Raymundo Riva Palacio
El poder tras el trono
Miércoles, 04 de Febrero de 2009
http://correo-gto.com.mx/
El PAN está crujiendo por dentro. Desde varias partes del país, varios líderes locales están formando una coalición de fuerzas detrás de su ex líder nacional, Manuel Espino, para enfrentar a la cúpula del partido y al presidente Felipe Calderón mismo. La insurgencia en ciernes no está relacionada con el proceso electoral de medio sexenio, sino para recuperar el poder que les arrebató durante los dos primeros años de gobierno el secretario de Gobernación hasta noviembre pasado, Juan Camilo Mouriño. El principal operador político de Calderón desplazó y neutralizó a Espino y a la fracción de radicales del PAN, que representan aproximadamente el 30% del partido. Pero al morir Mouriño, la extrema derecha del partido quiere la reivindicación y el poder.
Espino volvió a adoptar la línea de la confrontación contra los calderonistas, mientras que el ex presidente Vicente Fox, que responde a los intereses de los sectores más radicales del panismo, reanudó sus polémicas intervenciones públicas. Desaparecido Mouriño y sin una figura pública con tanta cercanía a Calderón para levantarles nuevamente un muro y marginarlos, los radicales del PAN están metidos en su cruzada. Lo que no habían considerado es que no hay vacío alrededor del Presidente. Tienen enfrente un enemigo, quizás más fuerte y con mayor influencia, que encabeza la esposa del mandatario, Margarita Zavala, con larga experiencia política y méritos propios dentro del PAN, a cuyo alrededor se encuentran los políticos que están decidiendo el rumbo político en el partido.
La primera cabeza de playa se instaló con la designación de Germán Martínez como presidente nacional del PAN, quien de inmediato llevó a colaborar con él al hermano de la primera dama, Juan Ignacio Zavala. Los Zavala, pese a las apariencias, no veían bien al equipo que rodeaba a Calderón en Los Pinos, y cuando el futuro político de Mouriño comenzó a ser incierto al salir al público todos los contratos de su familia con Pemex que lo involucraban en tráfico de influencias, la satisfacción de los Zavala era más grande que su consternación. Tampoco les parecía la forma como se desarrollaba la comunicación política presidencial, aunque tanto el vocero Max Cortázar, como la responsable de imagen, Alejandra Sota, presumen cercanía y protección del cuñado del Presidente.
De acuerdo con políticos conocedores de las intrigas palaciegas, a la muerte de Mouriño se desarticuló el grupo íntimo de Calderón integrado por jóvenes inexpertos y arrogantes, sin amarres sólidos dentro del PAN, pero lejos de generarse el vacío, un nuevo grupo lo remplazó. Con el control de los zavalistas en el PAN, siguió el apoderamiento de la cabeza del gabinete que había quedado acéfala, la Secretaría de Gobernación, a donde llegó Fernando Gómez Mont. Martínez lo había incorporado discretamente al Consejo Ejecutivo Nacional del PAN dos meses antes de su nombramiento en Bucareli, a donde llegó directo de un importante despacho de abogados encabezado por Julio Esponda, abogado de Margarita Zavala, y vinculados con una de las figuras históricas del PAN, Diego Fernández de Cevallos, para quien todos trabajaron.
Los primeros desplazados fueron Alejandro Poiré, quien era el superasesor político de Mouriño, en Los Pinos y Gobernación –y primo hermano del delfín calderonista, Ernesto Cordero, secretario de Desarrollo Social-, y el secretario particular de Calderón, César Nava. Gómez Mont mantiene a Poiré en Gobernación, a cargo de asuntos relacionados con la seguridad nacional, pero lo desplazó por completo de la política interna. A Nava lo mandaron al partido para la elaboración de las listas de aspirantes a diputaciones, y posteriormente a buscar la coordinación de la bancada panista en la próxima legislatura, que también desea Espino. Nava tiene que coordinarse con Mariana Gómez del Campo, la dirigente del PAN en el Distrito Federal, y prima hermana de los Zavala.
Controlado el corazón político del gobierno, según los políticos conocedores de los pasos del nuevo grupo alrededor de Calderón, su siguiente paso es el apoderamiento del aparato civil de seguridad. El grupo cuya cabeza visible ahora es Gómez Mont, está pujando por la salida del procurador general, Eduardo Medina Mora, para que coloquen a Arturo Sánchez, quien fue procurador de Chihuahua en los tiempos en que Francisco Barrio –nombrado recientemente embajador en Canadá- era gobernador. Adicionalmente quieren la cabeza del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien era muy cercano de Mouriño y bien visto por el equipo íntimo de Calderón, ahora en decadencia, cuyo lugar originalmente deseaban para Nava, pero encontraron oposición entre varios líderes de la oposición a quien consultaron sobre el movimiento.
