Rápido y furioso la jornada
El gobierno de Felipe Calderón ha dejado en los últimos cuatro años de tomar decisiones fundamentales en materia de seguridad nacional y de política económica y social, cediéndoselas en actos de abierta traición a México al gobierno estadunidense, a cambio de que mantenga al PAN en Los Pinos, con lo que ha enajenado seriamente la independencia y la soberanía de México y el bienestar de los mexicanos, y esto no hubiese sido posible sin múltiples complicidades.
1. Los papeles del Departamento de Estado entregados por Wikileaks a La Jornada y publicados por este diario desde el 10 de febrero, han confirmado lo que aquí se había analizado y sostenido desde 2006. La “guerra contra el narco”, llamada de Calderón, que le fue impuesta a éste por Washington tras el fraude electoral de 2006 a cambio de avalar su imposición ilegal en Los Pinos, condujo muy rápidamente a que varias dependencias estadunidenses (las llamadas agencias) asumieran progresivamente funciones de gobierno y de mando en México, sin importar el marco constitucional y legal del país, y en el caso de la seguridad nacional dictaran políticas y decidieran operativos subordinando a su dictado a las fuerzas armadas, contando para ello con la sumisión de Calderón y de sus colaboradores, que no se han opuesto a ninguna de sus acciones, por lo que éstos son corresponsables de que se haya llevado a México a la violencia en un afán de instaurar aquí un Estado fallido,