- El hallazgo es el mayor adelanto en la historia de la exploración espacial, según la NASA
- "Encontramos una importante cantidad de agua en la Luna"
- El descubrimiento es resultado del impacto de dos sondas de la agencia enviadas el mes pasado
- En el cráter donde colisionaron las naves se ubicaron al menos 10 cubos de 7.5 litros de líquido
La Luna podría tener la llave sobre el nacimiento de nuestro planeta. Arriba, el cuerpo celeste sobre Queens, barrio neoyorquinoFoto Ap
Afp
Periódico La Jornada
Sábado 14 de noviembre de 2009, p. 2
Washington, 13 de noviembre. La NASA descubrió una "importante" cantidad de agua congelada en la Luna, anunció este viernes la agencia espacial estadunidense, hallazgo que abre nuevas perspectivas a la exploración del satélite terrestre y del sistema solar.
"Encontramos agua y no solamente un poco, sino una cantidad importante", indicó en una conferencia de prensa Anthony Colaprete, responsable científico de la misión Lunar Crater Observation and Sensing Satellite, (LCROSS, por su siglas en inglés), la cual costó 79 millones de dólares y que permitió el hallazgo.
En un cráter "de 20 a 30 metros encontramos el equivalente, al menos, a una decena de cubos de 7.5 litros cada uno", añadió, al destacar que se trata de los primeros resultados.
Otro miembro del equipo, Gregory Deloy, de la Universidad de California, calificó el hallazgo de "extraordinario" y "mayor".
"Es excitante: muestra una nueva imagen de la Luna", añadió.
"El hallazgo abre un nuevo capítulo en nuestra comprensión del satélite natural de la Tierra", señaló la Nasa en un comunicado.
La información se descubrió tras el impacto de dos sondas de la NASA enviadas el mes pasado para colisionar con la superficie lunar, en un dramático experimento en busca de agua.
Una sonda se estrelló contra el cráter Cabeus, cerca del polo sur de la Luna, a unos nueve mil kilómetros por hora, seguido cuatro minutos después por otra sonda equipada con cámaras para registrar el impacto, que envió una enorme nube de material hacia arriba desde las entrañas de un cráter que no ve la luz solar desde hace trillones de años.
Develan misterios
“Múltiples líneas de evidencia demuestran que había agua tanto en el ángulo superior de la columna de humo como en la cortina posterior al impacto del LCROSS Centaur”, dijo Colaprete.
“La concentración y distribución de agua y de otras sustancias requiere de análisis posteriores, pero podemos asegurar que Cabeus tiene agua”, añadió.
Antes, los científicos teorizaron que, excepto la posibilidad de que hubiera hielo en el fondo de los cráteres, la Luna estaba totalmente seca.
El hallazgo de agua en el satélite natural de la Tierra es el mayor adelanto en la historia de la exploración espacial.
"Estamos desbloqueando los misterios de nuestro vecino más cercano y, por extensión, del sistema solar", sostuvo Michael Wargo, jefe de la base de ciencia lunar de la NASA en Washington.
"La total comprensión de la información de LCROSS puede llevar algo de tiempo, ya que es abundante", advirtió Colaprete.
“Además del agua encontrada en Cabeus, hay indicios de la existencia de otras sustancias. Las regiones oscuras de la Luna son trampas realmente frías, que han preservado material durante trillones de años.”
Sólo 12 hombres, todos estadunidenses, han caminado en la Luna; el último lo hizo en 1972, en la misión que marcó el fin de las misiones Apollo.
Sin embargo, están en duda los ambiciosos planes para volver a llevar astronautas estadunidenses a la Luna en 2020 y establecer bases lunares humanas para la posterior exploración de Marte, en el contexto del proyecto Constellation.
El presupuesto de la NASA es actualmente muy bajo como para financiar la cápsula Orion del proyecto Constellation, una más avanzada y espaciosa versión del módulo lunar Apollo, como también los lanzadores Ares I y Ares V, necesarios para poner la nave en órbita.
Un panel clave en la revisión del proyecto nombrado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sostiene que el presupuesto actual no es suficiente para financiar una misión de retorno a la Luna antes de 2020.
Hacia la colonización
La Luna, nuevamente centro de una carrera espacial internacional, podría tener la llave sobre el nacimiento de nuestro planeta hace 4 mil 500 millones de años, y ayudar a desentrañar los secretos más antiguos del universo.
Cuarenta años después de que el estadunidense Neil Armstrong caminó por primera vez sobre la Luna, y cuando Estados Unidos aspira a volver a enviar astronautas al satélite natural de la Tierra para 2020, éste sigue siendo objeto de fascinación y curiosidad.
