Martes, 10 Febrero, 2009
• ¿Un flotis llamado IBOPE?
• ¿Al diablo con el bodrio electoral?
El origen de la vanidad, mi estimado, es la falta de confianza en el propio criterio. Abierta la divertida temporada de las señales, Carlos Slim lanzó un misil marca ACME poniéndole los puntos a las íes económicas de este (des)gobierno al advertir, en el marco de su participación en el foro México ante la crisis, el tamaño... de la tormenta (perfecta), como para que sus temerarios jinetes se vayan preparando para el tsunami del desempleo, de la caída libre del PIB, de la quiebra de un buen número de empresas y del cierre de comercios y, para que no le quede duda al inservible Gymboree de Los Pinos, el buen Carlos se pitorreó del pedante término presidencial afirmando que no quiero ser catastrofista, pero será una situación delicada y habrá que estar preparados para enfrentarla para que después no estemos llorando…
El severo misil no sólo pega directo en la línea de flotación de la percepción de un Estado fallido sino que pone de un madrazo a Felipe en su lugar quien, junto a la incontinencia verbal de Agustín Carstens y los otros disfuncionales, no para de escupir (para arriba) frivolidades, inconsistencias e incoherencias sobre la peligrosa crisis económica…
Que se coronó con el acuse de recibo, perdón, tibio anuncio de Calderón horas más tarde, señalando que México cuenta con una economía sólida (¿la del barco de gran calado?) y que está presentando propuestas whatever de los fondos de retiro (cuando lo de moda son los retiros de los fondos) de los trabajadores prometiendo más acciones para que las personas puedan preservar sus empleos y notificando más medidas (¡¿?!) en los próximos días.
Chingón.
Los pronósticos (y soluciones) de Felipe y Carlos son… diametralmente opuestos, con la pequeña salvedad de que el segundo goza de credibilidad, tiene conocimiento del tema, le sobran tablas y sentido del timing, y el primero... vale madres. Sobre todo en los enchilados ánimos de la cúpula empresarial y financiera que ven alarmados al extraordinario equipo económico y a los jinetes de la tormenta.
Y para documentar el optimista catastrofismo del respetable, Felipe regó la pólvora, ahora en la arena electoral, en una amplia entrevista a Excélsior afirmando que no seré contendiente pero sí puedo opinar, sin renunciar a su derecho de dar su punto de vista y precisiones sobre asuntos de interés ciudadano.
O sea que Vicente Fox, con su activismo electoral, su monumental perversidad de opinar, manifestar, aseverar y que, según el fallo del tepjf (con minúsculas) puso en riesgo la polémica elección del 2006, a Felipe lo tiene sin cuidado.
Pero cuidado. De paso advierte que al diablo con su reforma electoral…
Y es entonces, amable lector, cuando se encienden los focos rojos en la controvertida licitación del monitoreo espotero del ife (ni modo, sigue con minúsculas), donde ganó el Grupo de Tecnología Cibernética SA de CV que bien pudo ser plan con maña. No sólo porque esta empresa está en el incumplimiento de sus obligaciones legales con el atractivo monitoreo, sino porque no me la va a creer, pero ya apareció el peine de IBOPE —cuyo rol fue fundamental en el cochinero del 2006— vendiendo sus servicios de monitoreo a los partidos políticos y esparciendo la semilla que, como el ife, está hecho camote, ellos serán los flotis electorales (con todo y que no tienen cobertura nacional) en medio de la monumental espotiza que comienza formalmente en mayo con las campañas, y anote usted, será el epicentro para las impugnaciones, arreglones, negociaciones y turbiedad de un laboratorio como lo son, sin duda, estos comicios intermedios.
Y lo son porque el PAN y el primer jinete de la (atormentada) nación están desesperados porque perderán hasta la risa y con lo sembrado en el ife, apuestan —con la opacidad en el monitoreo— al atropello del Frankenstein electoral y del maravilloso Cofipe, y mientras medio México impugna en el tepjf (oootra institución enana) y éste se toma su tiempo para emitir sus fallos… ya estaremos en el último trimestre, ya hubo el beneficio — haiga sido como haiga sido— para el partido y/o candidato (por eso su aviso del derecho a opinar), ya fue brutal la espotiza y si bien les va… la sanción llegará en 24 meses tal y como sucedió con el virtuoso CCE, remember…?
