- Entrevista: Jerome Corsi y Larry Birns. Académicos y politólogos de Estados Unidos
- “Un estallido social no está muy lejano en México”
- Los especialistas consideran que sí existe “gran preocupación” ante la posibilidad de un levantamiento armado en el país y coinciden en que la nación “vive una de las etapas más difíciles de su historia moderna”.
RESISTENCIA CIVIL PACIFICA, TODOS EN BOLA, PRESIÓN SOCIAL, CONTRA LOS EXTRANJEROS VENDEPATRIAS.
2009-08-24•M.P.
Stephen Harper, Felipe Calderón y Barack Obama, en la Cumbre de Líderes de Norteamérica, celebrada los días 9 y 10 de agosto en Guadalajara. Foto: Tonatiuh Figueroa/Archivo
Durante la Cumbre de Líderes de Norteamérica, celebrada en Guadalajara, Jalisco, los días 9 y 10 de agosto pasados, el presidente Felipe Calderón escuchó contrariado las negativas del demócrata estadunidense Barak Obama a casi todas sus peticiones.
Lo único que logró fue la promesa de mantener la asistencia militar antinarcóticos, pero en cambio, el gran tema de su segundo encuentro, la reforma migratoria, fue descartada, afirmaron expertos consultados en Washington.
Ganó con un acuerdo con sus pares de EU y Canadá ayuda en armas, helicópteros y adiestramiento de miembros de las fuerzas armadas. De hecho, hace unos días se liberaron más de 88 millones de dólares que faltaban para completar los 200 correspondientes a la fase 2008-2009 de la Iniciativa Mérida.
Sin embargo, los gestos del primer ministro de Canadá, Stephen Harper, y del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se debieron no tanto al combate contra las drogas, sino a la “incertidumbre” que viven Ottawa y Washington sobre un posible y “no muy lejano” estallido social en México, “tan pronto como para el inicio de 2010”, afirmó a MILENIO el doctor Jerome Corsi, politólogo de Harvard, articulista y autor de uno de los best-sellers 2008 en la lista del New York Times, The Obama Nation.
El también abanderado de la cruzada contra la integración entre México, EU y Canadá, contenida en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), agregó que Obama se “echó para atrás” en prácticamente todas sus promesas de campaña en relación a la tan proclamada “nueva era en las relaciones entre México y EU”, incluso en la renegociación del TLCAN, que además de no representar sus intereses, obstruye el camino de su plan de beneficiar a los trabajadores estadunidenses y crear empleos para mitigar la crisis, pero con la vista puesta en su reelección en 2012.
Jerome Corsi destacó que es falso que, a diferencia de las anteriores reuniones —cinco en total—, que se iniciaron en absoluto secreto en 2005 entre los “tres amigos”, bajo el nombre de Aspan, en Wacco, Texas, entre los ex presidentes de México y Estados Unidos, Vicente Fox y George W. Bush, con su homólogo Stephen Harper, para consolidar un bloque “norteamericano” político, económico y militar muy similar al modelo de la Unión Europea, la Cumbre de Guadalajara fuera “abierta” y “transparente”, como lo quiso hacer creer la Casa Blanca.
“Por el contrario, lo único que hicieron fue cambiar el nombre a a Cumbre de Líderes de Norteamérica, para diluir la gran oposición que existe a una integración de esta naturaleza, incluso entre la mayoría de los miembros del Congreso y del Parlamento canadiense que temen que nuestros países pierdan su soberanía e independencia”.
Con matices y opiniones diametralmente diferentes, Larry Birns, legendario líder de los ultraliberales, maestro de generaciones de analistas de inteligencia en temas latinoamericanos y presidente del poderoso Think-Tank The Council on Hemisferic Affairs (COHA), reveló en entrevista telefónica que no se puede negar que sí existe “gran preocupación” ante la posibilidad de un levantamiento armado en México. “Aunque creo que no es inminente, podría suceder si el PAN insiste en castigar aún más a la población con un aumento de impuestos —que pueden y deben evitarlo el PRI y otros partidos—, o si Calderón decide apretar al Ejército, que no tiene suficientes elementos ni está capacitado para hacer frente a dos guerras simultáneas en la frontera: una contra las drogas y otra en las ciudades en caso de que se desate una revuelta contra el gobierno”.
Los “insideres” —personajes como Birns y Corsi que tienen acceso a información privilegiada— sólo coincidieron en que “México vive una de las etapas más difíciles de su historia moderna”, una que le será larga y difícil de superar.
Ambos subrayaron que Calderón está consciente que en este momento Obama no puede apoyar una reforma migratoria. “Sería su “suicidio político”, expresaron.
El presidente de Estados Unidos, acosado y cercado cada vez con más fuerza por la derecha, y con una profunda crisis económica que ahoga a EU, está obligado a resolver el problema de cara a las elecciones intermedias de 2010, no nada más para aliviar la recesión que sufren sus gobernados, sino para evitar perder la mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso, por lo que el tema migratorio es altamente impopular y polarizante. “Si como dicen que ofreció a México iniciar gestiones para fines de este año sobre el tema, creo que de hacerlo quedaría como un pájaro herido en manos de sus enemigos decididos a evitar su reelección a como dé lugar”, insistió Birns.
Ambos especialistas comentaron que según la “retroalimentación informativa” de voces que estuvieron presentes en Guadalajara, “no hay nada más lejano en los planes de la administración que involucrarse en invertir su capital político en ayudar más allá de lo menos posible” a México a salir de su profunda crisis económica y política.
