Acentos
Pablo Gómez
2009-10-23•Acentos
Al proyecto fiscal aprobado en la Cámara no lo ama nadie pero lo quiere la mayoría de San Lázaro. El PAN prefiere su absurda e inconstitucional “contribución contra la pobreza”, con una tasa de 2 por ciento generalizado bajo las reglas del IVA. El PRI —que negoció con Calderón— impulsa a regañadientes el 1 por ciento al valor agregado, obra suya, sin duda. En cuanto al impuesto sobre la renta, han coincidido el gobierno y el PRI en la propuesta original de Calderón para elevar todas las tasas reales de quienes ya pagan, incluyendo en primer lugar a los trabajadores. Lo demás es más monstruoso pero es el proyecto panista original, que se lo ha tragado el PRI con fuertes disensos en sus filas.
Es un paquetazo en tanto que se busca hacer pagar más a quienes ya están contribuyendo pero se mantienen los privilegios fiscales para los más ricos. El régimen de consolidación de las holdings, apenas modificado, seguirá vigente. La Cámara se ha negado a imponer el pago de derechos a las compañías mineras que se roban los recursos naturales del país. Tampoco discutió siquiera el proyecto que envié desde el Senado para gravar las ganancias de bolsa. La progresividad del impuesto sobre la renta en realidad no ha sido modificada.
En cambio, se aprobó un nuevo impuesto a internet, el cual ya paga el IVA. Todos los países promueven este medio de comunicación y educación, menos Calderón, autor de esta iniciativa, y el PRI, que la apoya sin explicación alguna. El aumento en la tasa y base del absurdo e inconstitucional impuesto al circulante tampoco ha sido explicado por sus autores ni por sus apoyadores priistas.
Sin embargo, la nueva recaudación contenida en el proyecto aprobado por PAN, PRI, Verde y Nueva Alianza, con los votos en contra de PRD, PT y Convergencia, es un paquetito. La cantidad implícita no alcanza más que para amortiguar una parte de la baja de los ingresos fiscales generada por la recesión. Pero no hay ningún plan contra la crisis, sino una respuesta timorata, protectora de privilegios.
El otro proyecto fue el que presentó el PRD. Plataforma tendiente a hacer pagar a quienes eluden su responsabilidad fiscal y a promover un fuerte programa de inversiones públicas productivas: tomar de la esfera de la especulación, de las superganancias de los monopolios y de los actuales gastos innecesarios el excedente para impulsar la economía. Esa es la respuesta correcta a la crisis que vivimos.
La alianza entre el gobierno y el PRI nos muestra una anomalía política. En las recientes elecciones el PRI fue votado más que ningún otro partido, pero no para realizar una alianza antipopular con el PAN, sino para promover cambios. Los electores del PRI han sido defraudados.
La patronal, por su lado, no quiere el mínimo aumento de la tasa máxima al ingreso en 2 puntos porcentuales, el cual difícilmente va a pagar, y tampoco está de acuerdo con la pequeña mordida al 40 por ciento durante 2010 a los impuestos retenidos por las holdings durante muchos años. Rechaza también el incremento del IEPS, en lo que tiene razón pero no por los argumentos apocalípticos que expone.
Al final, el paquetazo fiscal (paquetito en cuanto a su capacidad recaudatoria) va en el sentido de cobrar más a quienes ya pagan y mantener los privilegios de quienes no pagan. Este contenido marca toda una política gubernamental, asumida por el PRI en contra de sus propias promesas de campaña. En realidad, los nichos fiscales de privilegio los construyó el PRI cuando gobernaba.
La izquierda tiene la razón: hay que luchar contra la recesión y a favor de abolir los privilegios fiscales de un país con una fiscalidad endeble y atrasada.
pgomez@milenio.comEs un paquetazo en tanto que se busca hacer pagar más a quienes ya están contribuyendo pero se mantienen los privilegios fiscales para los más ricos. El régimen de consolidación de las holdings, apenas modificado, seguirá vigente. La Cámara se ha negado a imponer el pago de derechos a las compañías mineras que se roban los recursos naturales del país. Tampoco discutió siquiera el proyecto que envié desde el Senado para gravar las ganancias de bolsa. La progresividad del impuesto sobre la renta en realidad no ha sido modificada.
En cambio, se aprobó un nuevo impuesto a internet, el cual ya paga el IVA. Todos los países promueven este medio de comunicación y educación, menos Calderón, autor de esta iniciativa, y el PRI, que la apoya sin explicación alguna. El aumento en la tasa y base del absurdo e inconstitucional impuesto al circulante tampoco ha sido explicado por sus autores ni por sus apoyadores priistas.
Sin embargo, la nueva recaudación contenida en el proyecto aprobado por PAN, PRI, Verde y Nueva Alianza, con los votos en contra de PRD, PT y Convergencia, es un paquetito. La cantidad implícita no alcanza más que para amortiguar una parte de la baja de los ingresos fiscales generada por la recesión. Pero no hay ningún plan contra la crisis, sino una respuesta timorata, protectora de privilegios.
El otro proyecto fue el que presentó el PRD. Plataforma tendiente a hacer pagar a quienes eluden su responsabilidad fiscal y a promover un fuerte programa de inversiones públicas productivas: tomar de la esfera de la especulación, de las superganancias de los monopolios y de los actuales gastos innecesarios el excedente para impulsar la economía. Esa es la respuesta correcta a la crisis que vivimos.
La alianza entre el gobierno y el PRI nos muestra una anomalía política. En las recientes elecciones el PRI fue votado más que ningún otro partido, pero no para realizar una alianza antipopular con el PAN, sino para promover cambios. Los electores del PRI han sido defraudados.
La patronal, por su lado, no quiere el mínimo aumento de la tasa máxima al ingreso en 2 puntos porcentuales, el cual difícilmente va a pagar, y tampoco está de acuerdo con la pequeña mordida al 40 por ciento durante 2010 a los impuestos retenidos por las holdings durante muchos años. Rechaza también el incremento del IEPS, en lo que tiene razón pero no por los argumentos apocalípticos que expone.
Al final, el paquetazo fiscal (paquetito en cuanto a su capacidad recaudatoria) va en el sentido de cobrar más a quienes ya pagan y mantener los privilegios de quienes no pagan. Este contenido marca toda una política gubernamental, asumida por el PRI en contra de sus propias promesas de campaña. En realidad, los nichos fiscales de privilegio los construyó el PRI cuando gobernaba.
La izquierda tiene la razón: hay que luchar contra la recesión y a favor de abolir los privilegios fiscales de un país con una fiscalidad endeble y atrasada.
kikka-roja.blogspot.com/