Reuters
Hong Kong, 12 de diciembre. Tener frecuencias cardiacas elevadas mientras se está en reposo puede tener relación con el desarrollo de obesidad y diabetes, según un estudio japonés. La frecuencia cardiaca es regulada por el sistema nervioso simpático (SNS), red de neuronas en el organismo que funciona sin pensamiento consciente. También se cree que afecta al intestino grueso, los vasos sanguíneos, la dilatación de la pupila, la sudoración y la presión arterial. En un artículo publicado en American Journal of Hypertension, investigadores de Japón indicaron que las personas con frecuencias cardiacas en reposo de más de 80 latidos por minuto tienen una mayor probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina, diabetes y problemas cardiovasculares. El proyecto, uno de los primeros estudios en evaluar el impacto del aumento de la frecuencia cardiaca sobre el metabolismo del organismo, incluyó a 614 participantes a los que se hizo un seguimiento durante 20 años.
Relación obesidad-SNS
Los expertos dividieron a los voluntarios en cuatro grupos: los que tenían frecuencias cardiacas de menos de 60, de 60-69, de 70-79 y más de 80 latidos por minuto.
Comparado con los que tenían frecuencias cardiacas inferiores a 60, los que presentaban más de 80 tenían una probabilidad 1.34 veces mayor de ser obesos; 1.2 veces superior de desarrollar resistencia a la insulina y 4.39 veces mayor de terminar siendo diabéticos. “Esos hallazgos proporcionan un mecanismo que podría explicar cómo están vinculados la obesidad y el SNS. Eso puede, a su vez, aumentar el entendimiento de su papel en el desarrollo de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, principales causas de muerte en el mundo”, dijeron los investigadores en una declaración. El equipo cree que una actividad nerviosa excesiva podría conducir a la obesidad debido a que disminuye la cantidad de grasa que quema el organismo.
Relación obesidad-SNS
Los expertos dividieron a los voluntarios en cuatro grupos: los que tenían frecuencias cardiacas de menos de 60, de 60-69, de 70-79 y más de 80 latidos por minuto.
Comparado con los que tenían frecuencias cardiacas inferiores a 60, los que presentaban más de 80 tenían una probabilidad 1.34 veces mayor de ser obesos; 1.2 veces superior de desarrollar resistencia a la insulina y 4.39 veces mayor de terminar siendo diabéticos. “Esos hallazgos proporcionan un mecanismo que podría explicar cómo están vinculados la obesidad y el SNS. Eso puede, a su vez, aumentar el entendimiento de su papel en el desarrollo de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, principales causas de muerte en el mundo”, dijeron los investigadores en una declaración. El equipo cree que una actividad nerviosa excesiva podría conducir a la obesidad debido a que disminuye la cantidad de grasa que quema el organismo.
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