- De María del Carmen de Lara se exhibirá hoy en el contexto de la gira Ambulante
- Voces silenciadas documenta la falta de libertad de expresión
- La cinta hace un recuento de los hechos que cambiaron el panorama de la labor de los medios de comunicación
- La realizadora destaca la necesidad de crear leyes que protejan a los periodistas
“Tenemos que alzar la voz por el espacio radioeléctrico, así como lo hicimos por el petróleo”, planteó María del Carmen de Lara, directora del documental Voces silenciadas, cuyo tema central es la libertad de expresión en México.
En entrevista, lanzó un llamado urgente, por un lado a los legisladores, y por el otro a la población. Conminó: “No nos pueden hacer estas jugarretas típicas de Televisa y Tv Azteca, de hacerse pasar por los buenos cuando en realidad se están apropiando de un espacio que es nuestro”.
Tomando como hilo conductor el caso de Carmen Aristegui, Voces silenciadas (2008) denuncia y documenta la falta de libertad de expresión en México, pero también destaca la labor de periodistas que han luchado por contar la verdad, como Lidia Cacho y Sanjuana Martínez, y las locutoras asesinadas Felícitas Martínez y Teresa Bautista; así como el papel fundamental que jugaron los medios electrónicos tomados en el movimiento magisterial y popular oaxaqueño en 2006.
Cuenta con un rico abanico de entrevistas a periodistas, politólogos, historiadores, políticos y escritores, como Javier Corral, Lorenzo Meyer, Blanche Petrich (La Jornada), Miguel Ángel Granados Chapa, Jenaro Villamil y Carlos Monsiváis.
La cinta hace un recuento de los principales hechos en la historia reciente que cambiaron el panorama de la labor de los medios de comunicación, como el golpe al diario Excélsior, que llevó a la creación de la revista Proceso y el diario unomásuno, y luego La Jornada, así como la discusión en torno a la llamada Ley Televisa.
Respecto de los tiempos oficiales en televisión y “el dinero que los ciudadanos pagamos para que las televisoras se enriquezcan y compren programas estadunidenses”, De Lara dijo: “Es una situación que debemos detener si pensamos que estamos construyendo una democracia”.
Denuncia
Por otro lado, Voces silenciadas denuncia “la judicialización” de los casos contra periodistas. Al respecto, la realizadora lanza otro “llamado de atención urgente” a que se haga “una ley de protección” de estos profesionales. Vemos asesinatos de mimos, que el sistema judicial se dedica a enfermar la labor periodística con situaciones como la que vive (Miguel Angel) Granados Chapa y Ana Lilia Torres y la gente de (la revista) Contralínea, y como seguramente lo viven muchos periodistas en otros estados del país”.
En este sentido habló de la necesidad de que se fortalezcan los medios comunitarios, que sufren una mayor represión que en las grandes ciudades, como se vio en el caso de las locutoras oaxaqueñas asesinadas, Bautista y Martínez.
El llamado de la cineasta consiste en insistir en la necesidad de “una ley de medios realmente incluyente”. También opinó que el discurso no debe ser “dennos chance y déjenos aparecer en la tele. No, señores; están ocupando nuestro espacio y están haciendo negocio. Su negocio tiene que redituar en tiempos oficiales reales mucho más amplios que incluyan la exhibición de documentales mexicanos críticos, que incluyan en la exhibición el derecho de réplica”, dijo.
Los documentales son de los pocos géneros audiovisuales que tocan esos temas (movimientos sociales, libertad de expresión). Por eso las televisoras no los exhiben. Por eso se tiene que incluir su programación en la ley de medios, sugirió De Lara. “No es una legislación mínima. Es, como dice Carmen Aristegui, la madre de todas las batallas.”
Voces silenciadas se proyecta en la Gira de Documentales Ambulante. María del Carmen de Lara habló sobre la importancia de un festival como éste, que llega a 16 estados, en el contexto de la falta de espacios de exhibición de este género: “Da la posibilidad de que esto no se quede nada más en la ciudad de México, sino que salga a otros estados”.
Y siguió: “Nos urgen espacios, que deberían ser las cinetecas de todos los estados, donde se permita la libertad de expresión”. También planteó la necesidad de que esos lugares se legislen.
El otro “acierto” de Ambulante, a juicio de la cineasta, es no ser competitivo.
El documental está relacionado con la identidad cultural, pero esto “aparentemente a nadie le preocupa. Es un problema que tiene que ver con la educación pública del país. Nos están enseñando que si vamos a festivales y ganamos premios ya la hicimos. Me interesó Ambulante porque se sale de ese juego. No tenemos por qué estar compitiendo por premios, que además –lo digo después de obtener algunos– no me ayudaron a sacar (la de las) costureras (No les pedimos un viaje a la Luna, 1986) al público. El mejor premio es que el público te vea”.
Público para el documental hay, opinó De Lara, “lo que no hay es voluntad política para que esto deje de ser nada más la voz del monopolio. Mientras el duopolio siga siendo el educador nacional, la Secretaría de Educación Pública, estamos fritos”.
De Lara está de acuerdo con la gente que opina que el documental ofrece, hoy, un espacio de libertad: “Creo que por eso ahora los jóvenes se vuelcan un poco más a él”.
Después de Ambulante, Voces silenciadas tendrá una corrida en la Cineteca Nacional y en marzo estará en salas de la Universidad Nacional Autónoma de México (coproductora del filme). Luego saldrá a la venta el devedé.
