EU: obscenidad y debacle moral
Las imágenes dadas a conocer ayer por el rotativo Los Angeles Times, en las cuales se ve a soldados estadunidenses que posan con los cadáveres de presuntos insurgentes afganos, provocaron el rechazo y la condena de la opinión pública internacional. El propio Pentágono –que previamente había pedido al diario angelino no publicar las fotografías, según señalaron sus editores– se apresuró a condenar los documentos gráficos; ofreció, en voz del secretario de Defensa estadunidense, Leon Panetta, una disculpa y dijo que no representan el profesionalismo de la gran mayoría de los efectivos de Estados Unidos que sirven en Afganistán. Por su parte, el jefe de la fuerza ocupante en el país centroasiático, John Allen, y el embajador estadunidense en Kabul, Ryan Crocker, condenaron el comportamiento de los militares que aparecen en las imágenes –incompatible con los valores de la misión– y anunciaron que colaborarán plenamente con el gobierno afgano para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
Más allá de las condenas y de los anuncios de pesquisas correspondientes por las fotografías, la difusión de éstas equivale a la repetición del ritual realizado por el gobierno estadunidense en julio de 2003 con la exhibición de los cadáveres de los hijos de Saddam Hussein, asesinados por tropas ocupantes en Irak; en octubre del año pasado, con la publicación de imágenes del cuerpo de Muammar Kadafi, muerto en el contexto de la revuelta alentada por Washington y Bruselas en Libia, y a principios de este año, con la salida a la luz pública de un video que mostraba a militares estadunidenses orinando sobre los cuerpos sin vida de supuestos talibanes afganos.
La obscena exhibición, a escala planetaria, de los cadáveres de quienes son considerados enemigos de Washington no sólo contraviene los más elementales principios de humanidad y de respeto al prójimo y es una expresión de vulgaridad, bajeza y mal gusto: según puede verse, las aventuras bélicas iniciadas hace 11 y nueve años en Afganistán e Irak, respectivamente, no sólo se han saldado con derrotas de Washington en el terreno militar y con el asesinato, a manos de Estados Unidos y sus aliados, de decenas o centenares de miles de afganos e iraquíes, tanto combatientes como civiles inermes, sino también han redundado en una debacle moral y humanitaria del país que se reclama paladín de la civilidad, la democracia y la defensa de los derechos humanos en el mundo.
Por otra parte, el caso comentado se inscribe en una cadena de escándalos y crímenes recientes protagonizados por las fuerzas estadunidense ocupantes del territorio afgano: los ya referidos videos de enero pasado, la quema de ejemplares del Corán por las tropas invasoras, un mes después, y la masacre de civiles perpetrada por un soldado estadunidense en la provincia de Kandahar, en marzo. Resulta arduo desvincular ese conjunto de agravios renovados del recrudecimiento de la violencia y la barbarie en la nación centroasiática, expresada en ataques como los lanzados el pasado domingo en barrios céntricos de Kabul, que produjeron una cincuentena de muertos.
Ante tal perspectiva, las disculpas ofrecidas por Panetta no bastan: es necesario que Washington ponga fin cuanto antes a la presencia militar de sus tropas en la nación centroasiática, esclarezca episodios de agravio como los que se comentan y castigue a los responsables. De lo contrario, estará alimentando, así sea por omisión, la proliferación de un encono antiestadunidense como el que se expresó en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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En la guerra, a veces, los jóvenes toman decisiones estúpidas, señala Leon Panetta
Nuevas imágenes de soldados de EU con afganos muertos tensan el ambiente en el país ocupado
La OTAN promete una investigación; temen que se avive el resentimiento hacia Occidente
Reuters, The Independent y Dpa
Periódico La Jornada
Jueves 19 de abril de 2012, p. 26
Kabul, 18 de abril. Las ya de por sí tensas relaciones de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con Afganistán sufrieron otro revés este miércoles cuando el diario Los Angeles Times publicó fotografías de soldados estadunidenses posando junto a insurgentes afganos muertos y mutilados. Washington se apresuró a condenar las imágenes. Autoridades estadunidenses reiteraron, como en denuncias anteriores, que el comportamiento retratado no debe ser considerado típico dentro de sus filas militares, y manifestaron su preocupación de que esto avive el sentimiento antiestadunidense en el país que invadieron en 2001.
El diario británico The Independent señaló que incluso antes de que fueran publicadas las fotografías en el diario, la OTAN ya había emitido un comunicado en el cual prometía una investigación sobre los hechos. Añadió que Los Angeles Times aseguró que que el soldado que proporcionó estas imágenes entregó en total 18 fotografías tomadas en 2010, después de que la división 82 aerotransportada fue enviada en dos ocasiones a investigar reportes de que la policía afgana tenía en su poder cadáveres de atacantes talibanes.