El hallazgo de "una cantidad significativa de agua congelada en la superficie lunar" probablemente relance los sueños de la humanidad de colonizar el satélite terrestre.
Parte del propósito de regresar a la Luna –a unos 384 mil 402 kilómetros de la Tierra de distancia promedio– es aprender más sobre sus recursos naturales ocultos.
"La Luna es una mina de informaciones científicas por descubrir, directamente vinculadas a la comprensión de los orígenes de la Tierra y de los otros planetas" del sistema solar, explicó en julio de este año el geólogo Harrison Schmitt.
Schmitt pisó la Luna en 1972, con la misión Apollo 17, la última en llegar a la superficie lunar. Fue el último de los 12 estadunidenses que caminaron sobre suelo lunar.
En la medida en que los recursos naturales de la Tierra disminuyen gradualmente, algunos científicos creen que la Luna podría ser una mina de oro para generaciones futuras.
Entre los 382 kilos de rocas y suelo lunar traídos por los astronautas en las seis misiones Apollo, entre 1969 y 1972, los científicos descubrieron una roca que bautizaron "génesis", de unos 4 mil 500 millones de años, cuando se estima que se generó nuestro sistema solar.
Terreno virgen para la ciencia
Desprovista de atmósfera, la Luna es como una memoria geológica virgen para los científicos, porque no fue afectada por las interacciones del agua y el aire, como la Tierra.
"Uno de los motivos para volver a la Luna es ver si hay potencial económico con la explotación de sus recursos", indicó John Logdson, del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Washington.
El programa Constellation fue lanzado en 2004 con el propósito de establecer una estación en la Luna para astronautas y buscar evidencias de la existencia de agua debajo del suelo lunar.
Este programa fue objeto de revisión a pedido del presidente Barack Obama.
Otros países, como China y Rusia también, anunciaron su ambición de llegar a la Luna, a cuatro días de vuelo de distancia.
El ex astronauta Schmit subraya que el suelo lunar es rico en helio 3, proveniente de las capas externas del Sol y proyectado con los vientos del astro en todo el sistema planetario.
Este elemento es raro en la Tierra, ya que, a diferencia de la Luna, donde se acumula, es repelido por el campo magnético terrestre.
Muy requerido para la fusión nuclear, cuya tecnología aún es incipiente, "el helio 3 algún día será de gran valor sobre la Tierra", prevé el geólogo.
Las reservas de helio 3 en la Luna rondan el millón de toneladas, según algunas estimaciones, y apenas 25 toneladas podrían potencialmente servir para dar energía a la Unión Europea y a Estados Unidos durante un año.
"Encontramos agua y no solamente un poco, sino una cantidad importante", indicó en una conferencia de prensa Anthony Colaprete, responsable científico de la misión Lunar Crater Observation and Sensing Satellite, (LCROSS, por su siglas en inglés), la cual costó 79 millones de dólares y que permitió el hallazgo.
En un cráter "de 20 a 30 metros encontramos el equivalente, al menos, a una decena de cubos de 7.5 litros cada uno", añadió, al destacar que se trata de los primeros resultados.
Otro miembro del equipo, Gregory Deloy, de la Universidad de California, calificó el hallazgo de "extraordinario" y "mayor".
"Es excitante: muestra una nueva imagen de la Luna", añadió.
"El hallazgo abre un nuevo capítulo en nuestra comprensión del satélite natural de la Tierra", señaló la Nasa en un comunicado.
La información se descubrió tras el impacto de dos sondas de la NASA enviadas el mes pasado para colisionar con la superficie lunar, en un dramático experimento en busca de agua.
Una sonda se estrelló contra el cráter Cabeus, cerca del polo sur de la Luna, a unos nueve mil kilómetros por hora, seguido cuatro minutos después por otra sonda equipada con cámaras para registrar el impacto, que envió una enorme nube de material hacia arriba desde las entrañas de un cráter que no ve la luz solar desde hace trillones de años.
Develan misterios
“Múltiples líneas de evidencia demuestran que había agua tanto en el ángulo superior de la columna de humo como en la cortina posterior al impacto del LCROSS Centaur”, dijo Colaprete.
“La concentración y distribución de agua y de otras sustancias requiere de análisis posteriores, pero podemos asegurar que Cabeus tiene agua”, añadió.
Antes, los científicos teorizaron que, excepto la posibilidad de que hubiera hielo en el fondo de los cráteres, la Luna estaba totalmente seca.
