Café y quesos
Marco Buenrostro y Cristina Barros
Los italianos han tenido presencia en el cultivo del café. Jerónimo de Manchinelli, escribe Gerardo Sánchez Díaz en su Breve historia del café en Michoacán, adquirió en Guatemala mil 500 cafetos que sembró en su finca La Chácara, cerca de Tuxtla, Chiapas. Varios cafés del centro de la ciudad de México debieron ser fundados por italianos. El dueño del Bella Unión, el señor Fulcheri, preparaba crema chantilly y queso crema.
En la época en que el gobierno mexicano invitó a extranjeros a formar colonias agrícolas en diversos estados, llegaron diversos grupos de italianos entre 1858 y 1924. Los primeros fundaron El Chico, Rinconada, Paso de Ovejas y Santa Fe, cerca de Jalapa; luego la Colonia Modelo en Papantla y El Cristo (Gutiérrez Zamora, Veracruz). Se dedicaron a la ganadería y al cultivo de la vainilla. Entre esas familias estaban los abuelos de Vicente Lombardo Toledano.
Poco después llega otro grupo a fundar la colonia Manuel González cerca de Huatusco, Veracruz. Provenían de la Alta Italia y del Tirol; sus descendientes habitan en Córdoba, Orizaba, Veracruz y Jalapa. Entre otras actividades, cultivaron la caña de azúcar y de café en esa tierra benedetta de Dio, en palabras de uno de ellos. La familia del reconocido escritor y buen amigo Sergio Pitol formaba parte de estos inmigrantes.
Los descendientes de la familia Gasperín, según su propio testimonio, continúan dedicados a la agricultura, han ampliado sus actividades construyendo trapiches en los que se hace piloncillo, beneficios de café húmedo y seco, sobre todo de las variedades arábiga y robusta; han establecido granjas avícolas, porcinas y pecuarias; también desarrollan la apicultura, además de tener huertos familiares y hortalizas, así como la producción de leche y sus derivados. Recordemos, asimismo, la elaboración de licores de frutas como los de naranja y zarzamora.
En relación con los lácteos, mencionemos a quienes llegaron a Chipilo, Puebla, en 1882. Aún elaboran el queso oreado para la tradicional polenta italiana hecha de maíz, además de crema y otros quesos.
El Globo fue fundado en 1884 por una familia italiana en la esquina de San Francisco y Coliseo Viejo, hoy Madero e Isabel la Católica. El señor Tonconi debió ser admirador del general Guiseppe Garibaldi, pues en su honor llamó garibaldis a unos panqués que una vez horneados se pasan por jalea de chabacano y luego por gragea blanca; siguen presentes, pero se han adulterado.
De mediados del siglo XX son las neverías Chiandoni y La Bella Italia, que nos deleitan con sus helados estilo italiano.
kikka-roja.blogspot.com/
En la época en que el gobierno mexicano invitó a extranjeros a formar colonias agrícolas en diversos estados, llegaron diversos grupos de italianos entre 1858 y 1924. Los primeros fundaron El Chico, Rinconada, Paso de Ovejas y Santa Fe, cerca de Jalapa; luego la Colonia Modelo en Papantla y El Cristo (Gutiérrez Zamora, Veracruz). Se dedicaron a la ganadería y al cultivo de la vainilla. Entre esas familias estaban los abuelos de Vicente Lombardo Toledano.
Poco después llega otro grupo a fundar la colonia Manuel González cerca de Huatusco, Veracruz. Provenían de la Alta Italia y del Tirol; sus descendientes habitan en Córdoba, Orizaba, Veracruz y Jalapa. Entre otras actividades, cultivaron la caña de azúcar y de café en esa tierra benedetta de Dio, en palabras de uno de ellos. La familia del reconocido escritor y buen amigo Sergio Pitol formaba parte de estos inmigrantes.
Los descendientes de la familia Gasperín, según su propio testimonio, continúan dedicados a la agricultura, han ampliado sus actividades construyendo trapiches en los que se hace piloncillo, beneficios de café húmedo y seco, sobre todo de las variedades arábiga y robusta; han establecido granjas avícolas, porcinas y pecuarias; también desarrollan la apicultura, además de tener huertos familiares y hortalizas, así como la producción de leche y sus derivados. Recordemos, asimismo, la elaboración de licores de frutas como los de naranja y zarzamora.
En relación con los lácteos, mencionemos a quienes llegaron a Chipilo, Puebla, en 1882. Aún elaboran el queso oreado para la tradicional polenta italiana hecha de maíz, además de crema y otros quesos.
El Globo fue fundado en 1884 por una familia italiana en la esquina de San Francisco y Coliseo Viejo, hoy Madero e Isabel la Católica. El señor Tonconi debió ser admirador del general Guiseppe Garibaldi, pues en su honor llamó garibaldis a unos panqués que una vez horneados se pasan por jalea de chabacano y luego por gragea blanca; siguen presentes, pero se han adulterado.
De mediados del siglo XX son las neverías Chiandoni y La Bella Italia, que nos deleitan con sus helados estilo italiano.