Entrega Pemex contrato a Mexssub, donde trabajaba Reyes Heroles Denuncia López Obrador más acuerdos para entregar el petróleo a extranjeros Alma E. Muñoz Andrés Manuel López Obrador anunció una nueva etapa del movimiento nacional en defensa del petróleo, en contra de la corrupción y los contratos que Petróleos Mexicanos firma con empresas privadas, por resultar violatorios del artículo 27 constitucional. En ese contexto afirmó que emprenderán acciones por la vía jurídica y de resistencia civil pacífica. Dio cuenta de dos acuerdos recientes: el anuncio de división del yacimiento de Chicontepec, Veracruz, en ocho tramos, el pasado 18 de febrero, para entregar contratos en exclusiva a empresas extranjeras, y el otorgado a la empresa Mexssub, el 11 de marzo pasado, por mil 300 millones de dólares, para el mantenimiento de ductos. Y en esa compañía, citó, trabajaba en 2005 como consultor el actual director de la paraestatal, Jesús Reyes Heroles. En la ceremonia por el 71 aniversario de la expropiación petrolera, en el monumento al general Lázaro Cárdenas del Río, en el Eje Central de la ciudad de México, también informó que la española Repsol dio prácticamente por cancelado el contrato que le entregó Felipe Calderón en 2003, como secretario de Energía, por 2 mil 437 millones de dólares para explotar yacimientos de gas en la Cuenca de Burgos. Lo hizo, señaló, sin cumplir con los compromisos de producción y se llevó mucho dinero del presupuesto, mediante el cobro de sobreprecios en equipos y servicios de mantenimiento”. Es nuestro deber, indicó López Obrador, exigir que se investigue esta operación fraudulenta que supone un cuantioso daño patrimonial al erario, lo mismo sobre los contratos que la paraestatal otorgó en Chicontepec a las empresas Schlumberger y Halliburton para la perforación de 300 pozos petroleros, y que prácticamente no incrementaron la producción, pero sí significaron erogaciones millonarias en beneficio de estas dos compañías extranjeras. Advirtió que Pemex recientemente anunció que volverá a otorgar contratos en esa zona a las mismas firmas. Así que en suma, dijo, Burgos y Chicontepec han resultado un magnífico negocio para los contratistas, pero un evidente y descarado fraude a la nación. Por eso estamos aquí, para decirles a quienes pretenden regresar la industria a particulares, nacionales y extranjeros, que no lo permitiremos bajo ninguna circunstancia. Vamos a ir definiendo el plan hacia delante, afirmó. Y para ello se reunirá con quienes integran las comisiones en defensa del petróleo para trabajar sobre la defensa jurídica y las acciones de resistencia civil pacífica que consideren convenientes. El gobierno usurpador mantiene la intención de dividir el territorio petrolero en lotes y entregarlos en exclusiva a las empresas petroleras particulares mediante contratos de servicios con duración de 25 años y con incentivos económicos especiales, advirtió. Recomendó revisar el mapa de explotación, petróleo y gas de Estados Unidos, donde se logra constatar que todo el Golfo de México, del lado estadunidense, ya está cuadriculado y repartido entre las principales petroleras del mundo, y eso es lo que buscan imitar los promotores de este plan entreguista en nuestro país. Quieren anexarnos con el asunto del petróleo, pero no estamos dispuestos a dar cabida a ese intervencionismo. ¡No aceptamos ninguna ocupación de nuestro territorio! México debe seguir siendo un país libre, independiente y soberano. Una y otra vez decimos: no queremos convertirnos en colonia. Que nadie se equivoque afuera, remarcó. Que no estén pensando que como hay un presidente pelele e incapaz van a poder avanzar en su intervencionismo. Este movimiento va a estar siempre vigilante. Esta lucha, advirtió, aún no termina. Desde mi punto de vista, en esta nueva etapa debemos orientar el movimiento en defensa del petróleo hacia tres propósitos fundamentales: uno, evitar que se otorguen concesiones a empresas petroleras o extranjeras para explorar y explotar nuestro petróleo en áreas exclusivas del territorio nacional; dos, combatir la gran corrupción que existe en Pemex y en la Comisión Federal de Electricidad, y tres, lograr que el petróleo deje de exportarse como materia prima y sea utilizado internamente para la elaboración de gasolinas, diesel y productos petroquímicos, y en cambio se utilice para crear empleos en México y favorecer la industrialización del país. Ceremonia oficial o asociación delictuosa López Obrador criticó la ceremonia oficial que encabezó Felipe Calderón, en ocasión de la expropiación petrolera y fustigó la asociación delictuosa que representan las imágenes con Carlos Romero Deschamps (líder del sindicato petrolero), con el gobernador de Puebla, (Mario) Marín Torres, y con Reyes Heroles. Cuestionó que la paraestatal continúe siendo saqueada impunemente por contratistas y funcionarios públicos. Hay que presentar denuncias para dejar constancia de que estos bandidos, estos rateros, están siendo señalados por muchos mexicanos; hay que estar siempre dándoles seguimiento; hay que tenerlos bien lampareados. Previo al discurso del dirigente, Octavio Romero Oropeza, secretario para la honestidad y la austeridad republicana del gobierno legítimo, explicó que al otorgarle el contrato a Mexssub, el director de Pemex, además de un acto de corrupción tiene las agravantes de tráfico de influencias y conflicto de intereses. ¿Cómo puede alguien así continuar al frente de Petróleos Mexicanos?, se preguntó. -------------------------------------