En una de las imágenes, un paracaidista posa junto a un cartel con la frase cazador de zombies, colocado al lado de un cadáver. En otra, soldados y un policía afgano muestran ante la cámara las piernas mutiladas de un atacante rebelde. En una más, dos soldados sostienen la mano de un insurgente afgano muerto con el dedo medio levantado.
Durante una reunión de aliados de la OTAN en Bruselas, el secretario estadunidensede Defensa, Leon Panetta, se disculpó en nombre del Departamento de Defensa y del gobierno estadunidense y calificó de inaceptable el comportamiento de los soldados. Añadió que ya se abrió una investigación al respecto.
Sé que la guerra es fea y que en ocasiones los jóvenes se dejan llevar por el momento y toman decisiones muy estúpidas, añadió. Es probable que las fotos aviven el resentimiento hacia Occidente en Afganistán, mientras las tropas de combate de la OTAN preparan su salida del país para 2014.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó a periodistas a bordo del Air Force One durante un vuelo a Ohio del presidente Barack Obama, que la conducta mostrada en esas fotos es reprensible. Carney afirmó que el presidente fue informado del asunto.
Este tipo de incidentes han complicado los esfuerzos de Washington por negociar un acuerdo estratégico para definir su presencia en el país cuando la mayoría de las fuerzas de combate extranjeras se retiren en la fecha prevista. El secretario de prensa del Pentágono, George Little, dijo que las tropas estadunidenses en Afganistán estaban tomando medidas de seguridad para protegerse contra una posible represalia por las fotografías, y añadió que las imágenes podrían ser usadas por el enemigo para incitar a la violencia.
Los Angeles Times dijo que los cuerpos eran de atacantes suicidas e insurgentes, pero Reuters no pudo confirmar de manera independiente si es así, o se trata de civiles afganos atrapados en los combates. La aparición de las 18 fotografías ocurre en un momento delicado de las relaciones entre Washington y Kabul, luego de la divulgación de un video en enero que mostraba a cuatro marines orinando sobre cuerpos de insurgentes afganos.
La quema de copias del Corán en la mayor base aérea de la OTAN en territorioafgano generó además una semana de disturbios que dejaron 30 muertos.
.http://www.jornada.unam.mx
kikka-roja.blogspot.com
Las imágenes dadas a conocer ayer por el rotativo Los Angeles Times, en las cuales se ve a soldados estadunidenses que posan con los cadáveres de presuntos insurgentes afganos, provocaron el rechazo y la condena de la opinión pública internacional. El propio Pentágono –que previamente había pedido al diario angelino no publicar las fotografías, según señalaron sus editores– se apresuró a condenar los documentos gráficos; ofreció, en voz del secretario de Defensa estadunidense, Leon Panetta, una disculpa y dijo que no representan el profesionalismo de la gran mayoría de los efectivos de Estados Unidos que sirven en Afganistán. Por su parte, el jefe de la fuerza ocupante en el país centroasiático, John Allen, y el embajador estadunidense en Kabul, Ryan Crocker, condenaron el comportamiento de los militares que aparecen en las imágenes –incompatible con los valores de la misión– y anunciaron que colaborarán plenamente con el gobierno afgano para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
Más allá de las condenas y de los anuncios de pesquisas correspondientes por las fotografías, la difusión de éstas equivale a la repetición del ritual realizado por el gobierno estadunidense en julio de 2003 con la exhibición de los cadáveres de los hijos de Saddam Hussein, asesinados por tropas ocupantes en Irak; en octubre del año pasado, con la publicación de imágenes del cuerpo de Muammar Kadafi, muerto en el contexto de la revuelta alentada por Washington y Bruselas en Libia, y a principios de este año, con la salida a la luz pública de un video que mostraba a militares estadunidenses orinando sobre los cuerpos sin vida de supuestos talibanes afganos.
La obscena exhibición, a escala planetaria, de los cadáveres de quienes son considerados enemigos de Washington no sólo contraviene los más elementales principios de humanidad y de respeto al prójimo y es una expresión de vulgaridad, bajeza y mal gusto: según puede verse, las aventuras bélicas iniciadas hace 11 y nueve años en Afganistán e Irak, respectivamente, no sólo se han saldado con derrotas de Washington en el terreno militar y con el asesinato, a manos de Estados Unidos y sus aliados, de decenas o centenares de miles de afganos e iraquíes, tanto combatientes como civiles inermes, sino también han redundado en una debacle moral y humanitaria del país que se reclama paladín de la civilidad, la democracia y la defensa de los derechos humanos en el mundo.
