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Esto sucede desde hace casi un mes en Argentina, aunque, vale aclarar, la protagonista de estas escenas no es la verdadera presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, sino el imitador Martín Bossi, quien parodia a la mandataria en el programa más visto de la televisión argentina, "ShowMatch", conducido por Marcelo Tinelli.
Mar, 02/06/2009 - 10:29
Buenos Aires.- Imagine a la primera mandataria de un país enfundada en un traje de satén rosado siendo desplazada por los aires por varios bailarines emulando el videoclip "Material Girl" de Madonna. O bailando un sensual "adagio" en una bata de gasa blanca al ritmo de una balada melosa de los 80. O dándose "piquitos" en la boca y a los arrumacos con su marido frente a las cámaras.
Esto sucede desde hace casi un mes en Argentina, aunque, vale aclarar, la protagonista de estas escenas no es la verdadera presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, sino el imitador Martín Bossi, quien parodia a la mandataria en el programa más visto de la televisión argentina, "ShowMatch", conducido por Marcelo Tinelli.
Haciendo hincapié en el "costado frívolo" que le critican sus detractores, el personaje de Cristina sostiene largos discursos desde un atril pidiéndole "Por Dior" (en lugar de "Por Dios") a sus seguidores que hagan silencio y se despide al grito de "¡Hasta la Victoria Secret!" en lugar de "¡Hasta la victoria, siempre!", aludiendo a la famosa marca de ropa interior estadounidense.
La presidenta afirma que a la hora que dan el programa ella cena con su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), por lo que nunca vio su imitación. Por su parte, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, pidió que se excluyera a la figura presidencial del show.
Este año, al cumplir su 20 aniversario en la TV (y apenas dos meses antes de las elecciones parlamentarias del 28 de junio en el país), Tinelli decidió relanzar el sketch de "Gran Cuñado", que parodia al famoso "reality-show" de "Gran Hermano", sólo que en este caso se trata de una casa habitada por políticos.
El personaje de la presidenta estuvo "nominado" para abandonar la casa en cada una de las tres nominaciones realizadas hasta el momento y salió airosa en todas gracias al voto del público en una suerte de insólito "plesbiscito telefónico".
El show ya le había dado buenos resultados a Tinelli en tiempos del presidente Fernando de la Rúa, cuando el cómico Freddy Villareal encarnaba al primer mandatario como un hombre ingenuo y senil que solía confundirse al buscar la salida del estudio de TV y entendía poco y nada de lo que sucedía a su alrededor. En 2003, dos años después de la caída de su gobierno a fines de 2001, que desató una de las mayores crisis políticas y económicas del país, el mismo De la Rúa acusó a Tinelli de iniciar con "la mofa" a su persona la crisis en su gobierno.
Entre los personajes más destacados se encuentran la presidenta, su marido (el ex presidente y actual candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, Néstor Kirchner), el vicepresidente Julio Cobos, distanciado con el gobierno tras haber frenado en el Senado el proyecto oficial de las retenciones móviles al agro, el primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires de la alianza opositora Unión-Pro, Francisco de Narváez, y cómo no, el ex presidente Fernando de la Rúa.
Todo es posible en la casa de "Gran Cuñado": hace poco, el personaje del vicepresidente Cobos se metió "por error" en la cama de Cristina. En el segmento "30 segundos de fama", donde las parodias de los políticos tienen que demostrar su talento, el personaje de Néstor Kirchner se presentó como ventrílocuo, el de su hermana, Alicia Kirchner (ministra de Desarrollo Social), realizó una coreografía erótica en un caño y el imitador del candidato opositor De Narváez bailó un rap.
La cosa llegó aún más lejos la semana pasada, cuando el controvertido ex presidente Carlos Saúl Ménem (1989-1999) en persona visitó la casa de "Gran Cuñado".
Si bien Marcelo Tinelli y sus imitadores aseguran que lo de ellos es simplemente "humor político", hay quienes ven una clara intencionalidad política a poco de las elecciones. Para algunos analistas, el hecho de que Menem, considerado por muchos el artífice de la crisis que se desataría en 2001 debido a sus políticas neoliberales, apareciera en el show ya bastante envejecido como un abuelito sonriente y simpaticón, contribuyó a "lavar" su imagen.
Otros señalan que es llamativa la ausencia en la casa de representantes del Acuerdo Cívico y Social, una de las principales fuerzas opositoras que compite en las elecciones parlamentarias. El personaje de Elisa Carrió, líder del acuerdo, fue de hecho la primera "eliminada" del show.
En cambio, la alianza opositora Unión-Pro, conformada por peronistas "disidentes" (no oficialistas) y el partido de centroderecha Pro cuenta con varios integrantes en la casa, como el candidato a diputado Francisco de Narváez, que ahora intenta capitalizar la popularidad que le granjeó su imitación televisiva.
A pesar de la parodia, hay quien opina que las risas que producen las imitaciones de Cristina y Néstor Kirchner en "Gran Cuñado" contribuyen a su popularidad.
