• ¿Y la confianza, apá…?
• El organigrama infantil
Los Ángeles, California. Tener razón, mi estimado, es frecuentemente un gran problema. Comienza la estupenda semana con los mismos frentes abiertos, que se empalman en la ya de por sí compleja agenda política, económica y social. Al asunto del irrebatible chisguete energético que da visos de ser aprobado en breve se suma el volátil contexto del “catarrito” desencadenado por el colapso del sistema financiero en Estados Unidos, que ha infectado letalmente a nuestro país y, si de paso le parece poco entretenimiento para endulzar el optimismo, en medio continúa bailando la agenda de (in)seguridad pública, que (sigue sumando muertos a la estadística) ya estrena controvertido personaje que, como le anunciamos hace algunas lunas, fue quien se encargó de disparar desde el barco de gran calado cementero regiomontano atractivos misiles para pavimentar lo que ayer fue… su llegada oficial como asesor presidencial en materia de seguridad nacional (jajajajaja… perdón) de Felipe.
Y con Jorge Tello Peón, my friend, se hace realidad (the wet dream) la primera de varias etapas donde el flamante funcionario federal será… literalmente, un peón de otros muy simpáticos intereses, que son el enemigo con el que ahora dormirá el inquilino de Los Pinos que ya tiene su recámara atiborrada de alacranes y diversas especies letales para su salud (mental).
Con el regreso de Jorge al tablero de las grandes ligas… de los cárteles del narcotráfico, el candoroso jefe supremo del inservible Gymboree, entrega cuatro de las siete llaves que abren esa caja en la SSP federal de los simpáticos secretos llamada información. Porque al final, mi querido lector, no se me haga muchas bolas, esta guerra entre un muy llamativo grupito con billete, es por el control absoluto del juguete confidencial y de la base de datos de información global, incluida la criminal, sustentado en el mentado plan estratégico llamado Plataforma México.
Es la madre de todas las batallas domésticas bajo el manto de un (des)gobierno frágil, vulnerable y aderezado de disfuncionales improvisados, cuya vista no da para percibir la semilla envenenada que, silenciosa, discreta, taciturna y con fuego amigo, le terminará dando el tiro de gracia a Calderón. Y Tello, fits the profile.
Desde su ex guarida en Cemex, anduvo concentrado desarrollando la tenebra para reciclarse justo en el momento, ya sabe eso de las coincidencias, en que el otrora icono corporativo va que vuela al aterrador despeñadero. La nueva función de Jorge, mi estimado, será la de (otro pasado que vivirá del inagotable presupuesto), según el (in)comunicado de Los Pinos, fortalecer las tareas de coordinación entre las distintas instituciones responsables de esa materia (¿?).
Lo que lleva a la cascada de ingenuas preguntas… to basically piss on this neverending parade of stupid.
Jorge depende directamente de Felipe, ¿no? Las tareas que Jorge coordinará (deberían ser las del Gymboree) ya están especificadas en la Ley de Seguridad Nacional, que se la siguen pasando por salva sea la parte. En esta nueva pendejada semanal, ¿dónde queda Astrid Arzt, que, por si no lo sabe, hace casi 22 meses es secretaria técnica del consejo de seguridad nacional (todo con minúsculas)? ¿Cómo quedan los entretenidos balances en el interior del desmadrado gabinete civil de seguridad, donde el tesorito de Bucareli también tiene velas en el seductor entierro…? ¿Con qué dientes va a contar Jorge o será únicamente su dizque lumbrera saliva? ¿Su autoridad será la suficiente para darle un zape a Genaro García Luna y así poder finalmente dar el triple salto con pirueta al frente y relevarlo del cargo…? ¿Cómo queda el divertido organigrama federal de responsabilidades en materia de seguridad nacional que ya parece dibujo infantil de jeroglíficos escolares…? ¿Le va a reportar acaso el controvertido Cisen…?
