaria de Hacienda y el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes Asegurados (SAE) hayan podido dar a la fecha una explicación sensata, lógica y jurídicamente aceptable sobre las razones que los llevaron a sacar el dinero decomisado fuera del país para depositarlo en el Bank of America, los diputados ya discuten una reforma hacendaria o fiscal, que sólo busca la creación de nuevos impuestos que tendrán que ser pagados primordialmente por los asalariados, las personas físicas de ingresos bajos y medios y por las pequeñas y medianas empresas.
Así pues, los legisladores han olvidado investigar todos los desfalcos del pasado, que son la verdadera razón, de que ahora las finanzas públicas requieran urgentemente de ingresos. Temas como el Fobaproa, el rescate carretero, los Pidiregas, las operaciones ilegales de los hermanos Bribiesca, Isosa, las observaciones no solventadas de la Auditoría Superior de la Federación, la fallida expropiación de los ingenios, las pensiones de los ex presidentes, las prebendas y elevados salarios de los funcionarios públicos de alto nivel, el destino de miles de millones de pesos en excedentes petroleros, se han reducido a ser expedientes del pasado, o bien simplemente cuentos chinos de las personas que buscan desestabilizar al régimen. Lo que es un hecho, es que de ser aprobada la reforma fiscal, que tan amablemente han aceptado discutir los legisladores, las personas que perciban ingresos de entre 3 mil y 35 mil pesos mensuales, ya sea por salarios o por honorarios, verán incrementada su carga fiscal, es decir, pagarán más impuestos. Para las pequeñas y medianas empresas, la situación será exactamente la misma, ya que al no poder incluir los salarios y las prestaciones sociales como parte de sus gastos; es decir, al no poder hacer deducibles estas erogaciones, tendrán que despedir a la secretaria y adquirir una contestadota telefónica que sí es deducible, o bien pagar más impuestos.
Pero también los sindicatos se verán afectados, ya que en la propuesta enviada por Calderón y Carstens, la contribución o "cuota social" que muchas empresas aportan para su sindicato, tampoco será deducible, por lo que es muy probable que ya no se entregue. También pagarán más impuestos los pequeños campesinos y productores rurales que tendrán que contribuir con más, al desaparecer para ellos el llamado "régimen simplificado". Todos los demás que no hayan caído en este recuento, también pagarán más impuestos, ya que la propuesta que se ha empezado a discutir, establece la posibilidad de que las entidades federativas apliquen un impuesto adicional a diversos productos, entre ellos, a la gasolina, lo que definitivamente será pagado por todos, directa e indirectamente. Por ello, la reforma fiscal parece tener como principio un lema muy parecido a un cuento chino que escuchamos hace poco, "tu copelas o cuello".
mariodc50@yahoo.com
Así pues, los legisladores han olvidado investigar todos los desfalcos del pasado, que son la verdadera razón, de que ahora las finanzas públicas requieran urgentemente de ingresos. Temas como el Fobaproa, el rescate carretero, los Pidiregas, las operaciones ilegales de los hermanos Bribiesca, Isosa, las observaciones no solventadas de la Auditoría Superior de la Federación, la fallida expropiación de los ingenios, las pensiones de los ex presidentes, las prebendas y elevados salarios de los funcionarios públicos de alto nivel, el destino de miles de millones de pesos en excedentes petroleros, se han reducido a ser expedientes del pasado, o bien simplemente cuentos chinos de las personas que buscan desestabilizar al régimen. Lo que es un hecho, es que de ser aprobada la reforma fiscal, que tan amablemente han aceptado discutir los legisladores, las personas que perciban ingresos de entre 3 mil y 35 mil pesos mensuales, ya sea por salarios o por honorarios, verán incrementada su carga fiscal, es decir, pagarán más impuestos. Para las pequeñas y medianas empresas, la situación será exactamente la misma, ya que al no poder incluir los salarios y las prestaciones sociales como parte de sus gastos; es decir, al no poder hacer deducibles estas erogaciones, tendrán que despedir a la secretaria y adquirir una contestadota telefónica que sí es deducible, o bien pagar más impuestos.
Pero también los sindicatos se verán afectados, ya que en la propuesta enviada por Calderón y Carstens, la contribución o "cuota social" que muchas empresas aportan para su sindicato, tampoco será deducible, por lo que es muy probable que ya no se entregue. También pagarán más impuestos los pequeños campesinos y productores rurales que tendrán que contribuir con más, al desaparecer para ellos el llamado "régimen simplificado". Todos los demás que no hayan caído en este recuento, también pagarán más impuestos, ya que la propuesta que se ha empezado a discutir, establece la posibilidad de que las entidades federativas apliquen un impuesto adicional a diversos productos, entre ellos, a la gasolina, lo que definitivamente será pagado por todos, directa e indirectamente. Por ello, la reforma fiscal parece tener como principio un lema muy parecido a un cuento chino que escuchamos hace poco, "tu copelas o cuello".
mariodc50@yahoo.com
Kikka Roja
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentarios. HOLA! deja tu mensaje ...