- El trío Gamboa-Beltrones-Labastida no representa al PRI
- Exige Bartlett a Calderón abrir cartas sobre Pemex
- Brutal, que se quiera vender; es la empresa que más aporta, dice Ríos Camarena
- Evitaremos otro robo a la nación: PRD
Roberto Garduño
El priísta Manuel Bartlett (centro) y Javier González Garza, coordinador de la fracción perredista en San Lázaro, conversan durante el foro sobre la reforma energética realizado ayer en la Cámara de Diputados El priísta Manuel Bartlett (centro) y Javier González Garza, coordinador de la fracción perredista en San Lázaro, conversan durante el foro sobre la reforma energética realizado ayer en la Cámara de Diputados Foto: Francisco Olvera
El tema de la reforma energética divide cada día más a las distintas corrientes de opinión integradas en el PRI. La factible privatización de áreas sustantivas en Petróleos Mexicanos (Pemex) ha originado una corriente que abiertamente se opone a la participación de capitales privados en la paraestatal. Mientras Emilio Gamboa, coordinador de la fracción priísta en la Cámara de Diputados, considera las denuncias contra la privatización como un debate inexistente, un grupo de sus correligionarios exigió a la administración de Felipe Calderón que abra sus cartas y manifieste si transitará por la venta de los recursos naturales. Al participar en un foro convocado por el PRD, el priísta Manuel Bartlett ironizó en torno al gobierno federal: “necesitamos que Calderón, o como se le quiera llamar en esta mesa, presente su proyecto. Es indispensable que se abran las cartas (…) el gobierno panista ha estado haciendo una campaña permanentemente orquestada en los medios de comunicación para debilitar a la oposición”.
También la emprendió contra tres figuras priístas en el Congreso: Francisco Labastida, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, a quienes llamó despectivamente “el trío” que no representa al PRI; “en nuestro partido hay una base de patriotas que se opondrá a la venta de los recursos naturales”. Bartlett ofreció una visión distinta a la de Cuauhtémoc Cárdenas en el terreno de la autonomía de gestión de Pemex, porque mientras el perredista pretende la integración de un consejo técnico especializado que conduzca a la petrolera, él establece que la citada autonomía no debe implicar que la empresa sea conducida por un grupo de notables; su dirección debe apegarse a los lineamientos de la Cámara de Diputados y de la Auditoría Superior de la Federación. Asimismo, Alfredo Ríos Camarena, representante priísta en San Lázaro, anunció la creación de un frente integrado por diputados de todas las fracciones en defensa de los intereses nacionales y energéticos: “no queremos que se privatice; no queremos que se oculten leyes secundarias de esa privatización. No queremos que ocurra, aunque ya está sucediendo en el caso eléctrico, con los contratos para cogeneración. Es una paradoja brutal que siendo la empresa petrolera la que más produce riqueza en el país, se diga que no tiene dinero, y ahora se pretenda privatizar”.
En ese tono, José Murat, ex gobernador de Oaxaca, denunció que el gobierno federal ha ordenado un cerco informativo contra los opositores a la privatización. No obstante, se sumó a la postura de Bartlett con objeto de abrir el debate por medio de una propuesta del gobierno federal. “Hay una política muy clara para deteriorar Pemex. Queremos dejar claro que no nos cerramos, al contrario, estamos deseosos de conocer las propuestas del gobierno y del PAN para discutirlas y analizarlas, y a partir de ello dar el paso hacia un Pemex moderno que sea palanca de desarrollo para el pueblo de México”. Por el contrario, Gamboa Patrón respondió lacónico a las preguntas de los reporteros referentes a si ya conoce un proyecto de dictamen de reforma energética o, por lo menos, el diagnóstico gubernamental sobre el sector: “si no hay un documento, ¿cómo podemos hablar de reforma energética?” –evadió.
–¿No se lo ha pasado Héctor Larios?
–No hay documento.
–Los panistas insisten en que usted ya conoce el documento.
–Sí, pero no nos han pasado nada.
–¿Ni diagnóstico ni nada?
–Cero. No tenemos ningún documento, no tenemos nada de qué hablar.
