DE LA PATADA Y DE BOTE EN BOTE
SACARON LAS FOTOS VIEJAS DE CUANDO LO ENTAMBARON POR HACER TRATOS CON SALINAS
“Carlos Ahumada va a pagar…”, afirma Zermeño verónica espinosa León, Gto., 2 de junio (apro).- Recluido en el Centro de Readaptación Social de esta ciudad desde mediados de 2005, el empresario Roberto Zermeño Vargas obtuvo una victoria legal, aunque no precisamente relacionado con el proceso penal que se le sigue por evadir al fisco en 2002. Se trata de la demanda que entabló en 2002 contra el también empresario, Carlos Ahumada, por incumplimiento del contrato de compra venta del club León. Según Zermeño, Ahumada le quedó a deber 17 millones de pesos. Acusado por la Secretaría de Hacienda del presunto delito de defraudación fiscal --no declaró ni cubrió el IVA del ejercicio fiscal de 2000, cuyo monto asciende a siete millones de pesos--, Zermeño permanece en un área especial del Cereso de León, donde convive con otros 47 reclusos en 24 celdas, dos por cada una. Tiene acceso a un pequeño patio con césped. “Ahumada va a pagar, este asunto va muy bien”, vaticinó Zermeño en conversación con algunos de los otros internos recluidos en la zona para enfermos del centro penitenciario, según testimonios recabados por Apro. . De acuerdo con versiones de algunas de sus amistades, Zermeño “saldrá muy pronto”. Mientras eso sucede, con el apoyo de sus hijos –que lo visitan los sábados y domingos-- ha mantenido el pleito contra Ahumada en los tribunales civiles y penales. Un pleito que en realidad comenzó el propio Ahumada cuando requirió a Zermeño ante el juzgado 13 civil de León la devolución de los pagarés que le había firmado para garantizar los pagos con los que cubriría en total cuatro millones de dólares, cantidad que Zermeño le pidió por el equipo de fútbol León. La pugna judicial En abril de 2003, Carlos Ahumada, representado entonces por Efrén Cadena Hernández, demandó a Zermeño, a Futbol León, S.A. de C.V., y al Club Social y Deportivo León, A.C., a los que exigió devolverle dos pagarés, uno por 7 millones 534 mil pesos, y otro por 9 millones 234 mil pesos, correspondientes a los dos últimos pagos que tenía comprometidos con Zermeño, para cubrir la cifra total por la compra-venta del club, cuya franquicia estaba en manos de éste desde 1999. Y es que, según Ahumada, cumplió con un primer pago de 500 mil dólares, más otros tres millones de dólares que entregó en 3 pagos. Pero no liquidó la cantidad total, alegando que fue requerido por el despacho Guillén Llarena y Asociados por un presunto incumplimiento de Zermeño a un convenio previamente establecido, por el cual éste se había comprometido a dar derecho de preferencia a la Cervecería Modelo para adquirir al equipo si lo deseaba vender, así como para cuestiones publicitarias. Aunque en el convenio de compra-venta del equipo León –suscrito el 19 de abril del 2002 ante el exprocurador Ignacio Morales Lechuga, Notario Público 116 del Distrito Federal-- Zermeño aseguró que no había adeudos pendientes, el despacho de abogados exigió a Ahumada cubrir pagos pendientes por 12 millones de pesos, así como una penalización establecida en el acuerdo entre Zermeño y la Cervecería para darle preferencia para la adquisición del equipo Esmeralda. En el primer juicio civil llevado entre ambos, Ahumada alegó que tuvo que pagar al despacho de abogados 17 millones 283 mil pesos para cubrir esos adeudos, asunto que notificó a Zermeño, por lo que le pidió devolverle todos los pagarés firmados “porque su importe quedó cubierto en su totalidad con el pago a Guillén Llarena y Asociados”, según refiere el expediente 144/2003-M. Apro tiene copias de la resolución final de este expediente. En él, Ahumada incluso pretendió alegar que, lejos de obtener ganancias, había sido perjudicado mercantilmente porque el León había descendido a la Segunda División. En respuesta, Zermeño compareció ante el juzgado y declaró que el contrato con la Cervecería Modelo continuaba vigente, por lo que no había motivo para que un despacho requiriera adeudos a Ahumada, pues la cervecería mantenía la concesión exclusiva en las instalaciones y el área exterior del estadio Nou Camp. Fue entonces cuando Zermeño quiso darle la vuelta al pleito. Exigió la rescisión del contrato de compra-venta del León, y le requirió el pago de la pena de un millón de dólares establecida en el mismo en caso de que Ahumada no cumpliera con los pagos establecidos. También pidió la devolución del polémico terreno de poco más de 10 mil metros cuadrados –colindante con el estadio-- que tienen uso comercial, y que habría sido vendido a Ahumada según el contrato. En sus conclusiones y sentencia, el juez 13 civil hizo notar que el contrato de compra-venta efectuado entre Zermeño y Ahumada era irregular, puesto que Zermeño había firmado como representante del Club Social y Deportivo León, A.C., sin la intervención de su hijo Roberto Zermeño Reyes en su calidad de vicepresidente, como lo establecían los propios estatutos de esa asociación. Además, en virtud de que el contrato incluía bienes inmuebles –el terreno de 10 mil metros cuadrados-- debió formalizarse en escritura pública y no sólo ratificarse ante el notario, y el municipio de León debió ser notificado sobre la disposición de ese terreno por estar incluido en el fideicomiso creado con la finalidad de mantener al equipo en esta ciudad. El juez desechó como pruebas los comprobantes de las transferencias electrónicas con las que Ahumada pagó al despacho Guillén Llarena y Asociados los 17 millones que éste le requirió. Y concluyó que Ahumada tampoco comprobó que la empresa cervecera hubiera rescindido el contrato que tenía con el León para la publicidad de la empresa. Aunque en esa sentencia fue rescindido el contrato de compra-venta y se ordenaba a Ahumada regresar todo lo adquirido a Zermeño y al Club León –hasta debía pagar la penalización de un millón de dólares por no haber cumplido con las cláusulas de ese contrato--, en una siguiente instancia el empresario, de origen argentino, recurrió a un matrimonio de prestigiados abogados leoneses. Amado Anaya y Cristina Padilla –quienes también intervenían en el caso del Paraje San Juan, conflicto legal que se usaría de pretexto por el entonces presidente Vicente Fox para pretender el desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador--, lograron revertir esta sentencia, razón por la que Zermeño decidió acudir a la justicia penal y en marzo de 2004 demandó a Ahumada acusándolo de fraude genérico en grado consumado. Ya para entonces estaban desatados los demonios del videoescándalo que protagonizaban Ahumada y varios perredistas, con el resultado de su detención en Cuba y su extradición a México. El viernes pasado, Ahumada fue detenido en Buenos Aires, Argentina, en cumplimiento de una orden de aprehensión --con fines de extradición--, girada por el Juzgado Séptimo Penal de León. En dicha causa, el argentino naturalizado mexicano está acusado de un presunto fraude de 17 millones de pesos cometido en 2004, en perjuicio del expropietario del club León, Roberto Zermeño. Luego de comparecer ante el Juzgado Federal número 9, en Buenos Aires, Ahumada fue liberado, debido a que la acusación no está considerada grave. |
Kikka Roja
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