Por otra parte, el caso comentado se inscribe en una cadena de escándalos y crímenes recientes protagonizados por las fuerzas estadunidense ocupantes del territorio afgano: los ya referidos videos de enero pasado, la quema de ejemplares del Corán por las tropas invasoras, un mes después, y la masacre de civiles perpetrada por un soldado estadunidense en la provincia de Kandahar, en marzo. Resulta arduo desvincular ese conjunto de agravios renovados del recrudecimiento de la violencia y la barbarie en la nación centroasiática, expresada en ataques como los lanzados el pasado domingo en barrios céntricos de Kabul, que produjeron una cincuentena de muertos.
Ante tal perspectiva, las disculpas ofrecidas por Panetta no bastan: es necesario que Washington ponga fin cuanto antes a la presencia militar de sus tropas en la nación centroasiática, esclarezca episodios de agravio como los que se comentan y castigue a los responsables. De lo contrario, estará alimentando, así sea por omisión, la proliferación de un encono antiestadunidense como el que se expresó en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
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En la guerra, a veces, los jóvenes toman decisiones estúpidas, señala Leon Panetta
Nuevas imágenes de soldados de EU con afganos muertos tensan el ambiente en el país ocupado
La OTAN promete una investigación; temen que se avive el resentimiento hacia Occidente
Reuters, The Independent y Dpa
Periódico La Jornada
Jueves 19 de abril de 2012, p. 26
Kabul, 18 de abril. Las ya de por sí tensas relaciones de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con Afganistán sufrieron otro revés este miércoles cuando el diario Los Angeles Times publicó fotografías de soldados estadunidenses posando junto a insurgentes afganos muertos y mutilados. Washington se apresuró a condenar las imágenes. Autoridades estadunidenses reiteraron, como en denuncias anteriores, que el comportamiento retratado no debe ser considerado típico dentro de sus filas militares, y manifestaron su preocupación de que esto avive el sentimiento antiestadunidense en el país que invadieron en 2001.
El diario británico The Independent señaló que incluso antes de que fueran publicadas las fotografías en el diario, la OTAN ya había emitido un comunicado en el cual prometía una investigación sobre los hechos. Añadió que Los Angeles Times aseguró que que el soldado que proporcionó estas imágenes entregó en total 18 fotografías tomadas en 2010, después de que la división 82 aerotransportada fue enviada en dos ocasiones a investigar reportes de que la policía afgana tenía en su poder cadáveres de atacantes talibanes.
En una de las imágenes, un paracaidista posa junto a un cartel con la frase cazador de zombies, colocado al lado de un cadáver. En otra, soldados y un policía afgano muestran ante la cámara las piernas mutiladas de un atacante rebelde. En una más, dos soldados sostienen la mano de un insurgente afgano muerto con el dedo medio levantado.
Durante una reunión de aliados de la OTAN en Bruselas, el secretario estadunidensede Defensa, Leon Panetta, se disculpó en nombre del Departamento de Defensa y del gobierno estadunidense y calificó de inaceptable el comportamiento de los soldados. Añadió que ya se abrió una investigación al respecto.
Sé que la guerra es fea y que en ocasiones los jóvenes se dejan llevar por el momento y toman decisiones muy estúpidas, añadió. Es probable que las fotos aviven el resentimiento hacia Occidente en Afganistán, mientras las tropas de combate de la OTAN preparan su salida del país para 2014.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó a periodistas a bordo del Air Force One durante un vuelo a Ohio del presidente Barack Obama, que la conducta mostrada en esas fotos es reprensible. Carney afirmó que el presidente fue informado del asunto.
Este tipo de incidentes han complicado los esfuerzos de Washington por negociar un acuerdo estratégico para definir su presencia en el país cuando la mayoría de las fuerzas de combate extranjeras se retiren en la fecha prevista. El secretario de prensa del Pentágono, George Little, dijo que las tropas estadunidenses en Afganistán estaban tomando medidas de seguridad para protegerse contra una posible represalia por las fotografías, y añadió que las imágenes podrían ser usadas por el enemigo para incitar a la violencia.
Los Angeles Times dijo que los cuerpos eran de atacantes suicidas e insurgentes, pero Reuters no pudo confirmar de manera independiente si es así, o se trata de civiles afganos atrapados en los combates. La aparición de las 18 fotografías ocurre en un momento delicado de las relaciones entre Washington y Kabul, luego de la divulgación de un video en enero que mostraba a cuatro marines orinando sobre cuerpos de insurgentes afganos.
La quema de copias del Corán en la mayor base aérea de la OTAN en territorioafgano generó además una semana de disturbios que dejaron 30 muertos.
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