–¿Entonces, hay un debate estéril, como manifiesta Cuauhtémoc Cárdenas?
–Lo que hay es un debate sin fundamento, esa es la verdad (…). Lo que sí está claro, y lo puedo afirmar, es que el PRI no tiene documento alguno; no tenemos posición ni nada qué discutir, porque no hay propuesta al respecto.
Durante la mesa de discusión sobre el sector energético, Javier González Garza, coordinador de la fracción perredista, sostuvo que a su partido “no le interesa entrar en un proceso de violencia. Queremos evitar, y para lograrlo, en el PRD y en el FAP tenemos la decisión de hacer lo necesario para evitar otro robo a la nación. Para nosotros, el asunto del sector energético, no sólo Pemex, es una frontera. No vamos a permitir su privatización, pero estamos en la mejor disposición de discutir”. Su compañero, Alejandro Sánchez Camacho, quien organizó el foro, advirtió sobre “la trampa” del PAN y del PRI, que pretenden llevar la discusión a los espacios parlamentarios: “Ahí nos dejan desahogarnos, hay una aparente discusión-debate, y a fin de cuentas atropellan los procesos, violando la ley para adaptarla a sus intereses”. La posición perredista fue desglosada por Juan Guerra Ochoa, quien rechazó el innecesario proceso de privatización de la paraestatal, porque “lo que hace falta es la nacionalización del gobierno. Hoy la desgracia es que pregona que la inversión extranjera es mejor que la nacional; hay un desprecio a lo del país, hay una actitud malinchista que tiene que ver fundamentalmente con la defensa de intereses espurios”.
Durante su participación, el ingeniero Francisco Garicochea comentó que no existe razón, mucho menos justificación alguna, para explorar en aguas profundas, porque antes el gobierno de Calderón debe explicar cuáles son las estimaciones y prospectivas de los recursos petroleros que se tienen en tierra, en el litoral y en aguas someras. Consideró falacia que el país tenga una reserva probada que daría para producir durante los próximos nueve años, porque la relación existente entre reservas probadas, probables y posibles nos lleva a la cifra de más de 30 años de petróleo para México. El doctor Víctor Rodríguez Padilla, posgraduado de la Universidad de Francia y especialista en materia energética, también argumentó que las compañías extranjeras no se conforman con poco, “lo quieren todo, porque su objetivo se fundamenta en la maximización de sus utilidades”.
El tema de la reforma energética divide cada día más a las distintas corrientes de opinión integradas en el PRI. La factible privatización de áreas sustantivas en Petróleos Mexicanos (Pemex) ha originado una corriente que abiertamente se opone a la participación de capitales privados en la paraestatal. Mientras Emilio Gamboa, coordinador de la fracción priísta en la Cámara de Diputados, considera las denuncias contra la privatización como un debate inexistente, un grupo de sus correligionarios exigió a la administración de Felipe Calderón que abra sus cartas y manifieste si transitará por la venta de los recursos naturales. Al participar en un foro convocado por el PRD, el priísta Manuel Bartlett ironizó en torno al gobierno federal: “necesitamos que Calderón, o como se le quiera llamar en esta mesa, presente su proyecto. Es indispensable que se abran las cartas (…) el gobierno panista ha estado haciendo una campaña permanentemente orquestada en los medios de comunicación para debilitar a la oposición”.
También la emprendió contra tres figuras priístas en el Congreso: Francisco Labastida, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, a quienes llamó despectivamente “el trío” que no representa al PRI; “en nuestro partido hay una base de patriotas que se opondrá a la venta de los recursos naturales”. Bartlett ofreció una visión distinta a la de Cuauhtémoc Cárdenas en el terreno de la autonomía de gestión de Pemex, porque mientras el perredista pretende la integración de un consejo técnico especializado que conduzca a la petrolera, él establece que la citada autonomía no debe implicar que la empresa sea conducida por un grupo de notables; su dirección debe apegarse a los lineamientos de la Cámara de Diputados y de la Auditoría Superior de la Federación. Asimismo, Alfredo Ríos Camarena, representante priísta en San Lázaro, anunció la creación de un frente integrado por diputados de todas las fracciones en defensa de los intereses nacionales y energéticos: “no queremos que se privatice; no queremos que se oculten leyes secundarias de esa privatización. No queremos que ocurra, aunque ya está sucediendo en el caso eléctrico, con los contratos para cogeneración. Es una paradoja brutal que siendo la empresa petrolera la que más produce riqueza en el país, se diga que no tiene dinero, y ahora se pretenda privatizar”.
