Juan Camilo, ¿de joven maravilla a chico malo? Se invirtió el propósito para el que llegó a la Secretaría de Gobernación; en vez de que el responsable de la política interna sea quien defienda y ayude al Presidente, es su jefe quien tiene que ir a su rescate Las encuestas internas en la casa presidencial, esas que todo lo miden y en las que se basa parte de las decisiones del actual gobierno, debieron arrojar el fin de semana datos alarmantes y preocupantes. Porque ayer comenzó, con toda la fuerza de Los Pinos, la operación “Defiendan a Juan Camilo”. Ante la torpe y pésima autodefensa que se hizo Mouriño Terrazo cuando se lamentó en público de “las comodidades” y “las acciones de 80 empresas que tuve que dejar” por trabajar como funcionario público, en la Presidencia de la República decidieron entrar al rescate de quien hasta hace una semana era el secretario estrella del gabinete del presidente Felipe Calderón. Se invirtió así el propósito para el que llegó Juan Camilo Mouriño a la Secretaría de Gobernación; en vez de que el responsable de la política interna sea quien defienda y ayude al Presidente, es ahora su jefe quien tiene que ir al rescate del joven maravilla. Las denuncias y documentos que involucran a Mouriño en un escandaloso tráfico de influencias, porque al mismo tiempo que era diputado y funcionario de la Secretaría de Energía también firmaba contratos millonarios con Pemex, como apoderado legal de las empresas de su padre, no sólo pegaron directo en la imagen del secretario de Gobernación, también golpearon, colateralmente, a la reforma energética que intenta el presidente Calderón y que fue utilizada como el contexto en el que Andrés Manuel López Obrador reveló los documentos en los que aparece estampada la firma del funcionario calderonista, aprovechando los cargos públicos que ocupó entre 2002 y 2003, para hacer negocios para sus empresas familiares. En los documentos que entregó López Obrador al FAP, de la cuales apenas se publicó un extracto en EL UNIVERSAL, suman más de 100 millones de pesos los contratos otorgados por Pemex a las empresas Ivancar y Grupo Energético del Sureste en el sexenio pasado; de éstos, en los que aparece la firma de Juan Camilo como apoderado legal suman 26 millones. Tal vez por eso en la casa presidencial se decidieron a actuar y empezaron desde ayer a mover resortes políticos y mediáticos para tratar de controlar los daños del escándalo que envuelve al hombre de mayor confianza del Presidente. En esa lógica, no es aventurado afirmar que bastó mes y medio para que Juan Camilo Mouriño pasara de ser uno de los activos más fuertes del gabinete calderonista a convertirse en un elemento problema y si no hay una respuesta rápida y suficientemente clara del funcionario, no tardará mucho para que el titular de Gobernación se vuelva un pasivo que le reste al Presidente. Parece muy poco tiempo para que a Calderón se le haya desinflado uno de sus hombres-emblema, y habría que esperar a ver si, más allá de la impericia y torpeza que mostró en sus primeras declaraciones, Mouriño Terrazo tiene algo más para defenderse y limpiar su imagen que ya fue tocada. Ni siquiera en el caso de Esteban Moctezuma Barragán, al que algunos comparaban con Juan Camilo, fue tan rápido el desgaste. Al secretario de Gobernación y delfín de Ernesto Zedillo le llevó siete meses convertirse en un problema para el presidente que lo impulsó. Porque, además de los documentos que hizo públicos López Obrador, ha empezado a surgir una serie de datos y evidencias que apuntan a que el dejar las comodidades de su vida en provincia y las muchas acciones de sus empresas no fue tan mal negocio para Juan Camilo. Al menos no para su familia política, porque en información obtenida a través de Compranet se ubica a la constructora Escalante, propiedad de su suegro, Eduardo Escalante, como una empresa que creció de manera impresionante y obtuvo, tan sólo en 2008, contratos de obras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por 501 millones de pesos. Pueden ser casualidades u otras rarezas que pasan, pero entre 2002 y 2004, la constructora Escalante obtenía contratos carreteros por apenas 85 millones; pero para 2006 su suerte cambió y se volvió una contratista mediana de la SCT, que obtuvo ese año contratos por 180 millones de pesos. La suerte fue mejorando para la constructora del suegro de Mouriño, que casi duplicó en 2007 sus contratos con el gobierno (350 millones) y para 2008 simplemente los triplicó. En tan sólo tres años, esa empresa facturó casi mil millones de pesos en contratos de obras carreteras con el gobierno federal. Eso hizo que allá en Campeche, de donde es originaria la familia política del secretario de Gobernación, a la compañía Escalante ya se le conozca como “la Facopsa de este sexenio”, en alusión a la polémica constructora de Cosme Mares, el constructor favorito del ex presidente Vicente Fox. Al tema del suegro incómodo le siguen otros casi anecdóticos, como el de su rancho Villa Gely de cinco hectáreas en Campeche, adonde ha invitado a varios políticos, o algo tan glamouroso como el lujoso yate en el que suele navegar en las aguas del golfo de México y por el que también han desfilado varios personajes políticos del PRI, el PAN y el PRD, que han ido de pesca con el titular de Gobernación desde que éste era jefe de la Oficina de la Presidencia. Ahí, dicen, Mouriño practicaba política en aguas profundas. En fin, ya se verá si la estrategia de control de daños iniciada para arropar y defender al titular de Gobernación da resultados y se logra frenar el deterioro en la imagen de un funcionario que llegó como estrella al gabinete y hoy más bien apunta para estrellado. NOTAS INDISCRETAS… Después del desaguisado del video que circuló por internet, donde se daban argumentos a favor de la apertura al capital privado en áreas de Pemex, el gobierno calderonista arrancará hoy su estrategia de difusión y propaganda a favor de la reforma energética. Algún empleado de la agencia de publicidad contratada por Los Pinos para diseñar la campaña mediática filtró la versión sin terminar de ese video promocional que contenía partes de un guión que después fue revisado y cambiado por los funcionarios de la Presidencia. El caso es que ya arranca la verdadera campaña gubernamental, y lo hace con encuestas que dicen que van ganando terreno el discurso lopezobradorista que llama “privatización” a la iniciativa energética del gobierno… Los dados empiezan semana con escalera. Buen augurio. sgarciasoto@hotmail.com salvador.garcia@eluniversal.com.mx |
Kikka Roja