Por Francisco Nieto, Francisco Reséndiz
Sin 'outs', vamos a ganar la Presidencia: AMLO
MAZATLÁN, Sin.— El sol del Pacífico pega fuerte. Andrés Manuel López Obrador se limpia el sudor de la frente, hace una pausa. Miles lo ovacionan. En un instante, transforma en su imaginación una plaza de toros en campo de béisbol.
En tierra de pelota caliente —donde la izquierda gobierna de la mano con la derecha— López Obrador, el jugador, se ubica a él mismo en un partido de la Liga del Caribe, con un marcador cerrado y, al final, como el héroe del día 47 de la campaña presidencial.
“Estamos en un juego decisivo en la Liga del Caribe, en Mazatlán, en la séptima entrada, en la fatídica entrada, tienen tres hombres en base y viene a batear el cuarto bat, no hay outs, así estamos porque vamos a ganar la Presidencia”, afirmó.
El candidato presidencial de la izquierda mexicana habla de béisbol desde el primer tercio de la Plaza Monumental Eduardo Fontanet, entonces los casi 5 mil sinaloenses que llenan las gradas se enganchan a él, se le entregan.
La gente llegó a Mazatlán temprano. Algunos desde el mediodía y aguantaron. “Vale la pena”, dice Erika, madre soltera que salió al amanecer de Culiacán para estar cerca de López Obrador.
El candidato llega a las seis de la tarde cuando el sol comienza a dar tregua. Los sinaloenses se le entregan. Los organizadores se hablan a gritos y urgen a repartir agua. Desde las tablas arrojan botellas a la multitud, no alcanzan.
López Obrador entra al ruedo. La gente se le arremolina, lo absorbe. Le gritan “¡presidente!, ¡presidente!”. Hay pasión que se enciende más fuerte cuando el candidato lanza con dureza al home improvisado en el centro del redondel.
Y por un instante se vive béisbol. El discurso de López Obrador es como siempre: enérgico, pero ahora con ingredientes nuevos. Habla con pasión.
Al anochecer, López Obrador sale del coso por la puerta grande, con cientos de personas corriendo tras él.
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kikka-roja.blogspot.com
Sin 'outs', vamos a ganar la Presidencia: AMLO
MAZATLÁN, Sin.— El sol del Pacífico pega fuerte. Andrés Manuel López Obrador se limpia el sudor de la frente, hace una pausa. Miles lo ovacionan. En un instante, transforma en su imaginación una plaza de toros en campo de béisbol.
En tierra de pelota caliente —donde la izquierda gobierna de la mano con la derecha— López Obrador, el jugador, se ubica a él mismo en un partido de la Liga del Caribe, con un marcador cerrado y, al final, como el héroe del día 47 de la campaña presidencial.
“Estamos en un juego decisivo en la Liga del Caribe, en Mazatlán, en la séptima entrada, en la fatídica entrada, tienen tres hombres en base y viene a batear el cuarto bat, no hay outs, así estamos porque vamos a ganar la Presidencia”, afirmó.
El candidato presidencial de la izquierda mexicana habla de béisbol desde el primer tercio de la Plaza Monumental Eduardo Fontanet, entonces los casi 5 mil sinaloenses que llenan las gradas se enganchan a él, se le entregan.
La gente llegó a Mazatlán temprano. Algunos desde el mediodía y aguantaron. “Vale la pena”, dice Erika, madre soltera que salió al amanecer de Culiacán para estar cerca de López Obrador.
El candidato llega a las seis de la tarde cuando el sol comienza a dar tregua. Los sinaloenses se le entregan. Los organizadores se hablan a gritos y urgen a repartir agua. Desde las tablas arrojan botellas a la multitud, no alcanzan.
López Obrador entra al ruedo. La gente se le arremolina, lo absorbe. Le gritan “¡presidente!, ¡presidente!”. Hay pasión que se enciende más fuerte cuando el candidato lanza con dureza al home improvisado en el centro del redondel.
Y por un instante se vive béisbol. El discurso de López Obrador es como siempre: enérgico, pero ahora con ingredientes nuevos. Habla con pasión.
Al anochecer, López Obrador sale del coso por la puerta grande, con cientos de personas corriendo tras él.
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