Este grupo compacto de viejos panistas, también copó la secretaría particular del Presidente, colocando ahí a un viejo aliado de Calderón y de ese grupo, Luis Felipe Bravo Mena, traído aceleradamente de su cargo como embajador en El Vaticano. La cohesión de esos panistas de cepa está dando resultados para volver a neutralizar a la extrema derecha del partido, y los ha llevado a considerar nuevas posiciones. Incluso, ventilan la posibilidad de que Margarita Zavala se lance por un puesto de elección popular en el Distrito Federal. Pero, pese a la fuerza que demuestran hoy en día en el poder, no pueden considerarse a salvo, pues los grupos que se están formando detrás de Espino, además de beligerantes como él, son tenaces e indómitos.
Espino volvió a adoptar la línea de la confrontación contra los calderonistas, mientras que el ex presidente Vicente Fox, que responde a los intereses de los sectores más radicales del panismo, reanudó sus polémicas intervenciones públicas. Desaparecido Mouriño y sin una figura pública con tanta cercanía a Calderón para levantarles nuevamente un muro y marginarlos, los radicales del PAN están metidos en su cruzada. Lo que no habían considerado es que no hay vacío alrededor del Presidente. Tienen enfrente un enemigo, quizás más fuerte y con mayor influencia, que encabeza la esposa del mandatario, Margarita Zavala, con larga experiencia política y méritos propios dentro del PAN, a cuyo alrededor se encuentran los políticos que están decidiendo el rumbo político en el partido.
La primera cabeza de playa se instaló con la designación de Germán Martínez como presidente nacional del PAN, quien de inmediato llevó a colaborar con él al hermano de la primera dama, Juan Ignacio Zavala. Los Zavala, pese a las apariencias, no veían bien al equipo que rodeaba a Calderón en Los Pinos, y cuando el futuro político de Mouriño comenzó a ser incierto al salir al público todos los contratos de su familia con Pemex que lo involucraban en tráfico de influencias, la satisfacción de los Zavala era más grande que su consternación. Tampoco les parecía la forma como se desarrollaba la comunicación política presidencial, aunque tanto el vocero Max Cortázar, como la responsable de imagen, Alejandra Sota, presumen cercanía y protección del cuñado del Presidente.
De acuerdo con políticos conocedores de las intrigas palaciegas, a la muerte de Mouriño se desarticuló el grupo íntimo de Calderón integrado por jóvenes inexpertos y arrogantes, sin amarres sólidos dentro del PAN, pero lejos de generarse el vacío, un nuevo grupo lo remplazó. Con el control de los zavalistas en el PAN, siguió el apoderamiento de la cabeza del gabinete que había quedado acéfala, la Secretaría de Gobernación, a donde llegó Fernando Gómez Mont. Martínez lo había incorporado discretamente al Consejo Ejecutivo Nacional del PAN dos meses antes de su nombramiento en Bucareli, a donde llegó directo de un importante despacho de abogados encabezado por Julio Esponda, abogado de Margarita Zavala, y vinculados con una de las figuras históricas del PAN, Diego Fernández de Cevallos, para quien todos trabajaron.
Los primeros desplazados fueron Alejandro Poiré, quien era el superasesor político de Mouriño, en Los Pinos y Gobernación –y primo hermano del delfín calderonista, Ernesto Cordero, secretario de Desarrollo Social-, y el secretario particular de Calderón, César Nava. Gómez Mont mantiene a Poiré en Gobernación, a cargo de asuntos relacionados con la seguridad nacional, pero lo desplazó por completo de la política interna. A Nava lo mandaron al partido para la elaboración de las listas de aspirantes a diputaciones, y posteriormente a buscar la coordinación de la bancada panista en la próxima legislatura, que también desea Espino. Nava tiene que coordinarse con Mariana Gómez del Campo, la dirigente del PAN en el Distrito Federal, y prima hermana de los Zavala.
Controlado el corazón político del gobierno, según los políticos conocedores de los pasos del nuevo grupo alrededor de Calderón, su siguiente paso es el apoderamiento del aparato civil de seguridad. El grupo cuya cabeza visible ahora es Gómez Mont, está pujando por la salida del procurador general, Eduardo Medina Mora, para que coloquen a Arturo Sánchez, quien fue procurador de Chihuahua en los tiempos en que Francisco Barrio –nombrado recientemente embajador en Canadá- era gobernador. Adicionalmente quieren la cabeza del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien era muy cercano de Mouriño y bien visto por el equipo íntimo de Calderón, ahora en decadencia, cuyo lugar originalmente deseaban para Nava, pero encontraron oposición entre varios líderes de la oposición a quien consultaron sobre el movimiento.
Este grupo compacto de viejos panistas, también copó la secretaría particular del Presidente, colocando ahí a un viejo aliado de Calderón y de ese grupo, Luis Felipe Bravo Mena, traído aceleradamente de su cargo como embajador en El Vaticano. La cohesión de esos panistas de cepa está dando resultados para volver a neutralizar a la extrema derecha del partido, y los ha llevado a considerar nuevas posiciones. Incluso, ventilan la posibilidad de que Margarita Zavala se lance por un puesto de elección popular en el Distrito Federal. Pero, pese a la fuerza que demuestran hoy en día en el poder, no pueden considerarse a salvo, pues los grupos que se están formando detrás de Espino, además de beligerantes como él, son tenaces e indómitos.
r_rivapalacio@yahoo.com
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