- Incluso en China es más fácil cesar a trabajadores que en AL, sostiene Charles Dallara
- Para tener economía competitiva se deben facilitar despidos: IIF
- La región no puede darse el lujo de rezagarse de Asia; la clave es reformar el mercado laboral, dice
Periódico La Jornada
Viernes 19 de marzo de 2010, p. 28
Si México quiere tener una economía competitiva en el siglo XXI debe "flexibilizar" su mercado laboral para facilitar el despido de trabajadores y, de esa manera, reducir costos a las empresas, aseguró el director de la asociación de bancos más grande del mundo, Charles Dallara.
En conferencia de prensa el director gerente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) manifestó que si en China, "país comunista, que aún tiene la mayor parte de su economía en manos del Estado, es más fácil despedir a alguien que en casi cualquier país de Latinoamérica", entonces “hay algo equivocado aquí.
"Se necesita flexibilidad del mercado laboral si se quiere crear una economía competitiva para el siglo XXI. Esta región no puede darse el lujo de quedar rezagada de Asia; no puede quedarse atrapada en niveles de crecimiento de 4 o 5 por ciento y ver cómo Asia crece entre 7 y 8 por ciento. Así que una de las claves sería la reforma del mercado laboral", apuntó.
Las declaraciones de Dallara se dieron en la reunión anual de directores generales latinoamericanos del IIF, asociación de instituciones financieras con más de 380 miembros en todo el mundo, 45 de ellos en América Latina y en la que también participan cinco grupos bancarios con operaciones en México. Allí, más de 80 ejecutivos de la región abordaron como temas centrales las perspectivas de desarrollo económico y la reforma financiera global.
El funcionario pronosticó que este año la economía mexicana tendrá un crecimiento de 4.4 por ciento después de una caída de 6.5 puntos porcentuales en 2009, mientras América Latina crecerá 4.8 por ciento en 2010.
No obstante, indicó que en la región enfrentará desafíos importantes en la última parte del año, cuando los países industrializados dejen de lado sus programas de estímulos, lo que acarreará condiciones fiscales y monetarias más estrictas.
"El IIF pronostica un crecimiento real anual para América Latina más bajo para 2011 de 3.5 por ciento", comentó.
El líder de los banqueros también advirtió sobre el riesgo de sobrerregular los sistemas bancarios, lo que podría limitar el otorgamiento de créditos.
Sostuvo que las decisiones que se tomen en el Grupo de los 20 este año, en torno a la reforma reglamentaria financiera internacional, tendrán impacto crítico en las condiciones económicas y bancarias en América Latina, por lo que es crucial que se tomen decisiones coordinadas a nivel internacional.
"Los sistemas regulatorios y de supervisión en América Latina se han fortalecido en los últimos años a consecuencia de crisis financieras locales, y esto ha dado por resultado marcos reglamentarios que, en muchos aspectos, son mucho más estrictos que los de Basilea y otras normas", aseguró.
Sostuvo que la calibración de las propuestas nuevas de Basilea deben considerar los datos financieros y económicos de esta región, pues lo que puede funcionar para los bancos europeos y norteamericanos podría no ser completamente adecuado para los bancos de América Latina.
Consideró especialmente importante que las instituciones financieras globales y regionales estén en condiciones de apoyar a la región en su camino hacia el desarrollo, por ello subrayó la necesidad de aumentar el capital del Banco Interamericano de Desarrollo.
En conferencia de prensa el director gerente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) manifestó que si en China, "país comunista, que aún tiene la mayor parte de su economía en manos del Estado, es más fácil despedir a alguien que en casi cualquier país de Latinoamérica", entonces “hay algo equivocado aquí.
"Se necesita flexibilidad del mercado laboral si se quiere crear una economía competitiva para el siglo XXI. Esta región no puede darse el lujo de quedar rezagada de Asia; no puede quedarse atrapada en niveles de crecimiento de 4 o 5 por ciento y ver cómo Asia crece entre 7 y 8 por ciento. Así que una de las claves sería la reforma del mercado laboral", apuntó.
Las declaraciones de Dallara se dieron en la reunión anual de directores generales latinoamericanos del IIF, asociación de instituciones financieras con más de 380 miembros en todo el mundo, 45 de ellos en América Latina y en la que también participan cinco grupos bancarios con operaciones en México. Allí, más de 80 ejecutivos de la región abordaron como temas centrales las perspectivas de desarrollo económico y la reforma financiera global.
El funcionario pronosticó que este año la economía mexicana tendrá un crecimiento de 4.4 por ciento después de una caída de 6.5 puntos porcentuales en 2009, mientras América Latina crecerá 4.8 por ciento en 2010.
No obstante, indicó que en la región enfrentará desafíos importantes en la última parte del año, cuando los países industrializados dejen de lado sus programas de estímulos, lo que acarreará condiciones fiscales y monetarias más estrictas.
"El IIF pronostica un crecimiento real anual para América Latina más bajo para 2011 de 3.5 por ciento", comentó.
El líder de los banqueros también advirtió sobre el riesgo de sobrerregular los sistemas bancarios, lo que podría limitar el otorgamiento de créditos.
Sostuvo que las decisiones que se tomen en el Grupo de los 20 este año, en torno a la reforma reglamentaria financiera internacional, tendrán impacto crítico en las condiciones económicas y bancarias en América Latina, por lo que es crucial que se tomen decisiones coordinadas a nivel internacional.
"Los sistemas regulatorios y de supervisión en América Latina se han fortalecido en los últimos años a consecuencia de crisis financieras locales, y esto ha dado por resultado marcos reglamentarios que, en muchos aspectos, son mucho más estrictos que los de Basilea y otras normas", aseguró.
Sostuvo que la calibración de las propuestas nuevas de Basilea deben considerar los datos financieros y económicos de esta región, pues lo que puede funcionar para los bancos europeos y norteamericanos podría no ser completamente adecuado para los bancos de América Latina.
Consideró especialmente importante que las instituciones financieras globales y regionales estén en condiciones de apoyar a la región en su camino hacia el desarrollo, por ello subrayó la necesidad de aumentar el capital del Banco Interamericano de Desarrollo.
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