El anuncio de la visita de Clinton a México tiene como inevitable telón de fondo el reciente intercambio de declaraciones protagonizado por funcionarios del gobierno estadunidense y las autoridades mexicanas en relación con los dudosos resultados de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado del calderonismo al igual que el notable incremento de la violencia en diversas zonas del país, principalmente en la región fronteriza del norte. El pasado jueves, en un tono inusualmente crítico, Calderón Hinojosa llegó al punto de acusar la configuración de una campaña de desprestigio contra México; afirmó que la corrupción de ciertas autoridades del vecino país posibilita la acción de los cárteles, e incluso desafió a quienes han cuestionado la autoridad del Estado sobre franjas del territorio nacional: Yo reto a quien diga eso a que me diga a qué punto del territorio nacional quiere ir, y lo llevo.
Es claro que, en la circunstancia actual, en el contexto de las relaciones entre ambas naciones, el incremento de la violencia y la situación de ingobernabilidad que se vive en distintos puntos del país son temas que han adquirido una nueva dimensión e importancia, y que alimentan, en las autoridades estadunidenses, tanto inquietudes legítimas –ante la posibilidad de que el clima de inseguridad se traslade a su propio territorio– como posiciones equívocas y malintencionadas que se empeñan en soslayar la cuota de responsabilidad que les corresponde en el crecimiento del narcotráfico y otros fenómenos delictivos.
Tal situación abre una perspectiva por demás indeseable para nuestro país por cuanto pudiera prefigurar un incremento en las presiones de Washington por profundizar la asistencia militar binacional en el marco de la denominada Iniciativa Mérida. Al respecto, no pueden pasarse por alto las declaraciones realizadas la semana pasada por el jefe del Estado Mayor Conjunto del vecino país, Michael Mullen, de que las fuerzas armadas mexicanas y estadunidenses deberían actuar mancomunadamente en el combate al narco y de que el Plan Colombia –que contempló el despliegue de marines en esa nación sudamericana– debería ser tomado como ejemplo por México.
Ante tales consideraciones, la visita de Clinton a México cobra tintes inquietantes y es obligado preguntarse si su presencia en el país y el respaldo manifestado al gobierno calderonista no acabarán por multiplicar las deficiencias de las políticas anticrimen gestadas en ambos lados de la frontera.
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La secretaria de Estado estará en las ciudades de México y Monterrey los días 25 y 26
Clinton viene a subrayar apoyo antinarco mientras EU alista el envío de más tropas
Tomamos la violencia muy seriamente y mandaremos un contingente grande a la frontera: Napolitano
David Brooks Corresponsal
Washington, 13 de marzo. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, visitará México los días 25 y 26 para subrayar el apoyo estadunidense a la lucha antinarcóticos y enfatizar la cooperación en una amplia gama de asuntos de la relación bilateral, mientras, por otro lado, el gobierno estadunidense próximamente enviará más contingentes de oficiales federales a la zona fronteriza para enfrentar la amenaza de violencia proveniente del país vecino. El Departamento de Estado anunció que en su tercer viaje al extranjero como secretaria del ramo, Clinton visitará las ciudades de México y Monterrey, donde abordará temas como la crisis financiera internacional, asuntos ambientales, comercio y Cumbre de las Américas, entre otros, aunque un enfoque obligado será la cooperación en materia de seguridad pública.
El subvocero de la canciller, Gordon Duguid, informó que se abordará la Iniciativa Mérida. No es decisión sólo de Estados Unidos cómo procederemos; esta es una asociación con México. Los programas, proyectos y capacitación que ocurren en el plan Mérida no son estáticos, pueden ser adaptados a las necesidades que ven ambos socios en el terreno, dijo.
Interrogado respecto a si el gobierno de México tiene control sobre todo su territorio, Duguid sólo contestó: sí. Y sobre por qué otros funcionarios de la administración de Barack Obama han indicado otra cosa, dijo que estaba dando únicamente la posición del Departamento de Estado. Afirmó que la escala de Clinton en Monterrey responde a los vínculos económicos que Estados Unidos tiene en esa ciudad, aunque también aceptó que es una manera de enviar un mensaje de que es seguro viajar al norte de México. La visita al país, por invitación de la canciller Patricia Espinosa, se realiza justo en momentos en que la relación ha puesto como prioridad –una vez más– el narcotráfico, después de años donde temas como comercio y migración habían dominado. De hecho, es notable que en el comunicado, como en la sesión con periodistas en el Departamento de Estado, donde se anunció el viaje de manera oficial, no se menciona el tema migratorio. A la vez, la visita se hace en momentos en que el gobierno de Obama enfrenta una creciente presión para responder a la percepción de que la violencia en México ligada al narcotráfico está amenazando la seguridad de Estados Unidos.
En tanto, la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, informó que próximamente enviará un contingente grande de oficiales federales a la frontera con México ante la escalada de violencia. Tomamos esto muy seriamente y tenemos la intención de hacer algunos movimientos significativos hacia la frontera suroeste, declaró en entrevista exclusiva con USA Today. Obama ha hecho prioridad su apoyo al gobierno de Calderón en la lucha contra los cárteles, dijo Napolitano según USA Today. Agregó que la guerra del narco en México ocupa un lugar muy alto en su lista de prioridades de asuntos de seguridad nacional. Todo estadunidense tiene algo en juego en esto. La violencia en la frontera se filtra fácilmente a nuestras comunidades y crea temor de que el imperio de la ley ya no se esté aplicando, y eso simplemente es inaceptable. Según reportó el diario, la funcionaria informó que la nueva iniciativa movilizará más equipos de seguridad fronteriza, más analistas de inteligencia enfocados en esa zona y más inspección del tránsito que sale de este país hacia México, aunque no reveló cifras.
Confirma la SRE
Por su lado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó la visita de Hillary Clinton los días 25 y 26, durante los cuales revisará con su homóloga Patricia Espinosa el avance de los programas y estrategias de cooperación definidos en el encuentro que sostuvieron los presidentes Felipe Calderón y Barack Obama el pasado 12 de enero. La cancillería consideró que se dará continuidad al esquema de cooperación en todos los ámbitos, incluida la seguridad, y que se impulsarán nuevas áreas de colaboración en temas como competitividad, bienestar social y asuntos de la agenda internacional.
En vista de que las administraciones de México y Estados Unidos coincidirán en los próximos cuatro años, la dependencia estimó que la visita de Clinton contribuirá a mantener en ese periodo el dinamismo que ha alcanzado el diálogo entre ambos gobiernos. El anuncio de la visita de la secretaria de Estado se hizo ayer, en medio de una serie de acusaciones y reclamos tanto de la administración calderonista como de la Casa Blanca. Funcionarios estadunidenses han señalado que México es un Estado fallido y que hay regiones donde no hay gobierno a causa del poder que ha adquirido el narcotráfico. Ante estos señalamientos, el gobierno calderonista denunció que hay una campaña de desprestigio hacia México, que incluso ha llegado a la apología del delito por algunos medios informativos. Resaltó que el tráfico de estupefacientes no sería posible sin la corrupción de autoridades del vecino país del norte, y llamó a su homólogo a evitar el trafico de armas.
Con información de Georgina Saldierna