Después de siete años, documentos oficiales confirman la participación directa de Francisco Gil Díaz, cuando era titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en la incorporación de Banamex Accival al trasnacional Citibank, proceso que costó al erario 35 mil millones de pesos (unos 3 mil 500 millones de dólares) debido a que las partes involucradas realizaron la transacción en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) para eludir el pago de impuestos. Durante el sexenio pasado, en varias ocasiones el ex funcionario aseguró que se había “excusado” de participar en el proceso para no ser señalado de incurrir en conflicto de intereses. Sin embargo, documentos oficiales –con su rúbrica– dan cuenta de la simulación en que habría incurrido, porque si bien se excusó de participar en la operación –dada su cercanía con el entonces propietario de Banamex, Roberto Hernández, de quien había sido subordinado–, meses después autorizó la venta referida en condiciones de notable desventaja para los ingresos públicos. El diputado Juan Guerra Ochoa, del Partido de la Revolución Democrática, informó que el próximo 30 de octubre prescribiría el delito de tráfico de influencias en que –aseguró– habría incurrido el ex titular de la SHCP al participar en el proceso de compraventa del Grupo Financiero Banamex. La media en el proceso de prescripción alcanza siete años, y de no imponerse una sanción penal al ex funcionario, gozaría de total impunidad tras haber participado en el citado proceso, afirmó el legislador. Con fecha del 21 de mayo de 2001, la SHCP emitió un comunicado de prensa donde se daba cuenta de que el titular de la dependencia “se excusa ante el presidente Vicente Fox de tomar alguna decisión que competa a la SHCP en torno a la operación Banamex Accival y Citigroup”, realizada ese mismo año. El grupo mexicano pasó a ser propiedad del estadunidense en una transacción por 12 mil 500 millones de dólares, sin pago de impuestos. Entonces, Gil Díaz aducía no estar obligado a cursar dicha excusa, no obstante conocerse los nexos que le unían a funcionarios y accionistas del Grupo Financiero Banamex y su anterior e inmediata participación como director de la telefónica Avantel, que formaba parte del mismo conglomerado. Aun así, se dio a conocer la argumentación de la excusa ante Vicente Fox, y fue en los siguientes términos: “Cabe señalar que el licenciado Gil Díaz no tenía la obligación de solicitar esta excusa, ya que no laboró en empresas financieras pertenecientes al Grupo Financiero Banamex Accival, sino en una empresa de telecomunicaciones. Las decisiones que sean competencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre este caso serán tomadas exclusivamente por los funcionarios competentes de esta materia”. Para Gabriel Reyes Orona, ex procurador fiscal de la Federación, “ya publicitado el subterfugio, se articuló la operación causante del mayor quebranto fiscal en la historia del país, al omitirse el pago de contribuciones por más de 3 mil 500 millones de dólares, acudiendo a una nueva simulación, consistente en hacer pasar dicha transacción como si se tratase de una operación espontáneamente surgida en el seno de la Bolsa Mexicana de Valores”. Con el tiempo se dio a conocer que el trato de compraventa había sido concertado en Nueva York, y todos sus términos y condiciones fueron pactados antes de que los interesados lo sometieran a la consideración de las autoridades de aquel país y, por supuesto, con mucha antelación a que la citada operación fuese planteada a la Secretaría de Hacienda, según se denunció esta semana en San Lázaro. El expediente que de acuerdo con el diputado Guerra muestra que Gil Díaz sí estuvo involucrado y avaló la venta de Banamex, fue entregado por el propio legislador a Agustín Carstens Carstens, actual titular de Hacienda, durante su comparecencia ante comisiones del órgano legislativo, el miércoles pasado. Carstens fue subsecretario de Hacienda de diciembre de 2000 a julio de 2003, cuando asumió como subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional. La venta de Banamex ocurrió en 2001. Desde que la operación se hizo pública, e incluso después de su concreción, el PRD denunció la irregularidad del no pago de impuestos y que Gil Díaz había incurrido en conflicto de intereses. Ahora que se han descubierto los documentos que muestran que avaló al menos una de las partes del proceso, se establece que hubo una participación subrepticia de Francisco Gil Díaz, afirma el diputado Guerra Ochoa, quien refiere que la adquisición de Banamex por parte de Citibank se perfeccionó fuera de la BMV con meses de antelación. Guerra promueve un punto de acuerdo para que se investigue el papel del ex funcionario federal en dicha transacción y que Carstens proceda a iniciar los procesos legales para que, de ser el caso, se establezca el castigo que judicialmente corresponda. “Los artífices de la estrategia (de venta) acudieron al vicio de realizarla como cruce protegido, esto es, el precio no se formó en el mercado, en el piso de remates, sino que se pactó la transmisión entre sujetos previamente identificados, sin dar lugar a una efectiva operación bursátil. Es evidente que no hubo participantes del mercado con la posibilidad real de adquirir porcentajes o cantidades importantes de títulos; toda la operación implica una simulación que precisó de la participación activa y por omisión de diversos servidores públicos”, dijo Guerra. Intervención directa y oficial Aún el 11 de octubre de 2006, durante la glosa del sexto Informe de gobierno de Vicente Fox Quesada, Francisco Gil Díaz insistía en que él se mantuvo al margen de la operación aludida. Incluso, la documentación del caso, que por ley debería ser publicada en el Diario Oficial de la Federación, fue excluida del mismo. No se da cuenta en él de los textos legales que sirvan de evidencia y constancia de la participación de los funcionarios que hubieran actuado en sustitución de Gil Díaz, asegura el legislador perredista. No obstante, ante la omisión de incluirlo en el Diario Oficial de la Federación, el oficio 101-1825 de la Secretaría de Hacienda manifiesta evidencia referente a que Gil Díaz sí dio seguimiento al proceso que finalmente benefició a Roberto Hernández, por cierto –señala Guerra–, también amigo íntimo de Vicente Fox. En ese documento oficial de Hacienda, del que este diario tiene copia, Gil Díaz, quien firma como titular del ramo, da pie a lo siguiente: “Con fundamento en lo dispuesto en los artículos 1, 2 y 10 de la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras, se autoriza la fusión del Grupo Financiero Banamex, SA de CV, en calidad de fusionante que subsiste ,con Grupo Financiero Citibank, SA de CV, en calidad de fusionante que se extingue. Con fundamento en lo dispuesto en los artículos 1, 4 y 27 de la Ley de Instituciones de Crédito, autoriza la fusión de Banco Nacional de México, en calidad de fusionante con Citibank en calidad de fusionada. “Con fundamento en el artículo 4 de la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras, y el 228 bis de la Ley General de Sociedades Mercantiles, aprueba que Grupo Financiero Banamex se escinda en dos nuevas sociedades de responsabilidad limitada de capital variable. “Con fundamento en lo dispuesto por el artículo 27 bis de la Ley de Instituciones de Crédito, autoriza la escisión del Banco Nacional de México, en dos nuevas sociedades de responsabilidad limitada de capital variable que detentarán las acciones de Banamex USA Bancorp, quien a su vez detenta las acciones de California Commerce Bank y California Commerce Bank Securities, y de Telepromotora Teleinformática y Telecomunicaciones, quien a su vez detenta las acciones de Avante y Avantel Servicios Locales”. |
Kikka Roja
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