El escenario es volátil. Incierto y muy peligroso, donde lo que brilla es... la anarquía. El monitoreo de la espotiza nacional, pilar del éxito o fracaso, debe ser a prueba de todo. Sobre todo porque el árbitro luce débil y frágil.
Y para colmos, protagonista. No sólo de su posible extinción, my friend, sino de... la corrupción.
El severo misil no sólo pega directo en la línea de flotación de la percepción de un Estado fallido sino que pone de un madrazo a Felipe en su lugar quien, junto a la incontinencia verbal de Agustín Carstens y los otros disfuncionales, no para de escupir (para arriba) frivolidades, inconsistencias e incoherencias sobre la peligrosa crisis económica…
Que se coronó con el acuse de recibo, perdón, tibio anuncio de Calderón horas más tarde, señalando que México cuenta con una economía sólida (¿la del barco de gran calado?) y que está presentando propuestas whatever de los fondos de retiro (cuando lo de moda son los retiros de los fondos) de los trabajadores prometiendo más acciones para que las personas puedan preservar sus empleos y notificando más medidas (¡¿?!) en los próximos días.
Chingón.
Los pronósticos (y soluciones) de Felipe y Carlos son… diametralmente opuestos, con la pequeña salvedad de que el segundo goza de credibilidad, tiene conocimiento del tema, le sobran tablas y sentido del timing, y el primero... vale madres. Sobre todo en los enchilados ánimos de la cúpula empresarial y financiera que ven alarmados al extraordinario equipo económico y a los jinetes de la tormenta.
Y para documentar el optimista catastrofismo del respetable, Felipe regó la pólvora, ahora en la arena electoral, en una amplia entrevista a Excélsior afirmando que no seré contendiente pero sí puedo opinar, sin renunciar a su derecho de dar su punto de vista y precisiones sobre asuntos de interés ciudadano.
O sea que Vicente Fox, con su activismo electoral, su monumental perversidad de opinar, manifestar, aseverar y que, según el fallo del tepjf (con minúsculas) puso en riesgo la polémica elección del 2006, a Felipe lo tiene sin cuidado.
Pero cuidado. De paso advierte que al diablo con su reforma electoral…
Y es entonces, amable lector, cuando se encienden los focos rojos en la controvertida licitación del monitoreo espotero del ife (ni modo, sigue con minúsculas), donde ganó el Grupo de Tecnología Cibernética SA de CV que bien pudo ser plan con maña. No sólo porque esta empresa está en el incumplimiento de sus obligaciones legales con el atractivo monitoreo, sino porque no me la va a creer, pero ya apareció el peine de IBOPE —cuyo rol fue fundamental en el cochinero del 2006— vendiendo sus servicios de monitoreo a los partidos políticos y esparciendo la semilla que, como el ife, está hecho camote, ellos serán los flotis electorales (con todo y que no tienen cobertura nacional) en medio de la monumental espotiza que comienza formalmente en mayo con las campañas, y anote usted, será el epicentro para las impugnaciones, arreglones, negociaciones y turbiedad de un laboratorio como lo son, sin duda, estos comicios intermedios.
Y lo son porque el PAN y el primer jinete de la (atormentada) nación están desesperados porque perderán hasta la risa y con lo sembrado en el ife, apuestan —con la opacidad en el monitoreo— al atropello del Frankenstein electoral y del maravilloso Cofipe, y mientras medio México impugna en el tepjf (oootra institución enana) y éste se toma su tiempo para emitir sus fallos… ya estaremos en el último trimestre, ya hubo el beneficio — haiga sido como haiga sido— para el partido y/o candidato (por eso su aviso del derecho a opinar), ya fue brutal la espotiza y si bien les va… la sanción llegará en 24 meses tal y como sucedió con el virtuoso CCE, remember…?
El escenario es volátil. Incierto y muy peligroso, donde lo que brilla es... la anarquía. El monitoreo de la espotiza nacional, pilar del éxito o fracaso, debe ser a prueba de todo. Sobre todo porque el árbitro luce débil y frágil.
Y para colmos, protagonista. No sólo de su posible extinción, my friend, sino de... la corrupción.
Tic-tac..tic-tac.
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