Para evitar el colapso del sistema financiero estadounidense, Wall Street recibirá un "baño" de dinero público. El gobierno de George W. Bush envió al Congreso un plan de rescate a gran escala, en calidad de aprobación "extraurgente", que dejará una factura cercana a los 700 mil millones de dólares. Con este capital, el Departamento del Tesoro solicitó facultades más amplias para comprar activos a las instituciones financieras estadounidenses y al resto de la economía de ese país, mediante la conformación de una nueva entidad. La administración de Bush dio detalle de la que ya es la mayor intervención de un gobierno en la economía, obligado por una espiral que a punto estuvo de llevarse al sistema por delante. "Se actuó para evitar el descalabro total", explicó el presidente estadounidense para justificar el cambio de estrategia de un Ejecutivo teóricamente poco dado a meter mano en los mercados. El gobierno quiere que el plan sea sencillo, en parte porque desea la flexibilidad para ajustar lo que está haciendo a medida que cambien las condiciones del mercado. Demócratas y republicanos discuten lo que el gobierno pide, que es la autoridad para contratar a gestores que supervisen la compra de activos. Sin embargo, este documento, de apenas dos páginas, podría irritar al Congreso, que ya está expresando su preocupación con el plan. Además, podría darles la oportunidad de incluir en la ley otras cláusulas, como más ayuda para aquellos que están perdiendo sus casas. La propuesta le daría al secretario del Tesoro, Henry Paulson, una significativa libertad de acción para comprar, vender y acumular hipotecas residenciales o comerciales, así como cualquier valor, obligación u otro instrumento que esté basado o relacionado con tales hipotecas. Los legisladores republicanos apoyaron la iniciativa de George W. Bush, mientras que los demócratas dicen que deja importantes preguntas sin contestar y que necesita trabajo. Mecanismos de mercado El precio de los activos hipotecarios en problemas, cuyo valor se ha derrumbado en la peor caída del sector inmobiliario de Estados Unidos en décadas, se determinará mediante mecanismos de mercado donde sea posible, tal como subastas en reversa. En una subasta común, el vendedor pide un precio de base y la puja lo va elevando. En una subasta en reversa, el comprador -el gobierno de Estados Unidos- dice un precio y el vendedor decide si lo acepta o no. La información del Departamento del Tesoro sobre el proyecto no especifica qué tipo de instituciones financieras califican para el rescate, pero parece abrir la puerta a firmas extranjeras. La única limitación sería que las compras no podrían exceder los 700 mil millones. Esa cifra se compara con los 515 mil millones que el presidente George W. Bush incluyó en el presupuesto para el año fiscal 2009 para el Departamento de Defensa. El plan también prevé un incremento en el límite de la deuda pública, que se elevaría a 11.3 billones de dólares. El Congreso ya aprobó un incremento de ese límite de deuda este año a 10.6 billones, como parte del paquete de leyes inmobiliarias que incluía el otorgamiento de facultades más amplias sobre los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac. Desde entonces, las dos firmas han quedado bajo el control estatal. El costo total de la crisis para los contribuyentes superaría con creces el billón de dólares, si al nuevo plan de salvación se le suman los numerosos rescates bancarios practicados hasta ahora y el paquete de estímulo fiscal aprobado por el Ejecutivo estadounidense. Sólo esos 700 mil millones suponen más de las tres cuartas partes del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano y, aproximadamente, el costo de dos años de guerra en Irak. El secretario del Tesoro indicó que no tiene intenciones de beneficiar a los fondos de inversiones de riesgo hedge funds con el plan de rescate de 700 mil millones de dólares que está en negociaciones.
