Raymundo Riva Palacio
El escándalo francés
Lunes, 02 de Marzo de 2009
Florence Cassez tiene 34 años y desde hace tres se encuentra presa en el penal femenil de Tepepan. Su suerte fue motivo de interés público en México cuando fue detenida en una operación policial y mediática en diciembre de 2005, junto con su novio Israel Vallarte, y tiempo después al ser condenada a 96 años de cárcel por los delitos de cuando menos cuatro secuestros y delincuencia organizada. Pero desde que se encuentra encerrada y la banda de secuestradores Los Zodiaco, a la que afirman las autoridades pertenecían, desmantelada, su historia pasó al archivo del recuerdo. En Francia es todo lo contrario.
El caso de Florence Cassez ha sido tomado por el gobierno de Nicolás Sarkozy como una bandera más de cómo el Presidente galo va en busca de la libertad de sus ciudadanos en el mundo al cual, por alguna razón irregular o ilegal, tienen privados de su libertad. Su interés tenía, en un principio, el empuje de un diputado de su partido, Unión para un Movimiento Popular en el Paso de Calais, de donde originalmente es la señorita Cassez, que deseaba ir ganando terreno a los socialistas en algunos de sus bastiones en el norte de Francia. Pero más adelante, al ver que el tema se convertía en un asunto de interés nacional, senadores y diputados de todos los partidos decidieron que el Caso Cassez, también era suyo.
Durante la segunda parte del año pasado, más de 40 periodistas franceses viajaron a México para escribir sobre el caso y hablar, en su mayoría, con la francesa en la cárcel. Fue una cobertura de impresionante variedad, desde el venerable vespertino Le Monde, hasta la revista de modas Elle, que le hizo una entrevista tras las rejas. La revista Le Point colocó el audio de una entrevista con ella en internet
(http://www.lepoint.fr/actualites-monde/
ecoutez-les-confidences-de-florence-cassez-depuis-sa-cellule/924/0/245329 ),
y arribó a México un escritor para desarrollar un libro. Y si hay un final feliz y Sarkozy logra su liberación, una película coronará lo que hoy ya es un escándalo en Francia.
Desde noviembre pasado, más de 100 diputados iniciaron una movilización en la Asamblea Nacional a favor de Florence Cassez, entre los que se encuentran varios ministros del gobierno y representantes de todos los partidos. La campaña comenzó casi inmediatamente después de que la secretaria de Estado para Derechos Humanos, Rama Yade, participó en un debate parlamentario donde la interrogaron sobre el caso y respondió que el tema era seguido al máximo nivel dentro del Palacio del Eliseo (http://www.lcpan.fr/emission/65522/video ). Es cierto. El año pasado, en un hecho bastante insólito, Sarkozy dedicó 45 minutos de su agenda para hablar con los familiares de Cassez, y desde entonces, las entrevistas entre miembros de su gabinete y los abogados de la francesa son bastante frecuentes.
La Secretaría de Relaciones Exteriores está muy preocupada por el escándalo en Francia, y quisieran que la PGR encontrara una salida judicial a un problema político. Los nervios deben estar en aumento, pues para el 8 de marzo se tiene programado el inicio de una visita de Estado del presidente Sarkozy a México. El reloj político es inexorable. De acuerdo con información francesa, Sarkozy tiene preparado traer bajo el brazo el dossier Cassez, para que forme parte de la agenda de discusión bilateral con el presidente Felipe Calderón.
La defensa de Cassez ha logrado establecer en la conciencia francesa que su cliente es inocente y que, además, existen varias irregularidades en el proceso judicial en su contra. Cassez fue detenida en una casa en Tlalpan, que tenía un cuarto en la parte posterior del jardín donde se retenía a los secuestrados. La ciudadana francesa siempre ha alegado que ella nunca se dio cuenta que había rehenes en esa parte de la casa, pero para las autoridades mexicanas, no hay duda de su culpabilidad y de que sí es cómplice de los secuestros que se le imputaron. Las autoridades dicen que las víctimas la identificaron, por el mechón de pelo rubio debajo del pasamontañas, y que en el caso del niño Christian Ríos, de 10 años, cada vez que escucha su voz llora y se orina de miedo, aún hoy, más de tres años después del secuestro. Según el expediente, Cassez les inyectaba anestésicos, participaba en torturas y era quien los amenazaba de cortarles un dedo o una oreja.
El conflicto es más político que judicial, y el gobierno mexicano no ha sido capaz de argumentar sólidamente ante los franceses el proceso que sostiene la sentencia. Las entrevistas de los abogados con el subprocurador bajo quien recae el caso, Juan Miguel Alcántara, han sido un desastre, pues el funcionario muestra una ignorancia total del expediente. Su incompetencia ha generado tensión hacia el interior de la PGR y abierto el espacio para que Relaciones Exteriores presione para que le den una salida a Cassez hacia Francia y se quiten una papa caliente que está dañando aún más la imagen de México en ese país y en Europa. La Embajada de Francia en este país, aunque con un perfil muy discreto, no ha dejado de estar cerca de Cassez y de mantener el contacto con la autoridad mexicana.
El caso Cassez no es sólo un escándalo político en Francia y un problema de opinión pública para México en aquella nación, sino que ha generado todo un debate en internet. De hecho, Florence Cassez tiene 504 mil entradas en el buscador de Google, existe una página en Facebook en apoyo a su liberación, y recibe más de 300 cartas semanales desde Francia, lo que muestra el interés internacional al caso. No está fácil para el presidente Calderón, en buena parte por el desprestigio internacional sobre la administración de justicia en México y la masiva corrupción judicial. Tampoco es un asunto de realidades, sino de percepciones. Lo mejor que podría hacer el gobierno calderonista es trabajar previamente a la visita de Sarkozy que el tema lo saque de la agenda, o lo lleve a un muy bajo perfil. Claro, que el presidente francés necesitaría algo a cambio, quizás como su deportación y que cumpla la condena en Francia. Lo peor que podría hacer es no hacer nada, o no encontrar una puerta política a un problema eminentemente político.