¿Tello tendrá acceso a eminente información, digamos, sensible…? ¿Y la confianza, apá…? Porque habría que recordar que a Jorge le toco su raspón marca ACME en aquella estupenda fuga del Chapo del sexenio de un penal de alta seguridad (con minúsculas), amén de otras cosillas, remember?
Así que Felipe debería considerar la colocación de candados adecuados en el extraordinario tráfico de información, porque éste será exponencial. Y Jorge, my friend, no conoce lealtades. Y trae agenda. Y detrás está, ni mas ni menos, que el embate entre the fucking money boys…
Y con Jorge Tello Peón, my friend, se hace realidad (the wet dream) la primera de varias etapas donde el flamante funcionario federal será… literalmente, un peón de otros muy simpáticos intereses, que son el enemigo con el que ahora dormirá el inquilino de Los Pinos que ya tiene su recámara atiborrada de alacranes y diversas especies letales para su salud (mental).
Con el regreso de Jorge al tablero de las grandes ligas… de los cárteles del narcotráfico, el candoroso jefe supremo del inservible Gymboree, entrega cuatro de las siete llaves que abren esa caja en la SSP federal de los simpáticos secretos llamada información. Porque al final, mi querido lector, no se me haga muchas bolas, esta guerra entre un muy llamativo grupito con billete, es por el control absoluto del juguete confidencial y de la base de datos de información global, incluida la criminal, sustentado en el mentado plan estratégico llamado Plataforma México.
Es la madre de todas las batallas domésticas bajo el manto de un (des)gobierno frágil, vulnerable y aderezado de disfuncionales improvisados, cuya vista no da para percibir la semilla envenenada que, silenciosa, discreta, taciturna y con fuego amigo, le terminará dando el tiro de gracia a Calderón. Y Tello, fits the profile.
Desde su ex guarida en Cemex, anduvo concentrado desarrollando la tenebra para reciclarse justo en el momento, ya sabe eso de las coincidencias, en que el otrora icono corporativo va que vuela al aterrador despeñadero. La nueva función de Jorge, mi estimado, será la de (otro pasado que vivirá del inagotable presupuesto), según el (in)comunicado de Los Pinos, fortalecer las tareas de coordinación entre las distintas instituciones responsables de esa materia (¿?).
Lo que lleva a la cascada de ingenuas preguntas… to basically piss on this neverending parade of stupid.
Jorge depende directamente de Felipe, ¿no? Las tareas que Jorge coordinará (deberían ser las del Gymboree) ya están especificadas en la Ley de Seguridad Nacional, que se la siguen pasando por salva sea la parte. En esta nueva pendejada semanal, ¿dónde queda Astrid Arzt, que, por si no lo sabe, hace casi 22 meses es secretaria técnica del consejo de seguridad nacional (todo con minúsculas)? ¿Cómo quedan los entretenidos balances en el interior del desmadrado gabinete civil de seguridad, donde el tesorito de Bucareli también tiene velas en el seductor entierro…? ¿Con qué dientes va a contar Jorge o será únicamente su dizque lumbrera saliva? ¿Su autoridad será la suficiente para darle un zape a Genaro García Luna y así poder finalmente dar el triple salto con pirueta al frente y relevarlo del cargo…? ¿Cómo queda el divertido organigrama federal de responsabilidades en materia de seguridad nacional que ya parece dibujo infantil de jeroglíficos escolares…? ¿Le va a reportar acaso el controvertido Cisen…?
¿Tello tendrá acceso a eminente información, digamos, sensible…? ¿Y la confianza, apá…? Porque habría que recordar que a Jorge le toco su raspón marca ACME en aquella estupenda fuga del Chapo del sexenio de un penal de alta seguridad (con minúsculas), amén de otras cosillas, remember?
Así que Felipe debería considerar la colocación de candados adecuados en el extraordinario tráfico de información, porque éste será exponencial. Y Jorge, my friend, no conoce lealtades. Y trae agenda. Y detrás está, ni mas ni menos, que el embate entre the fucking money boys…
Que nadie después se diga sorprendido.
gomezalce@aol.com
Kikka Roja
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