Más aún, Washington ya empezó a cuestionar la política antidrogas de Felipe Calderón, lo que deja entrever que también la promesa de “auxiliarlo” a combatir a los cárteles podría desvanecerse paulatinamente.
El pasado jueves, John Freely, ministro consejero de la embajada de EU en México, afirmó en el Tecnológico de Monterrey que llegó el momento de “reexaminar la estrategia” de la lucha contra el narcotráfico.
Jeanette Becerra AcostaDurante la Cumbre de Líderes de Norteamérica, celebrada en Guadalajara, Jalisco, los días 9 y 10 de agosto pasados, el presidente Felipe Calderón escuchó contrariado las negativas del demócrata estadunidense Barak Obama a casi todas sus peticiones.
Lo único que logró fue la promesa de mantener la asistencia militar antinarcóticos, pero en cambio, el gran tema de su segundo encuentro, la reforma migratoria, fue descartada, afirmaron expertos consultados en Washington.
Ganó con un acuerdo con sus pares de EU y Canadá ayuda en armas, helicópteros y adiestramiento de miembros de las fuerzas armadas. De hecho, hace unos días se liberaron más de 88 millones de dólares que faltaban para completar los 200 correspondientes a la fase 2008-2009 de la Iniciativa Mérida.
Sin embargo, los gestos del primer ministro de Canadá, Stephen Harper, y del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se debieron no tanto al combate contra las drogas, sino a la “incertidumbre” que viven Ottawa y Washington sobre un posible y “no muy lejano” estallido social en México, “tan pronto como para el inicio de 2010”, afirmó a MILENIO el doctor Jerome Corsi, politólogo de Harvard, articulista y autor de uno de los best-sellers 2008 en la lista del New York Times, The Obama Nation.
El también abanderado de la cruzada contra la integración entre México, EU y Canadá, contenida en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN), agregó que Obama se “echó para atrás” en prácticamente todas sus promesas de campaña en relación a la tan proclamada “nueva era en las relaciones entre México y EU”, incluso en la renegociación del TLCAN, que además de no representar sus intereses, obstruye el camino de su plan de beneficiar a los trabajadores estadunidenses y crear empleos para mitigar la crisis, pero con la vista puesta en su reelección en 2012.
Jerome Corsi destacó que es falso que, a diferencia de las anteriores reuniones —cinco en total—, que se iniciaron en absoluto secreto en 2005 entre los “tres amigos”, bajo el nombre de Aspan, en Wacco, Texas, entre los ex presidentes de México y Estados Unidos, Vicente Fox y George W. Bush, con su homólogo Stephen Harper, para consolidar un bloque “norteamericano” político, económico y militar muy similar al modelo de la Unión Europea, la Cumbre de Guadalajara fuera “abierta” y “transparente”, como lo quiso hacer creer la Casa Blanca.
“Por el contrario, lo único que hicieron fue cambiar el nombre a a Cumbre de Líderes de Norteamérica, para diluir la gran oposición que existe a una integración de esta naturaleza, incluso entre la mayoría de los miembros del Congreso y del Parlamento canadiense que temen que nuestros países pierdan su soberanía e independencia”.
Con matices y opiniones diametralmente diferentes, Larry Birns, legendario líder de los ultraliberales, maestro de generaciones de analistas de inteligencia en temas latinoamericanos y presidente del poderoso Think-Tank The Council on Hemisferic Affairs (COHA), reveló en entrevista telefónica que no se puede negar que sí existe “gran preocupación” ante la posibilidad de un levantamiento armado en México. “Aunque creo que no es inminente, podría suceder si el PAN insiste en castigar aún más a la población con un aumento de impuestos —que pueden y deben evitarlo el PRI y otros partidos—, o si Calderón decide apretar al Ejército, que no tiene suficientes elementos ni está capacitado para hacer frente a dos guerras simultáneas en la frontera: una contra las drogas y otra en las ciudades en caso de que se desate una revuelta contra el gobierno”.
Los “insideres” —personajes como Birns y Corsi que tienen acceso a información privilegiada— sólo coincidieron en que “México vive una de las etapas más difíciles de su historia moderna”, una que le será larga y difícil de superar.
Ambos subrayaron que Calderón está consciente que en este momento Obama no puede apoyar una reforma migratoria. “Sería su “suicidio político”, expresaron.
El presidente de Estados Unidos, acosado y cercado cada vez con más fuerza por la derecha, y con una profunda crisis económica que ahoga a EU, está obligado a resolver el problema de cara a las elecciones intermedias de 2010, no nada más para aliviar la recesión que sufren sus gobernados, sino para evitar perder la mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso, por lo que el tema migratorio es altamente impopular y polarizante. “Si como dicen que ofreció a México iniciar gestiones para fines de este año sobre el tema, creo que de hacerlo quedaría como un pájaro herido en manos de sus enemigos decididos a evitar su reelección a como dé lugar”, insistió Birns.
Ambos especialistas comentaron que según la “retroalimentación informativa” de voces que estuvieron presentes en Guadalajara, “no hay nada más lejano en los planes de la administración que involucrarse en invertir su capital político en ayudar más allá de lo menos posible” a México a salir de su profunda crisis económica y política.
Más aún, Washington ya empezó a cuestionar la política antidrogas de Felipe Calderón, lo que deja entrever que también la promesa de “auxiliarlo” a combatir a los cárteles podría desvanecerse paulatinamente.
El pasado jueves, John Freely, ministro consejero de la embajada de EU en México, afirmó en el Tecnológico de Monterrey que llegó el momento de “reexaminar la estrategia” de la lucha contra el narcotráfico.
kikka-roja.blogspot.com/
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