Lo que se ha visto de esta determinación es: en los foros, una reacción virulenta de senadores y diputados panistas contra cualquier panelista que critique el proyecto y, en otro plano, multiplicación de spots mentirosos en las televisoras. Es evidente que los coordinadores del PAN y del PRI en el Senado no querían el debate, pero se les impuso. Es táctica de los privatizadores actuar con sigilo, declarar enfáticamente obrar en beneficio nacional sin tener que demostrarlo ni someterse al riesgo de ver exhibidas las debilidades. Son partidarios del fast track.
Pero, ya en el debate, podrían aprovechar los argumentos, pero no se percibe esa actitud; la seguridad en la aprobación de la reforma de su líder nacional no está en las razones, sino en los votos del PRI que Madero, su líder senatorial, dice tener. ¿Será?
Después de perder el debate ante millones de ciudadanos por el Canal del Congreso y algunos medios escritos; de la realización en todo el país de foros de rechazo; de la vigorosa movilización popular en defensa del petróleo; del efecto sobre los legisladores que han conocido de las revelaciones de los graves riesgos para el país con la desnacionalización, ¿contarán con los originalmente comprometidos?, ¿tendrán efecto las denuncias de las truculencias de los no tan habilidosos espías y los espías espiados de romper, como aseguran los medios, una alianza que todos dan por hecho? O los intereses coincidentes de ambos son más fuertes que sus respectivas agresiones.
La defenestración del senador Creel, víctima de las televisoras, exhibió el poder de chantaje de éstas sobre el Presidente, ambos personajes en su momento generosos con ellas. Lección para aquellos ilusos que creen que sometiéndose a sus exigencias aseguran un buen trato permanente en la pantalla.
Así, detuvieron la ley de medios para obtener su apoyo a la reforma energética y de paso a sus ambiciones personales. Pero así como hoy manipulan a la opinión pública sobre las supuestas bondades de la entrega del petróleo, mañana destruirán a quien les convenga. ¿Confiarán en contar con el arropamiento de Televisa y TV Azteca ante un voto que repudiarán la mayoría de los mexicanos? Recuerdo hoy al desventurado, pero bien recompensado, ex presidente de Bolivia, Sánchez Díaz de Lozada, quien impulsó una reforma energética similar y terminó huyendo de su país para refugiarse en otro, gran consumidor de petróleo.
* Ex secretario de Estado
mbartlett_diaz@hotmail.com
Kikka Roja
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