Los van a amarrar como puercos, cabrones: Jairo Calixto Albarrán

Los van a amarrar como puercos, cabrones
Política cero
Jairo Calixto Albarrán

2009-05-12•Al Frente

Pocas cosas me podrían dotar de tanto contento como el triple play panbolero del domingo pasado: América, Chivas y Cruz Azul quedaron fuera de la liguilla en un acto no sólo reconfortante sino justiciero. Lo del Necaxa era justo y necesario, previsible; un equipo que a pesar de su historia y sus triunfos no es capaz de convocar seguidores a la tribuna, ni siquiera en sus momentos de gloria, tiene que ser víctima del darwinismo panbolero. Pero a pesar del goce que me proporciona la salida de los llamados tres grandes del futbol mexicano, sospecho que en todo esto hay Vergara encerrado. Cabe aclarar que mi regocijo es casi comparable con el que me han proporcionado los involucrados en las delaciones librescas de Carlitos Ahumada, en su afán por cantar el yo no fui fue Teté. Todo mientras lo acusan de que se le botó la canica al autor de Derecho de réplica; digo, si yo fuera el voyeur de la vida galante, quizá habría hecho lo mismo, vengarme de quienes como Salinas no han pagado por los servicios prestados.

Como quiera que sea, imagino a Jorge Vergara analizando la situación sobre la cancha mientras los Indios comenzaban a ponerle un baile a su Rebaño Sagrado. Calculó el factor riesgo-beneficio y dio la orden: chingue su madre el que meta gol, para que los de Ciudad Juárez pudieran meterse a las finales y, de paso, llevarse consigo al fondo del barranco a las Águilas, el eterno enemigo.

Una estrategia digna de un doctorado honoris sauza como el que le acaban de otorgar al ex presichente Fox en una oscura universidad de Atlanta, por su “liderazgo internacional en temas de democracia”. Algo que es como darle un premio de virilidad a Alonso Lujambio, por la dignidad demostrada al ponerse de tapete ante la maestra Gordillo y su lucha porque los maestros no laboren en su día, no se vayan a cansar después de más de dos semanas de paro por contingencia sanitaria.

Si pensamos que, gracias a la influenza, los maestros se salvaron de las fatigosas rutinas celebratorias de los días del Niño y la Madre, es justo que el gremio magisterial festeje el haberse ahorrado tanto engorro. No se les puede discriminar así nomás; no podemos comportarnos como esos connacionales que han comenzado a segregar a los chinos avecindados en México, por la manera en que sus compatriotas han tratado a los mexicanos gripientos. No entienden que lo que quieren es sacar el genoma nacional para vender mexicanos made in China.

Por manchados, los van a amarrar como puercos, cabrones.
jairo.calixto@milenio.com
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