- Wallace, al mando
- Queja (fallida) ante la CNDH
- No a SOPA ni a ley Doring
- Chisteras y calzoncillos
Julio Hernández López
HAMBRE EN LA SIERRA Entrega de víveres en el ejido San Ignacio, municipio de Bocoyna, Chihuahua. Hay que caminar varias horas y hacer largas filas para recibir el apoyo del gobierno estatalFoto Jesús Villaseca
La Comisión Nacional de Derechos Humanos se desentendió en junio de 2010 de la queja presentada por Christian Samperio Quintanar a raíz de que presuntos policías federales y agentes de la Procuraduría General de la República habían entrado violentamente y sin orden judicial a su domicilio, en una operación violatoria de derechos y garantías que, según el afectado, tenía como voz de mando a Isabel Miranda de Wallace.
Los hechos sucedieron el 14 de enero de 2010, como a las 12:30 del medio día, en una casa de la calle Revolución Social, en la unidad habitacional Vicente Guerrero de la delegación Iztapalapa. Samperio Quintanar narró que ese día, un grupo de policías federales irrumpió en nuestro domicilio, destrozaron la puerta del patio y rompieron algunas pertenencias que yacían en el suelo, después comenzaron salvajemente a tirar la puerta de entrada a la casa mientras yo me encontraba en la segunda planta. Obviamente no tenían ningún instrumento legal (como una orden de cateo) para hacerlo. Al momento de bajar a ver qué ocurría, estos policías me pusieron sus armas largas en la cara y al mismo tiempo me insultaban, mientras que de manera por demás rupestre trataban de derribar la puerta, pese a que estábamos dispuestos a abrirla. Cualquier intento nuestro de dirigirnos a ellos implicaba que nos encañonaran y amedrentaran. Pero hubo un desenlace patético de ese primer episodio: los furibundos agentes se habían equivocado de domicilio, pues en realidad pretendían entrar al de junto. Aún así, siguieron amenazando a los habitantes de la primera casa agredida y a los transeúntes, inhibiendo con sus armas todo intento de conservar testimonio gráfico del asunto.