A los pies de la estatua del general Lázaro Cárdenas del Río, 71 años después de la nacionalización del petróleo, miles de personas gritan y mueven la mano de izquierda a derecha como un péndulo gritando ¡no!, cada vez que Andrés Manuel López Obrador les pregunta si les merece respeto Felipe Calderón. Él dijo que sería el presidente del empleo. ¿Cumplió?, insiste el tabasqueño. ¡No!, responde la gente. ¿Debemos respetarlo? El ¡no! de la multitud se repite ante la enumeración de cada promesa de campaña incumplida por el panista, y la secuencia culmina con una frase digna del mármol: Nunca serán dignos de respeto los que no respetan al pueblo. López Obrador había dejado la lectura de su discurso después de recordar que, apenas el 11 de marzo, el director general de Petróleos Mexicanos, Jesús Reyes Heroles, otorgó un millonario contrato en dólares a Mexssub, empresa para la que cabildeó cuando era consultor particular en el sexenio de (Vicente) Fox. Y entonces empezó la catarsis colectiva. “Estoy seguro de que hoy mismo, en los noticieros de la noche, van a dar esta primicia. Y mañana la van a publicar todos los periódicos a ocho columnas, ¿verdad que sí? Y todas las estaciones de radio se van a pasar el día diciendo que Reyes Heroles es un corrupto, y no faltará quien pregunte cómo se puede ser coyote y director general de Pemex al mismo tiempo”, dice el dirigente opositor, y la gente le aplaude y se ríe. También estoy seguro de que todos los medios van a denunciar que hoy por la mañana hubo una reunión de delincuentes, de rateros de cuello blanco, en la que estuvieron celebrando la expropiación petrolera el presidente pelele, (Carlos) Romero Deschamps, el gobernador de Puebla (Mario Marín) y Reyes Heroles, abunda López Obrador, antes de matizar que en el fondo de su corazón el pueblo de México siente un gran respeto por sus autoridades; algunas personas a veces me piden que ya no le diga tan feo al mequetrefe de Calderón, pero yo les pregunto a ustedes: ¿debemos respetar a un presidente espurio que no cumplió ninguna de sus promesas de campaña? El primer ¡no! marca el inicio de la retahíla de preguntas y respuestas, en el clímax de un discurso particularmente duro en el tono y en su carácter desafiante hacia el gobierno federal, en una coyuntura en que éste es percibido como débil dentro y fuera del país, mientras los medios vuelven a la carga, un día sí y otro también, diciendo que ya no representamos a nadie, contra el movimiento nacional en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional. Foto Andrés Manuel López Obrador, durante su discurso en Eje CentralFoto José Carlo González Además, el acto, que duró dos horas a un costado del Eje Central, posee un rasgo nuevo, algo que no suele verse en los mítines encabezados por López Obrador: la presencia de organizaciones políticas extranjeras, como la poderosa central obrera estadunidense AFL-CIO (American Federation of Labor-Congress of Industrial Organization), el Consejo Laboral de San Francisco y el Sindicato Nacional de Trabajadores del Ministerio del Poder Popular para la Energía y el Petróleo de Venezuela. De acuerdo con Frank Martín del Campo, representante de los sindicatos de San Francisco, California, la participación de la AFL-CIO en el templete es producto de un acuerdo de asamblea, aunque él, en nombre de sus representados, trae el mandato de expresar el apoyo de los mexicanos que viven y luchan en Estados Unidos al movimiento de López Obrador. La razón que explica esta confluencia de activistas y observadores extranjeros es la reunión que se dio ayer por la mañana entre representantes sindicales de los países miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte –México, Estados Unidos y Canadá–, a la que se sumaron directivos de Petróleos de Venezuela (Pedevesa), que después de hablar acerca de la crisis acudieron a escuchar el discurso de López Obrador y a conocer en forma directa el movimiento que lo respalda. Octavio Romero Oropeza, integrante del gobierno legítimo, detalló largamente el tráfico de influencias de Reyes Heroles en torno al contrato a Mexssub, y Antonio Gershenson explicó la incongruencia que existe entre el hecho de que Pemex queme 20 por ciento de la producción nacional de gas natural y a la vez lo importe. Pero el plato fuerte de la tarde-noche fue el discurso del presidente legítimo, quien casi al término de su arenga recomendó a los que han destruido a México, que no se confíen porque les va a llegar su hora. Y a la gente, vivamente emocionado, le aseguró: Se los prometo. |
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