En ese tono, José Murat, ex gobernador de Oaxaca, denunció que el gobierno federal ha ordenado un cerco informativo contra los opositores a la privatización. No obstante, se sumó a la postura de Bartlett con objeto de abrir el debate por medio de una propuesta del gobierno federal. “Hay una política muy clara para deteriorar Pemex. Queremos dejar claro que no nos cerramos, al contrario, estamos deseosos de conocer las propuestas del gobierno y del PAN para discutirlas y analizarlas, y a partir de ello dar el paso hacia un Pemex moderno que sea palanca de desarrollo para el pueblo de México”. Por el contrario, Gamboa Patrón respondió lacónico a las preguntas de los reporteros referentes a si ya conoce un proyecto de dictamen de reforma energética o, por lo menos, el diagnóstico gubernamental sobre el sector: “si no hay un documento, ¿cómo podemos hablar de reforma energética?” –evadió.
–¿No se lo ha pasado Héctor Larios?
–No hay documento.
–Los panistas insisten en que usted ya conoce el documento.
–Sí, pero no nos han pasado nada.
–¿Ni diagnóstico ni nada?
–Cero. No tenemos ningún documento, no tenemos nada de qué hablar.
–¿Entonces, hay un debate estéril, como manifiesta Cuauhtémoc Cárdenas?
–Lo que hay es un debate sin fundamento, esa es la verdad (…). Lo que sí está claro, y lo puedo afirmar, es que el PRI no tiene documento alguno; no tenemos posición ni nada qué discutir, porque no hay propuesta al respecto.
Durante la mesa de discusión sobre el sector energético, Javier González Garza, coordinador de la fracción perredista, sostuvo que a su partido “no le interesa entrar en un proceso de violencia. Queremos evitar, y para lograrlo, en el PRD y en el FAP tenemos la decisión de hacer lo necesario para evitar otro robo a la nación. Para nosotros, el asunto del sector energético, no sólo Pemex, es una frontera. No vamos a permitir su privatización, pero estamos en la mejor disposición de discutir”. Su compañero, Alejandro Sánchez Camacho, quien organizó el foro, advirtió sobre “la trampa” del PAN y del PRI, que pretenden llevar la discusión a los espacios parlamentarios: “Ahí nos dejan desahogarnos, hay una aparente discusión-debate, y a fin de cuentas atropellan los procesos, violando la ley para adaptarla a sus intereses”. La posición perredista fue desglosada por Juan Guerra Ochoa, quien rechazó el innecesario proceso de privatización de la paraestatal, porque “lo que hace falta es la nacionalización del gobierno. Hoy la desgracia es que pregona que la inversión extranjera es mejor que la nacional; hay un desprecio a lo del país, hay una actitud malinchista que tiene que ver fundamentalmente con la defensa de intereses espurios”.
Durante su participación, el ingeniero Francisco Garicochea comentó que no existe razón, mucho menos justificación alguna, para explorar en aguas profundas, porque antes el gobierno de Calderón debe explicar cuáles son las estimaciones y prospectivas de los recursos petroleros que se tienen en tierra, en el litoral y en aguas someras. Consideró falacia que el país tenga una reserva probada que daría para producir durante los próximos nueve años, porque la relación existente entre reservas probadas, probables y posibles nos lleva a la cifra de más de 30 años de petróleo para México. El doctor Víctor Rodríguez Padilla, posgraduado de la Universidad de Francia y especialista en materia energética, también argumentó que las compañías extranjeras no se conforman con poco, “lo quieren todo, porque su objetivo se fundamenta en la maximización de sus utilidades”.
Kikka Roja
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