Regresa el fantasma de la recesión en el mundo
de El Financiero en linea de Ari Audi
Durante los primeros meses del año se pensaba que la desaceleración económica mundial no se traduciría en recesión, por lo que la inflación sería un problema mayor, dando lugar a fuertes alzas en tasas de interés. Sin embargo, el desplome en los precios de los commodities ha atenuado las presiones inflacionarias, pero los datos económicos provenientes de las economías globales más grandes han hecho resurgir a los temores recesivos. Este mes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo sus pronósticos de crecimiento para las principales economías europeas, de 1.7 a 1.2 por ciento, y de Japón, de 1.7 a 1.3 por ciento, aunque los aumentó para Estados Unidos, de 1.2 a 1.8 por ciento. "El panorama para las economías más importantes es de un segundo semestre bastante débil", dijo Jorge Elmeskov, economista en jefe del organismo, cuyo estimado de crecimiento mundial permanece en 1.8 por ciento para el periodo. Merrill Lynch estimó que si bien la economía estadounidense sorpresivamente avanzó 3.3 por ciento en el segundo trimestre, se desvanece el efecto positivo de la devolución fiscal, por lo que la recesión ya se traslada al consumidor y se extendería al cuarto trimestre. Si bien la firma anticipó un incremento de 1.7 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) de EU entre julio y septiembre, la perspectiva para el cuarto trimestre se mantiene negativa, con una contracción de 2.0 por ciento conforme la recesión del consumidor se acentúe en los últimos tres meses del año, además de la persistente debilidad en materia de vivienda. "Continuamos viendo una profunda recesión en el sector de construcción de residencias privadas. El sector público se mantiene como el único soporte para el crecimiento de la construcción, con la mayoría de la actividad proviniendo de las iniciativas del Estado y locales, por lo que conforme sus presupuestos sufran estrés por menores ingresos, es probable que este ramo reduzca su actividad en la construcción", explicó Merrill Lynch. En tanto, Invex Grupo Financiero subió su previsión para la expansión de Estados Unidos correspondiente a 2008, de 0.8 a 1.3 por ciento, debido en gran medida a que el crecimiento del segundo trimestre excedió toda expectativa, al revisarse de 1.9 a 3.3 por ciento. Sin embargo, la firma coincidió en que los efectos de la política contracíclica del gobierno se desvanecerán y el consumo podría retomar su tendencia de bajo crecimiento.
Fracasará plan de Bush para sanar la economía de El Financiero en linea de Clara Zepeda Hurtado
El "millonario" rescate para evitar el colapso del sistema financiero estadounidense serviría para calmar el estrés de los mercados, pero no para terminar con la enfermedad de la económica global, causada por las subprime, que hizo un agujero en los balances de la banca internacional y se traslada a la economía real. El rescate del sistema financiero de EU se acerca, la única duda es si se hará bien, al tener un enorme costo fiscal, para evitar lo que quizá sería una crisis de confianza amenazante para el sistema financiero mundial, resaltaron analistas de Invex, Scotiabank, Monex, Santander e Ixe. Para tapar un hoyo, el gobierno estadounidense decidió abrir otro. El plan para calmar la agitación en los mercados financieros permitiría que el gobierno compre los activos tóxicos de cualquier institución de Estados Unidos por los dos próximos años, levantando el techo en la deuda nacional de 10.6 a 11.3 billones de dólares.
El rumbo de la economía es hacia un encogimiento, advirtió Rodolfo Campuzano, director de Análisis de Invex, al explicar que el círculo de menor valor de los activos, ausencia de financiamiento, reducción en el consumo, menores utilidades para las empresas y mayor desempleo, no desaparecerá con estas medidas ni con el entusiasmo temporal de los mercados. Por tal motivo, no ve un soporte fundamental serio en el repunte del mercado. "Hay que considerar esto como la solución a un momento de mucho estrés, pero no la plataforma de una recuperación que pudiera estar a la vuelta de la esquina", añadió. Mario Correa, subdirector de Estudios Económicos y Planeación Estratégica de Scotiabank, argumentó que si las autoridades consiguen mantener la confianza, entonces la turbulencia actual será pasajera y las variables regresarán con relativa rapidez a rangos más razonables. Pero si, por el contrario, la confianza no se restablece, los ajustes en las variables financieras serían más fuertes, la volatilidad continuaría por más tiempo y la posibilidad de que se gestara una recesión en EU y, posiblemente, en el resto del mundo, cobraría fuerza. Para Grocio Soldevilla, director de riesgos de Monex, este rescate de millones de millones aumentaría de manera importante el déficit fiscal y podría limitar la flexibilidad del gobierno ante una potencial recesión. Y México...