Voces silenciadas se proyectará hoy con la presencia de la directora, a las 20 horas, en Cinépolis Perisur; y mañana, a las 12 horas, en la unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana, al finalizar la función se llevará a cabo la mesa redonda Libertad de expresión en México, con Patricia Ortega, Omar Raúl Martínez y De Lara.
En entrevista, lanzó un llamado urgente, por un lado a los legisladores, y por el otro a la población. Conminó: “No nos pueden hacer estas jugarretas típicas de Televisa y Tv Azteca, de hacerse pasar por los buenos cuando en realidad se están apropiando de un espacio que es nuestro”.
Tomando como hilo conductor el caso de Carmen Aristegui, Voces silenciadas (2008) denuncia y documenta la falta de libertad de expresión en México, pero también destaca la labor de periodistas que han luchado por contar la verdad, como Lidia Cacho y Sanjuana Martínez, y las locutoras asesinadas Felícitas Martínez y Teresa Bautista; así como el papel fundamental que jugaron los medios electrónicos tomados en el movimiento magisterial y popular oaxaqueño en 2006.
Cuenta con un rico abanico de entrevistas a periodistas, politólogos, historiadores, políticos y escritores, como Javier Corral, Lorenzo Meyer, Blanche Petrich (La Jornada), Miguel Ángel Granados Chapa, Jenaro Villamil y Carlos Monsiváis.
La cinta hace un recuento de los principales hechos en la historia reciente que cambiaron el panorama de la labor de los medios de comunicación, como el golpe al diario Excélsior, que llevó a la creación de la revista Proceso y el diario unomásuno, y luego La Jornada, así como la discusión en torno a la llamada Ley Televisa.
Respecto de los tiempos oficiales en televisión y “el dinero que los ciudadanos pagamos para que las televisoras se enriquezcan y compren programas estadunidenses”, De Lara dijo: “Es una situación que debemos detener si pensamos que estamos construyendo una democracia”.
Denuncia
Por otro lado, Voces silenciadas denuncia “la judicialización” de los casos contra periodistas. Al respecto, la realizadora lanza otro “llamado de atención urgente” a que se haga “una ley de protección” de estos profesionales. Vemos asesinatos de mimos, que el sistema judicial se dedica a enfermar la labor periodística con situaciones como la que vive (Miguel Angel) Granados Chapa y Ana Lilia Torres y la gente de (la revista) Contralínea, y como seguramente lo viven muchos periodistas en otros estados del país”.
En este sentido habló de la necesidad de que se fortalezcan los medios comunitarios, que sufren una mayor represión que en las grandes ciudades, como se vio en el caso de las locutoras oaxaqueñas asesinadas, Bautista y Martínez.
El llamado de la cineasta consiste en insistir en la necesidad de “una ley de medios realmente incluyente”. También opinó que el discurso no debe ser “dennos chance y déjenos aparecer en la tele. No, señores; están ocupando nuestro espacio y están haciendo negocio. Su negocio tiene que redituar en tiempos oficiales reales mucho más amplios que incluyan la exhibición de documentales mexicanos críticos, que incluyan en la exhibición el derecho de réplica”, dijo.
Los documentales son de los pocos géneros audiovisuales que tocan esos temas (movimientos sociales, libertad de expresión). Por eso las televisoras no los exhiben. Por eso se tiene que incluir su programación en la ley de medios, sugirió De Lara. “No es una legislación mínima. Es, como dice Carmen Aristegui, la madre de todas las batallas.”
Voces silenciadas se proyecta en la Gira de Documentales Ambulante. María del Carmen de Lara habló sobre la importancia de un festival como éste, que llega a 16 estados, en el contexto de la falta de espacios de exhibición de este género: “Da la posibilidad de que esto no se quede nada más en la ciudad de México, sino que salga a otros estados”.
Y siguió: “Nos urgen espacios, que deberían ser las cinetecas de todos los estados, donde se permita la libertad de expresión”. También planteó la necesidad de que esos lugares se legislen.
El otro “acierto” de Ambulante, a juicio de la cineasta, es no ser competitivo.
El documental está relacionado con la identidad cultural, pero esto “aparentemente a nadie le preocupa. Es un problema que tiene que ver con la educación pública del país. Nos están enseñando que si vamos a festivales y ganamos premios ya la hicimos. Me interesó Ambulante porque se sale de ese juego. No tenemos por qué estar compitiendo por premios, que además –lo digo después de obtener algunos– no me ayudaron a sacar (la de las) costureras (No les pedimos un viaje a la Luna, 1986) al público. El mejor premio es que el público te vea”.
Público para el documental hay, opinó De Lara, “lo que no hay es voluntad política para que esto deje de ser nada más la voz del monopolio. Mientras el duopolio siga siendo el educador nacional, la Secretaría de Educación Pública, estamos fritos”.
De Lara está de acuerdo con la gente que opina que el documental ofrece, hoy, un espacio de libertad: “Creo que por eso ahora los jóvenes se vuelcan un poco más a él”.
Después de Ambulante, Voces silenciadas tendrá una corrida en la Cineteca Nacional y en marzo estará en salas de la Universidad Nacional Autónoma de México (coproductora del filme). Luego saldrá a la venta el devedé.
Voces silenciadas se proyectará hoy con la presencia de la directora, a las 20 horas, en Cinépolis Perisur; y mañana, a las 12 horas, en la unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana, al finalizar la función se llevará a cabo la mesa redonda Libertad de expresión en México, con Patricia Ortega, Omar Raúl Martínez y De Lara.
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