Grupo Atlacomulco josé gil olmos MÉXICO, DF, 10 de septiembre (apro).- Isidro Fabela fue su creador pero el profesor Carlos Hank González le dio vida política al Grupo Atlacomulco que, cuarenta años después, sigue buscando llegar a la Presidencia, ahora con Enrique Peña Nieto como su fiel heredero. En la historia del PRI y quizá en la historia reciente de la política nacional no ha habido un grupo político tan definido y reconocido como el de Atlacomulco, señalado así por el municipio donde nació el exgobernador Isidro Fabela, autor de un estilo de hacer política que se reflejó en su clásico refrán: “Un político pobre, es un pobre político”, que Hank González utilizaría y haría suyo después. Durante cuatro décadas los políticos más importantes del Estado de México han estado incluidos en el Grupo Atlacomulco, no obstante que en el 2001 murió el profesor Hank y se creyó que hasta ahí había llegado dicho frente político. Desde Isidro Fabela hasta Arturo Montiel, la mayor parte de los gobernadores mexiquenses --Alfredo del Mazo, Emilio Chuayffet, César Camacho, Arturo Montiel, Ignacio Pichardo Pagaza, Mario Ramón Beteta, etcétera-- han sido identificados con este grupo, y lo mismo se hace ahora con Enrique Peña Nieto, quien ha resultado ser heredero de sangre de las familias del Mazo y Montiel. Adolfo López Mateos, originario del municipio de Atizapan de Zaragoza –aunque algunos señalan que realmente nació en Guatemala--, ha sido el único presidente de la República mexiquense, y a partir de entonces el Grupo Atlacomulco ha hecho esfuerzos por sentar a alguien de los suyos en la silla presidencial. Los intentos desplegados por Carlos Hank González, Alfredo del Mazo y Arturo Montiel han fracasado, sobre todo este último, a quien Roberto Madrazo derrotó al dar a conocer públicamente el enriquecimiento que hizo mediante negocios efectuados durante su gobierno. El Grupo Atlacomulco tiene una escuela política muy identificada con el uso del poder económico para fines políticos. El mejor de los ejemplos fue Hank González, quien se hizo increíblemente rico utilizando sus distintos puestos en el gobierno y usó esa riqueza para conseguir, espacios de poder político para él y sus hijos. “El Rey Midas”, como le llamaron en vida al profesor Hank, tenía esa habilidad de hacer negocios y política al mismo tiempo. Eso lo hizo erigirse como el máximo representante del Grupo Atlacomulco, dejando escuela no sólo entre los políticos del Estado de México, sino entre los militantes y la dirigencia del PRI. Arturo Montiel siguió esa misma escuela, se hizo rico y con esa riqueza trató de comprar la candidatura presidencial del PRI mediante una campaña onerosa en Televisa, empresa con la que suscribió un contrato de publicidad. Pero el golpe que le propinó Madrazo al dar a conocer su riqueza inexplicable, junto con la de sus hijos y su esposa Maude Versini, derrumbó todos sus sueños. Hoy esa misma línea de acción la sigue Enrique Peña Nieto, quien hizo su propio contrato de publicidad con Televisa para tener una presencia permanente como político moderno y demócrata en sus noticieros y, al mismo tiempo, ha trabajado con los grupos empresariales, principalmente con los de la construcción de viviendas populares y de caminos, para hacer negocios y tener recursos suficientes para los gastos de la campaña presidencial que piensa realizar en el 2012. Pero políticamente el gobernador del Estado de México, conocido como el “Golden Boy”, también actúa como los viejos integrantes del Grupo Atlacomulco, centralizando el poder y controlando al Congreso y a las autoridades electorales para garantizar el triunfo en los comicios locales del 2009 y de esa manera saltar a la competencia por la candidatura presidencial del 2012. La reciente reforma electoral aprobada por el Congreso mexiquense tiene esa intención, la de controlar al Instituto Estatal Electoral mediante la creación de una secretaría ejecutiva, cuyas facultades de organización y manejo de la estructura del IEEM están por encima de las propias de los consejeros. Con esta modificación en la estructura del instituto, los consejeros ciudadanos, incluido el presidente José Núñez, quedan marginados de la organización del proceso electoral, dejando el espacio para que el nuevo secretario ejecutivo elegido por el Congreso –manejado a su vez por el gobernador--, sea quien asuma esta función. Fiel a la tradición política del Grupo Atlacomulco, Peña Nieto tiene en sus manos todos los hilos del poder en el Estado de México. Pero sobre todo tiene bien claro que “un político pobre es un pobre político”, y por eso tiene los amigos clave y el dinero suficiente para sostener su proyecto al costo que sea. |
Kikka Roja
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