Del fin que justifican los medios
Vivimos asediados por una contumaz campaña de medios diseñada para lavar en lo posible la deteriorada imagen de Felipe Calderón, de subirle aunque sea un poquito los puntos del rating al que ha sido uno de los peores presidentes que hemos padecido, quizá peor, y ya es mucho decir, que Luis Echeverría. Pero en tiempos del demagógico Echeverría no se había depurado como ahora la propaganda electrónica, ni se disponía con tanto descaro del dinero público para algo tan altaneramente estúpido y destinado a descalabro como el intento de crecer la estampa a un hombrecillo torvo y gris.
PAPANATAS |
Vivimos asediados por una contumaz campaña de medios diseñada para lavar en lo posible la deteriorada imagen de Felipe Calderón, de subirle aunque sea un poquito los puntos del rating al que ha sido uno de los peores presidentes que hemos padecido, quizá peor, y ya es mucho decir, que Luis Echeverría. Pero en tiempos del demagógico Echeverría no se había depurado como ahora la propaganda electrónica, ni se disponía con tanto descaro del dinero público para algo tan altaneramente estúpido y destinado a descalabro como el intento de crecer la estampa a un hombrecillo torvo y gris.