- Desde hace 30 años no se funda una universidad “seria” en el país, reclama el FCCT
- En los países desarrollados es un asunto de supervivencia, señala Arturo Menchaca Rocha
Mariana Norandi (Enviada)
Mérida, Yuc, 24 de septiembre. La ciencia en México es vista como cuestión cultural y no como asunto de supervivencia, afirmó el Premio Nacional de Ciencias y Artes, Arturo Menchaca Rocha, en el contexto del quinto Seminario Regional de Innovación, organizado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT).
“En los países desarrollados, aquéllos a los que intentamos pertenecer, cualquier amenaza al mercado de la ciencia se ve como una cuestión de supervivencia y no como un problema cultural. En cambio, en México, ciencia, arte y cultura se encajonan en el mismo nivel. Por consecuencia, la ciencia mexicana no vale ni medio centavo, porque de cada peso que gana el país, menos de 0.005 por ciento se invierte en ciencia.” Agregó que en México existe un desequilibrio entre ciencia y tecnología, explicó que la ciencia tiene buen nivel, mientras que la tecnología es inferior porque tiene que competir en una “guerra económica” y, además, porque en la sociedad mexicana persiste la costumbre de comprar tecnología foránea. Por tanto, señaló, científicos y tecnólogos deben unirse y romper con ese desequilibrio. El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Juan Pedro Laclette San Román, sostuvo que es alentadora la propuesta del gobierno federal de incrementar en 14.5 por ciento el presupuesto para ciencia y tecnología, sin embargo, es “insuficiente”, dado el deterioro acumulado en el sector en años recientes. Por ello, la AMC propuso que dicho incremento sea de 18 por ciento para empezar a recuperar la inversión que se tenía hace siete años.
Urgen consensos
Por otro lado, Laclette San Román confía en que así como los tres principales partidos políticos del país lograron un consenso en materia electoral, lleguen también a un acuerdo para apoyar la propuesta del Ejecutivo federal de incrementar el presupuesto para ciencia y tecnología del próximo año. “Quiero pensar que pueden alcanzar un consenso y mantener el incremento para este sector, ya que, como se ha visto en años anteriores, las propuestas que se manejan en los meses de septiembre y octubre, se desvanecen en noviembre.” Asimismo, el científico destacó la importancia de que por primera vez ciencia y tecnología estén incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) porque esta inserción vuelve el tema “obligatorio” en la agenda pública. Por su parte, el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado del República, Francisco Castellón Fonseca, expuso cuatro vías principales por donde debería apuntar la política pública en esa materia. En primer lugar, indicó la importancia de evaluar las políticas educativas, es decir, definir hacia dónde debe dirigirse la educación del país, desde el nivel básico hasta el superior.
En segundo lugar, mencionó la necesidad de diseñar una política de “detección de talentos” en todas las ramas de la ciencia y, de manera especial, en la ciencia básica. También se refirió a la urgencia de fortalecer las instituciones de enseñanza e investigación científica, lo cual, agregó, necesariamente implica un aumento presupuestal. Finalmente, expresó que para el desarrollo de una verdadera política pública en estos campos se requiere de voluntad política en todos los niveles de gobierno. En tanto, el senador Castellón propuso que, de ratificarse en los estados la reforma electoral, el ahorro en el presupuesto público que se obtenga por la reducción de inversión propagandística en medios de comunicación, se destine a la difusión de ciencia y tecnología, porque en la sociedad existe un gran desconocimiento de los avances. El coordinador general del FCCT, José Luis Fernández Zayas, subrayó el rezago que existe en México en educación y ciencia. Dijo que desde hace 30 años no se funda una universidad “seria” en el país, y la edad promedio de investigadores a escala nacional es de 54 años, cuando en países como Corea o Chile, es de 30 años. “No hay jóvenes que se integren a la investigación y los que lo hacen les cuesta mucho, eso nos lleva a depender cada vez más de talentos extranjeros”. Finalmente, informó que de los 2 mil estudiantes que cada año cursan posgrados, más de la mitad abandona el país, principalmente para trabajar en Europa, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. En este foro surgieron varias diferencias entre la comunidad científica, como aquella que giró en torno a si ésta debe o no involucrarse en la tecnología. Sin embargo, hubo coincidencias y, en este sentido, uno de los aspectos en donde predominó mayor consenso fue en el de subrayar la necesidad que existe en México de reforzar las relaciones entre los sectores gubernamental, científico y empresarial, como una vía inevitable para impulsar el desarrollo nacional.