La situación internacional tiene potencial de secar el crédito a escala internacional, implicando una menor actividad económica. México se verá mermado en su disponibilidad en cuanto a fuentes de financiamiento, pero con la ventaja de que no se depende completamente del crédito externo para que la economía mexicana siga marchando, dijo Luis Flores, economista senior de Ixe. A diferencia de otros años de crisis internacionales, en la actualidad México cuenta con robustas reservas internacionales, capaces de soportar la totalidad de la deuda externa del sector público, y con recursos internos que incluso han permitido poner en marcha programas de estímulo a la economía. Presiones globales En tanto, funcionarios de alto rango del gobierno de EU presionan a sus homólogos de Japón, Alemania, Reino Unido y otros países para que establezcan planes de rescate para sus propias firmas financieras. Un funcionario del Banco de Inglaterra, quien habló con el diario bajo condición de anonimato, dijo que el banco ha estado en contacto constante con sus homólogos estadounidenses para intentar conseguir una "respuesta mundial a un problema mundial". El Banco Central Europeo declinó realizar comentarios.
El rumbo de la economía es hacia un encogimiento, advirtió Rodolfo Campuzano, director de Análisis de Invex, al explicar que el círculo de menor valor de los activos, ausencia de financiamiento, reducción en el consumo, menores utilidades para las empresas y mayor desempleo, no desaparecerá con estas medidas ni con el entusiasmo temporal de los mercados. Por tal motivo, no ve un soporte fundamental serio en el repunte del mercado. "Hay que considerar esto como la solución a un momento de mucho estrés, pero no la plataforma de una recuperación que pudiera estar a la vuelta de la esquina", añadió. Mario Correa, subdirector de Estudios Económicos y Planeación Estratégica de Scotiabank, argumentó que si las autoridades consiguen mantener la confianza, entonces la turbulencia actual será pasajera y las variables regresarán con relativa rapidez a rangos más razonables. Pero si, por el contrario, la confianza no se restablece, los ajustes en las variables financieras serían más fuertes, la volatilidad continuaría por más tiempo y la posibilidad de que se gestara una recesión en EU y, posiblemente, en el resto del mundo, cobraría fuerza. Para Grocio Soldevilla, director de riesgos de Monex, este rescate de millones de millones aumentaría de manera importante el déficit fiscal y podría limitar la flexibilidad del gobierno ante una potencial recesión. Y México...
La situación internacional tiene potencial de secar el crédito a escala internacional, implicando una menor actividad económica. México se verá mermado en su disponibilidad en cuanto a fuentes de financiamiento, pero con la ventaja de que no se depende completamente del crédito externo para que la economía mexicana siga marchando, dijo Luis Flores, economista senior de Ixe. A diferencia de otros años de crisis internacionales, en la actualidad México cuenta con robustas reservas internacionales, capaces de soportar la totalidad de la deuda externa del sector público, y con recursos internos que incluso han permitido poner en marcha programas de estímulo a la economía. Presiones globales En tanto, funcionarios de alto rango del gobierno de EU presionan a sus homólogos de Japón, Alemania, Reino Unido y otros países para que establezcan planes de rescate para sus propias firmas financieras. Un funcionario del Banco de Inglaterra, quien habló con el diario bajo condición de anonimato, dijo que el banco ha estado en contacto constante con sus homólogos estadounidenses para intentar conseguir una "respuesta mundial a un problema mundial". El Banco Central Europeo declinó realizar comentarios.
Kikka Roja
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