El caso de Florence Cassez ha sido tomado por el gobierno de Nicolás Sarkozy como una bandera más de cómo el Presidente galo va en busca de la libertad de sus ciudadanos en el mundo al cual, por alguna razón irregular o ilegal, tienen privados de su libertad. Su interés tenía, en un principio, el empuje de un diputado de su partido, Unión para un Movimiento Popular en el Paso de Calais, de donde originalmente es la señorita Cassez, que deseaba ir ganando terreno a los socialistas en algunos de sus bastiones en el norte de Francia. Pero más adelante, al ver que el tema se convertía en un asunto de interés nacional, senadores y diputados de todos los partidos decidieron que el Caso Cassez, también era suyo.
Durante la segunda parte del año pasado, más de 40 periodistas franceses viajaron a México para escribir sobre el caso y hablar, en su mayoría, con la francesa en la cárcel. Fue una cobertura de impresionante variedad, desde el venerable vespertino Le Monde, hasta la revista de modas Elle, que le hizo una entrevista tras las rejas. La revista Le Point colocó el audio de una entrevista con ella en internet
(http://www.lepoint.fr/actualites-monde/
ecoutez-les-confidences-de-florence-cassez-depuis-sa-cellule/924/0/245329 ),
y arribó a México un escritor para desarrollar un libro. Y si hay un final feliz y Sarkozy logra su liberación, una película coronará lo que hoy ya es un escándalo en Francia.
Desde noviembre pasado, más de 100 diputados iniciaron una movilización en la Asamblea Nacional a favor de Florence Cassez, entre los que se encuentran varios ministros del gobierno y representantes de todos los partidos. La campaña comenzó casi inmediatamente después de que la secretaria de Estado para Derechos Humanos, Rama Yade, participó en un debate parlamentario donde la interrogaron sobre el caso y respondió que el tema era seguido al máximo nivel dentro del Palacio del Eliseo (http://www.lcpan.fr/emission/65522/video ). Es cierto. El año pasado, en un hecho bastante insólito, Sarkozy dedicó 45 minutos de su agenda para hablar con los familiares de Cassez, y desde entonces, las entrevistas entre miembros de su gabinete y los abogados de la francesa son bastante frecuentes.
La Secretaría de Relaciones Exteriores está muy preocupada por el escándalo en Francia, y quisieran que la PGR encontrara una salida judicial a un problema político. Los nervios deben estar en aumento, pues para el 8 de marzo se tiene programado el inicio de una visita de Estado del presidente Sarkozy a México. El reloj político es inexorable. De acuerdo con información francesa, Sarkozy tiene preparado traer bajo el brazo el dossier Cassez, para que forme parte de la agenda de discusión bilateral con el presidente Felipe Calderón.
La defensa de Cassez ha logrado establecer en la conciencia francesa que su cliente es inocente y que, además, existen varias irregularidades en el proceso judicial en su contra. Cassez fue detenida en una casa en Tlalpan, que tenía un cuarto en la parte posterior del jardín donde se retenía a los secuestrados. La ciudadana francesa siempre ha alegado que ella nunca se dio cuenta que había rehenes en esa parte de la casa, pero para las autoridades mexicanas, no hay duda de su culpabilidad y de que sí es cómplice de los secuestros que se le imputaron. Las autoridades dicen que las víctimas la identificaron, por el mechón de pelo rubio debajo del pasamontañas, y que en el caso del niño Christian Ríos, de 10 años, cada vez que escucha su voz llora y se orina de miedo, aún hoy, más de tres años después del secuestro. Según el expediente, Cassez les inyectaba anestésicos, participaba en torturas y era quien los amenazaba de cortarles un dedo o una oreja.
El conflicto es más político que judicial, y el gobierno mexicano no ha sido capaz de argumentar sólidamente ante los franceses el proceso que sostiene la sentencia. Las entrevistas de los abogados con el subprocurador bajo quien recae el caso, Juan Miguel Alcántara, han sido un desastre, pues el funcionario muestra una ignorancia total del expediente. Su incompetencia ha generado tensión hacia el interior de la PGR y abierto el espacio para que Relaciones Exteriores presione para que le den una salida a Cassez hacia Francia y se quiten una papa caliente que está dañando aún más la imagen de México en ese país y en Europa. La Embajada de Francia en este país, aunque con un perfil muy discreto, no ha dejado de estar cerca de Cassez y de mantener el contacto con la autoridad mexicana.
El caso Cassez no es sólo un escándalo político en Francia y un problema de opinión pública para México en aquella nación, sino que ha generado todo un debate en internet. De hecho, Florence Cassez tiene 504 mil entradas en el buscador de Google, existe una página en Facebook en apoyo a su liberación, y recibe más de 300 cartas semanales desde Francia, lo que muestra el interés internacional al caso. No está fácil para el presidente Calderón, en buena parte por el desprestigio internacional sobre la administración de justicia en México y la masiva corrupción judicial. Tampoco es un asunto de realidades, sino de percepciones. Lo mejor que podría hacer el gobierno calderonista es trabajar previamente a la visita de Sarkozy que el tema lo saque de la agenda, o lo lleve a un muy bajo perfil. Claro, que el presidente francés necesitaría algo a cambio, quizás como su deportación y que cumpla la condena en Francia. Lo peor que podría hacer es no hacer nada, o no encontrar una puerta política a un problema eminentemente político.
r_rivapalacio@yahoo.com
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