“En los países desarrollados, aquéllos a los que intentamos pertenecer, cualquier amenaza al mercado de la ciencia se ve como una cuestión de supervivencia y no como un problema cultural. En cambio, en México, ciencia, arte y cultura se encajonan en el mismo nivel. Por consecuencia, la ciencia mexicana no vale ni medio centavo, porque de cada peso que gana el país, menos de 0.005 por ciento se invierte en ciencia.” Agregó que en México existe un desequilibrio entre ciencia y tecnología, explicó que la ciencia tiene buen nivel, mientras que la tecnología es inferior porque tiene que competir en una “guerra económica” y, además, porque en la sociedad mexicana persiste la costumbre de comprar tecnología foránea. Por tanto, señaló, científicos y tecnólogos deben unirse y romper con ese desequilibrio. El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Juan Pedro Laclette San Román, sostuvo que es alentadora la propuesta del gobierno federal de incrementar en 14.5 por ciento el presupuesto para ciencia y tecnología, sin embargo, es “insuficiente”, dado el deterioro acumulado en el sector en años recientes. Por ello, la AMC propuso que dicho incremento sea de 18 por ciento para empezar a recuperar la inversión que se tenía hace siete años.
Urgen consensos
Por otro lado, Laclette San Román confía en que así como los tres principales partidos políticos del país lograron un consenso en materia electoral, lleguen también a un acuerdo para apoyar la propuesta del Ejecutivo federal de incrementar el presupuesto para ciencia y tecnología del próximo año. “Quiero pensar que pueden alcanzar un consenso y mantener el incremento para este sector, ya que, como se ha visto en años anteriores, las propuestas que se manejan en los meses de septiembre y octubre, se desvanecen en noviembre.” Asimismo, el científico destacó la importancia de que por primera vez ciencia y tecnología estén incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) porque esta inserción vuelve el tema “obligatorio” en la agenda pública. Por su parte, el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado del República, Francisco Castellón Fonseca, expuso cuatro vías principales por donde debería apuntar la política pública en esa materia. En primer lugar, indicó la importancia de evaluar las políticas educativas, es decir, definir hacia dónde debe dirigirse la educación del país, desde el nivel básico hasta el superior.
En segundo lugar, mencionó la necesidad de diseñar una política de “detección de talentos” en todas las ramas de la ciencia y, de manera especial, en la ciencia básica. También se refirió a la urgencia de fortalecer las instituciones de enseñanza e investigación científica, lo cual, agregó, necesariamente implica un aumento presupuestal. Finalmente, expresó que para el desarrollo de una verdadera política pública en estos campos se requiere de voluntad política en todos los niveles de gobierno. En tanto, el senador Castellón propuso que, de ratificarse en los estados la reforma electoral, el ahorro en el presupuesto público que se obtenga por la reducción de inversión propagandística en medios de comunicación, se destine a la difusión de ciencia y tecnología, porque en la sociedad existe un gran desconocimiento de los avances. El coordinador general del FCCT, José Luis Fernández Zayas, subrayó el rezago que existe en México en educación y ciencia. Dijo que desde hace 30 años no se funda una universidad “seria” en el país, y la edad promedio de investigadores a escala nacional es de 54 años, cuando en países como Corea o Chile, es de 30 años. “No hay jóvenes que se integren a la investigación y los que lo hacen les cuesta mucho, eso nos lleva a depender cada vez más de talentos extranjeros”. Finalmente, informó que de los 2 mil estudiantes que cada año cursan posgrados, más de la mitad abandona el país, principalmente para trabajar en Europa, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. En este foro surgieron varias diferencias entre la comunidad científica, como aquella que giró en torno a si ésta debe o no involucrarse en la tecnología. Sin embargo, hubo coincidencias y, en este sentido, uno de los aspectos en donde predominó mayor consenso fue en el de subrayar la necesidad que existe en México de reforzar las relaciones entre los sectores gubernamental, científico y empresarial, como una vía inevitable para impulsar el desarrollo nacional.
Kikka Roja
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