En un contexto en el que, lamentablemente, muchas personas se acercan a la campaña electoral a través de un programa humorístico, lo único cierto es que desde hace un mes, la mayoría de los programas de TV no hacen más que hablar de este fenómeno. Aún está por verse si y cómo se traducirá en las urnas.
Mar, 02/06/2009 - 10:29
Buenos Aires.- Imagine a la primera mandataria de un país enfundada en un traje de satén rosado siendo desplazada por los aires por varios bailarines emulando el videoclip "Material Girl" de Madonna. O bailando un sensual "adagio" en una bata de gasa blanca al ritmo de una balada melosa de los 80. O dándose "piquitos" en la boca y a los arrumacos con su marido frente a las cámaras.
Esto sucede desde hace casi un mes en Argentina, aunque, vale aclarar, la protagonista de estas escenas no es la verdadera presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, sino el imitador Martín Bossi, quien parodia a la mandataria en el programa más visto de la televisión argentina, "ShowMatch", conducido por Marcelo Tinelli.
Haciendo hincapié en el "costado frívolo" que le critican sus detractores, el personaje de Cristina sostiene largos discursos desde un atril pidiéndole "Por Dior" (en lugar de "Por Dios") a sus seguidores que hagan silencio y se despide al grito de "¡Hasta la Victoria Secret!" en lugar de "¡Hasta la victoria, siempre!", aludiendo a la famosa marca de ropa interior estadounidense.
La presidenta afirma que a la hora que dan el programa ella cena con su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), por lo que nunca vio su imitación. Por su parte, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, pidió que se excluyera a la figura presidencial del show.
Este año, al cumplir su 20 aniversario en la TV (y apenas dos meses antes de las elecciones parlamentarias del 28 de junio en el país), Tinelli decidió relanzar el sketch de "Gran Cuñado", que parodia al famoso "reality-show" de "Gran Hermano", sólo que en este caso se trata de una casa habitada por políticos.
El personaje de la presidenta estuvo "nominado" para abandonar la casa en cada una de las tres nominaciones realizadas hasta el momento y salió airosa en todas gracias al voto del público en una suerte de insólito "plesbiscito telefónico".
El show ya le había dado buenos resultados a Tinelli en tiempos del presidente Fernando de la Rúa, cuando el cómico Freddy Villareal encarnaba al primer mandatario como un hombre ingenuo y senil que solía confundirse al buscar la salida del estudio de TV y entendía poco y nada de lo que sucedía a su alrededor. En 2003, dos años después de la caída de su gobierno a fines de 2001, que desató una de las mayores crisis políticas y económicas del país, el mismo De la Rúa acusó a Tinelli de iniciar con "la mofa" a su persona la crisis en su gobierno.
Entre los personajes más destacados se encuentran la presidenta, su marido (el ex presidente y actual candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, Néstor Kirchner), el vicepresidente Julio Cobos, distanciado con el gobierno tras haber frenado en el Senado el proyecto oficial de las retenciones móviles al agro, el primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires de la alianza opositora Unión-Pro, Francisco de Narváez, y cómo no, el ex presidente Fernando de la Rúa.
Todo es posible en la casa de "Gran Cuñado": hace poco, el personaje del vicepresidente Cobos se metió "por error" en la cama de Cristina. En el segmento "30 segundos de fama", donde las parodias de los políticos tienen que demostrar su talento, el personaje de Néstor Kirchner se presentó como ventrílocuo, el de su hermana, Alicia Kirchner (ministra de Desarrollo Social), realizó una coreografía erótica en un caño y el imitador del candidato opositor De Narváez bailó un rap.
La cosa llegó aún más lejos la semana pasada, cuando el controvertido ex presidente Carlos Saúl Ménem (1989-1999) en persona visitó la casa de "Gran Cuñado".
Si bien Marcelo Tinelli y sus imitadores aseguran que lo de ellos es simplemente "humor político", hay quienes ven una clara intencionalidad política a poco de las elecciones. Para algunos analistas, el hecho de que Menem, considerado por muchos el artífice de la crisis que se desataría en 2001 debido a sus políticas neoliberales, apareciera en el show ya bastante envejecido como un abuelito sonriente y simpaticón, contribuyó a "lavar" su imagen.
Otros señalan que es llamativa la ausencia en la casa de representantes del Acuerdo Cívico y Social, una de las principales fuerzas opositoras que compite en las elecciones parlamentarias. El personaje de Elisa Carrió, líder del acuerdo, fue de hecho la primera "eliminada" del show.
En cambio, la alianza opositora Unión-Pro, conformada por peronistas "disidentes" (no oficialistas) y el partido de centroderecha Pro cuenta con varios integrantes en la casa, como el candidato a diputado Francisco de Narváez, que ahora intenta capitalizar la popularidad que le granjeó su imitación televisiva.
A pesar de la parodia, hay quien opina que las risas que producen las imitaciones de Cristina y Néstor Kirchner en "Gran Cuñado" contribuyen a su popularidad.
En un contexto en el que, lamentablemente, muchas personas se acercan a la campaña electoral a través de un programa humorístico, lo único cierto es que desde hace un mes, la mayoría de los programas de TV no hacen más que hablar de este fenómeno. Aún está por verse si y cómo se traducirá en las urnas.
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