Martín Esparza fue ratificado por la asamblea general del SME
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Protesta de trabajadores electricistas frente a su sede sindicalFoto Jesús Villaseca
Patricia Muñoz Ríos
El pleno de la asamblea general extraordinaria del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ratificó ayer a Martín Esparza Flores como secretario general del organismo, y validó la legalidad de la toma de posesión de su cargo; acordó también presentar un amparo contra la resolución de la Secretaría del Trabajo de negar la toma de nota a su líder y convino un plan inicial de movilizaciones.
La sede del SME estuvo abarrotada de trabajadores de todas las divisiones, unidades y centros laborales que llegaron a delinear su plan de resistencia en defensa de su autonomía. Ahí convinieron, entre otras acciones, la realización de una marcha a Los Pinos el próximo jueves 8 de octubre a las 17 horas, y un mitin en la Cámara de Diputados el día que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, se presente a comparecer la próxima semana.
En una asamblea que duró casi cinco horas, en la cual no fueron suficientes las butacas y los trabajadores se sentaron en pasillos, escalones, esquinas y rincones del auditorio; muchos sindicalizados se quedaron afuera, algunos con pancartas que pedían Lozano, saca las manos del SME. Adentro, las consignas recurrentes fueron: ¡Martín, general! y ¡Transparencia sindical, no pasará!, esta última coreada sobre todo cuando reconocían a algún trabajador identificado con la disidencia sindical.
Uno de los puntos más discutidos en la asamblea, a la cual no tuvieron acceso los reporteros, fue la situación financiera del organismo, por lo que otro de los resolutivos fue la presentación inmediata de denuncias penales contra el secretario de Trabajo y el director de Luz y Fuerza del Centro (LFC), por tener retenidas y congeladas ilegalmente las cuotas gremiales, lo que ha impedido el pago de nómina de los trabajadores del sindicato.
Con ánimos caldeados contra el secretario Lozano, pero en calma, transcurrió esta asamblea, cuyo quórum fue validado con credencial en mano de los trabajadores, que determinaron a mano alzada y en bloque defender su autonomía sindical, su contrato colectivo de trabajo y su régimen de jubilaciones y pensiones, así como rechazar la privatización de Luz y Fuerza del Centro.
Tomaron además un acuerdo para reforzar la vigilancia en sus centros de trabajo, a fin de evitar un posible sabotaje del propio gobierno en las instalaciones de la paraestatal, mientras Esparza Flores los llamó a la movilización hasta las últimas consecuencias en la defensa de su sindicato y su empresa.
La sede del SME estuvo abarrotada de trabajadores de todas las divisiones, unidades y centros laborales que llegaron a delinear su plan de resistencia en defensa de su autonomía. Ahí convinieron, entre otras acciones, la realización de una marcha a Los Pinos el próximo jueves 8 de octubre a las 17 horas, y un mitin en la Cámara de Diputados el día que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, se presente a comparecer la próxima semana.
En una asamblea que duró casi cinco horas, en la cual no fueron suficientes las butacas y los trabajadores se sentaron en pasillos, escalones, esquinas y rincones del auditorio; muchos sindicalizados se quedaron afuera, algunos con pancartas que pedían Lozano, saca las manos del SME. Adentro, las consignas recurrentes fueron: ¡Martín, general! y ¡Transparencia sindical, no pasará!, esta última coreada sobre todo cuando reconocían a algún trabajador identificado con la disidencia sindical.
Uno de los puntos más discutidos en la asamblea, a la cual no tuvieron acceso los reporteros, fue la situación financiera del organismo, por lo que otro de los resolutivos fue la presentación inmediata de denuncias penales contra el secretario de Trabajo y el director de Luz y Fuerza del Centro (LFC), por tener retenidas y congeladas ilegalmente las cuotas gremiales, lo que ha impedido el pago de nómina de los trabajadores del sindicato.
Con ánimos caldeados contra el secretario Lozano, pero en calma, transcurrió esta asamblea, cuyo quórum fue validado con credencial en mano de los trabajadores, que determinaron a mano alzada y en bloque defender su autonomía sindical, su contrato colectivo de trabajo y su régimen de jubilaciones y pensiones, así como rechazar la privatización de Luz y Fuerza del Centro.
Tomaron además un acuerdo para reforzar la vigilancia en sus centros de trabajo, a fin de evitar un posible sabotaje del propio gobierno en las instalaciones de la paraestatal, mientras Esparza Flores los llamó a la movilización hasta las últimas consecuencias en la defensa de su sindicato y su empresa.
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