Cubículo Estratégico
Carlos Mota
2009-11-18•Al Frente
En mayo de 2008 la reforma petrolera aprobada por el Congreso fue celebrada por el gobierno federal como un gran triunfo. Entre otras ideas, llamaba la atención una innovadora propuesta: el nacimiento de unos bonos ciudadanos.
En el sitio oficial de Pemex se consigna que estos bonos serán comprados por toda la población: “Todos los mexicanos podrán tener acceso a los bonos ciudadanos a través de una amplia red de distribución en tiendas de autoservicio y otras terminales, así como de instituciones del sistema financiero (bancos, cajas de ahorro, afore y sociedades de inversión).”
Los bonos ciudadanos se podrán vender en un mercado secundario, de tal suerte que alguien interesado en obtener los rendimientos prometidos de Pemex podrá acumularlos. Habría un límite.
Pero lo increíble es que todo parece haber sido una pantomima del gobierno. Ha pasado el tiempo y no hay menciones o especificaciones sobre cómo podremos los ciudadanos adquirir los bonos. Ello, a pesar de que la empresa está activa financieramente: el 30 de septiembre colocó bonos por mil millones de euros y 20 días antes emitió mil 500 millones de dólares más. Sí hay apetito del inversionista. Pero de los bonos ciudadanos, nada.
¿Alguien sabe, además, qué ha sido de Juan José Suárez Coppel, el nuevo director general? Parece que se lo tragó una plataforma campechana, porque ni de éste ni de otros temas ha brindado actualizaciones. El más reciente debate sobre la paraestatal apareció cuando unas notas consignaban que al Congreso se le estaba olvidando presupuestar los diez mil millones de dólares que costará la nueva refinería.
Ocupados como estamos por la crisis del gobierno, se ha distraído la atención de temas fundamentales, como el futuro de esta empresa. Los bonos ciudadanos iban a ser un mecanismo que auxiliara a incrementar la transparencia de la paraestatal. Pero no hay nada.
Pemex tendría que ser la campeona pública de los debates nacionales sobre el futuro energético del país —sin importar las limitaciones de su reforma. Su director general tendría que hacernos sentir mucho más optimistas en medio de tanto pesimismo, especialmente porque seguiremos dependiendo del petróleo en 2010. Pero no.
motacarlos100@gmail.comEn el sitio oficial de Pemex se consigna que estos bonos serán comprados por toda la población: “Todos los mexicanos podrán tener acceso a los bonos ciudadanos a través de una amplia red de distribución en tiendas de autoservicio y otras terminales, así como de instituciones del sistema financiero (bancos, cajas de ahorro, afore y sociedades de inversión).”
Los bonos ciudadanos se podrán vender en un mercado secundario, de tal suerte que alguien interesado en obtener los rendimientos prometidos de Pemex podrá acumularlos. Habría un límite.
Pero lo increíble es que todo parece haber sido una pantomima del gobierno. Ha pasado el tiempo y no hay menciones o especificaciones sobre cómo podremos los ciudadanos adquirir los bonos. Ello, a pesar de que la empresa está activa financieramente: el 30 de septiembre colocó bonos por mil millones de euros y 20 días antes emitió mil 500 millones de dólares más. Sí hay apetito del inversionista. Pero de los bonos ciudadanos, nada.
¿Alguien sabe, además, qué ha sido de Juan José Suárez Coppel, el nuevo director general? Parece que se lo tragó una plataforma campechana, porque ni de éste ni de otros temas ha brindado actualizaciones. El más reciente debate sobre la paraestatal apareció cuando unas notas consignaban que al Congreso se le estaba olvidando presupuestar los diez mil millones de dólares que costará la nueva refinería.
Ocupados como estamos por la crisis del gobierno, se ha distraído la atención de temas fundamentales, como el futuro de esta empresa. Los bonos ciudadanos iban a ser un mecanismo que auxiliara a incrementar la transparencia de la paraestatal. Pero no hay nada.
Pemex tendría que ser la campeona pública de los debates nacionales sobre el futuro energético del país —sin importar las limitaciones de su reforma. Su director general tendría que hacernos sentir mucho más optimistas en medio de tanto pesimismo, especialmente porque seguiremos dependiendo del petróleo en 2010. Pero no.
kikka-roja.blogspot.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentarios. HOLA! deja tu mensaje ...