El hallazgo de agua en el satélite natural de la Tierra es el mayor adelanto en la historia de la exploración espacial.
"Estamos desbloqueando los misterios de nuestro vecino más cercano y, por extensión, del sistema solar", sostuvo Michael Wargo, jefe de la base de ciencia lunar de la NASA en Washington.
"La total comprensión de la información de LCROSS puede llevar algo de tiempo, ya que es abundante", advirtió Colaprete.
“Además del agua encontrada en Cabeus, hay indicios de la existencia de otras sustancias. Las regiones oscuras de la Luna son trampas realmente frías, que han preservado material durante trillones de años.”
Sólo 12 hombres, todos estadunidenses, han caminado en la Luna; el último lo hizo en 1972, en la misión que marcó el fin de las misiones Apollo.
Sin embargo, están en duda los ambiciosos planes para volver a llevar astronautas estadunidenses a la Luna en 2020 y establecer bases lunares humanas para la posterior exploración de Marte, en el contexto del proyecto Constellation.
El presupuesto de la NASA es actualmente muy bajo como para financiar la cápsula Orion del proyecto Constellation, una más avanzada y espaciosa versión del módulo lunar Apollo, como también los lanzadores Ares I y Ares V, necesarios para poner la nave en órbita.
Un panel clave en la revisión del proyecto nombrado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sostiene que el presupuesto actual no es suficiente para financiar una misión de retorno a la Luna antes de 2020.
Hacia la colonización
La Luna, nuevamente centro de una carrera espacial internacional, podría tener la llave sobre el nacimiento de nuestro planeta hace 4 mil 500 millones de años, y ayudar a desentrañar los secretos más antiguos del universo.
Cuarenta años después de que el estadunidense Neil Armstrong caminó por primera vez sobre la Luna, y cuando Estados Unidos aspira a volver a enviar astronautas al satélite natural de la Tierra para 2020, éste sigue siendo objeto de fascinación y curiosidad.
El hallazgo de "una cantidad significativa de agua congelada en la superficie lunar" probablemente relance los sueños de la humanidad de colonizar el satélite terrestre.
Parte del propósito de regresar a la Luna –a unos 384 mil 402 kilómetros de la Tierra de distancia promedio– es aprender más sobre sus recursos naturales ocultos.
"La Luna es una mina de informaciones científicas por descubrir, directamente vinculadas a la comprensión de los orígenes de la Tierra y de los otros planetas" del sistema solar, explicó en julio de este año el geólogo Harrison Schmitt.
Schmitt pisó la Luna en 1972, con la misión Apollo 17, la última en llegar a la superficie lunar. Fue el último de los 12 estadunidenses que caminaron sobre suelo lunar.
En la medida en que los recursos naturales de la Tierra disminuyen gradualmente, algunos científicos creen que la Luna podría ser una mina de oro para generaciones futuras.
Entre los 382 kilos de rocas y suelo lunar traídos por los astronautas en las seis misiones Apollo, entre 1969 y 1972, los científicos descubrieron una roca que bautizaron "génesis", de unos 4 mil 500 millones de años, cuando se estima que se generó nuestro sistema solar.
Terreno virgen para la ciencia
Desprovista de atmósfera, la Luna es como una memoria geológica virgen para los científicos, porque no fue afectada por las interacciones del agua y el aire, como la Tierra.
"Uno de los motivos para volver a la Luna es ver si hay potencial económico con la explotación de sus recursos", indicó John Logdson, del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Washington.
El programa Constellation fue lanzado en 2004 con el propósito de establecer una estación en la Luna para astronautas y buscar evidencias de la existencia de agua debajo del suelo lunar.
Este programa fue objeto de revisión a pedido del presidente Barack Obama.
Otros países, como China y Rusia también, anunciaron su ambición de llegar a la Luna, a cuatro días de vuelo de distancia.
El ex astronauta Schmit subraya que el suelo lunar es rico en helio 3, proveniente de las capas externas del Sol y proyectado con los vientos del astro en todo el sistema planetario.
Este elemento es raro en la Tierra, ya que, a diferencia de la Luna, donde se acumula, es repelido por el campo magnético terrestre.
Muy requerido para la fusión nuclear, cuya tecnología aún es incipiente, "el helio 3 algún día será de gran valor sobre la Tierra", prevé el geólogo.
Las reservas de helio 3 en la Luna rondan el millón de toneladas, según algunas estimaciones, y apenas 25 toneladas podrían potencialmente servir para dar energía a la Unión Europea y a Estados Unidos durante un año.
kikka-roja.blogspot.com/
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