Su grupo, en la orfandad. Álvaro Delgado http://gobiernolegitimobj.blogspot.com/ El mismo día en que asumió la Secretaría de Gobernación, el miércoles 16 de enero de este año, Juan Camilo Mouriño pretendió negar su aspiración de ser candidato presidencial y relevar a su jefe, Felipe Calderón. "No es mi proyecto, no vengo a eso. Vengo a ser el titular de la Secretaría de Gobernación y seguramente tendré un estilo propio y distinto a quienes han ocupado la titularidad con anterioridad", expresó. -En el argot político, como se dice, ¿se da por muerto? -No, ese no es mi lenguaje. Lo que sí le puedo decir, asegurar, y quiero ser muy claro al respecto, es que ese no es mi proyecto ni es esa la razón por la que llego a la Secretaría de Gobernación. Sin embargo, justamente por ese cargo, Mouriño robusteció el grupo político que comenzó a integrar desde que era coordinador del equipo de transición de Calderón y después como jefe de la Oficina de la Presidencia, el mismo que ahora -con su repentina muerte- queda en la orfandad. Ese grupo -un subgrupo del felipismo- incluye secretarios de Estado, subsecretarios, gobernadores y delegados federales, pero también dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN) de todas las jerarquías, así como diputados y senadores. La tupida red de relaciones del político que nació en 1971 en Madrid, España, fue tejida gracias a su poder de asignar cargos en la estructura del gobierno federal y que usó, además, para ejercer influencia en el PAN, inclusive ya con Germán Martínez como presidente. Aunque en el homenaje luctuoso, el jueves 6, Calderón lo describió casi como un héroe nacional y estadista sin mácula - "fue objeto de críticas y víctima de calumnias"-, Mouriño acumuló numerosas evidencias del poco aprecio por la transparencia y, sobre todo, del uso faccioso del poder público para conseguir objetivos políticos. Jamás aclaró el uso de un pasaporte como ciudadano español después de que ya había optado por la nacionalidad mexicana, menos aún informó sobre su doble nacionalidad, y fue él quien confesó la autenticidad de los contratos que, como servidor público, firmó con Petróleos Mexicanos (Pemex) a nombre de Ivancar, S.A. de C.V., una de las empresas familiares. Él fue, también, quien ejecutó la estrategia para integrar, primero, una mayoría afín al grupo de Calderón en el Consejo Nacional del PAN y, después, formalizar el triunfo de Martínez, cuya candidatura única exhibió la imposición desde la casa presidencial, tal como lo denunciaron numerosos panistas. El mismo Mouriño hizo proselitismo en Ciudad del Carmen, Campeche, a bordo de una camioneta oficial de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), conducida por el delegado en esa entidad, Enrique Iván González López, según fotografías que exhibieron panistas que tomaron la sede de su partido, el 4 de mayo de 2007, inconformes con las imposiciones del entonces jefe de la Oficina de la Presidencia. Desde ese mismo cargo, Mouriño designó a la mayoría de los delegados federales de las secretarías de Estado, que en el caso de Campeche -el estado que su familia adoptó para levantar su imperio económico- incluyó a personajes sin aptitudes, con el objetivo de ganar adeptos para el Consejo Nacional. "El gobierno federal está comprando conciencias a través de su operador Juan Camilo", acusó en su momento el diputado federal Jorge Nordhausen. Inclusive, afirmó, Mouriño celebró una reunión en su casa, el viernes 27 de abril, previo a la celebración del Consejo Estatal, para "comprar voluntades" entre panistas del estado encabezados por la entonces presidenta estatal del PAN, Nelly Márquez. "Sus palabras textuales fueron: 'Tengo 40 subdelegaciones, con sueldos de 20 mil a 45 mil pesos mensuales, pero nosotros vamos a ganar el Consejo Estatal y el Consejo Nacional'", aseguró Nordhausen, quien acusó: "Mouriño tiene un poder discrecional para repartir el botín, aunque los designados no den el perfil." Por ejemplo, el delegado de la Semarnat, Iván González López, es pediatra, pero además apoyó a los candidatos perredistas en las elecciones federales. "Es un acto totalmente incongruente de parte de Mouriño. ¡Incongruencia total, porque no tiene el perfil que se requiere y además apoyó al PRD. Todos los carmelitas lo sabemos!" -¿Y por qué lo nombró? -Solamente porque él opera los intereses de Juan Camilo. Es el mismo caso del nuevo delegado de la Procuraduría Agraria, Juan Manuel González Navarrete: "¡Desplazó a un panista que tenía 10 años trabajando en el sector y él es un técnico en computación. Ah, pero es operador de Mouriño!" En la delegación del Registro Agrario Nacional, añadió, Mouriño nombró a Socorro Gamboa Vela: "¡Es una maestra de kínder! ¡Por favor! Ella también es operadora política a favor de sus intereses. Son votos cautivos". En la subgerencia corporativa de Desarrollo Social de Petróleos Mexicanos (Pemex) también intervino Mouriño al designar a Hiram Manzanero Carillo, afirma Nordhausen: "¡Pero es maestro de karate! ¡Qué nos pasa!". Nordhausen afirmó: "Estos actos de incongruencia tienen muy molestos a los campechanos, pero sobre todo a los panistas, como yo, que queremos regresar a la mística que teníamos, y ahora resulta que los altos funcionarios compran conciencias. ¡Mira cómo operaron la rechifla a Manuel Espino!". En efecto, ya con una mayoría en el Consejo Nacional, la facción del PAN encabezada por Calderón sometió a Espino a un ruidoso repudio en la Asamblea Nacional celebrada el sábado 2 de junio de 2007, en León, Guanajuato. Quienes orquestaron la rechifla fueron identificados: Alejandro Vázquez Cuevas, presidente del PAN en Veracruz y cuyo hermano Alfonso es delegado de la Secretaría del Trabajo; Guillermo Gallard, presidente de ese partido en Hidalgo, y Ulises Ramírez, quien era entonces senador por el Estado de México y luego coordinador de asesores de Mouriño. En la rechifla intervinieron, también, panistas de Zacatecas, Chiapas, San Luis Potosí y el Distrito Federal, encabezados por Mariana Gómez del Campo, sobrina política de Calderón, muy allegada también a quien entonces ocupaba la Oficina de la Presidencia. Justamente Gómez del Campo es la principal promotora de un aspirante al gobierno del Distrito Federal y uno de los políticos más allegados a Mouriño, el expriista poblano Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo y quien, junto con César Nava, secretario particular de Calderón, le estimulaban sus aspiraciones presidenciales. Grupo a la expectativa Aunque era sabida su ascendencia sobre Calderón, y aun su jerarquía como jefe de gabinete, casi todos los altos funcionarios del gobierno mantenían una relación institucional con Mouriño, incluyendo a Josefina Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública (SEP), cuya rivalidad con él venía de la campaña. Pero había un sector que, aun con las menguadas posibilidades de aspirar a la candidatura presidencial, seguía apostando por él. A nivel de secretarios, Mouriño mantenía una estrecha relación con Georgina Kessel, de Energía; Ernesto Cordero, de Desarrollo Social; Gerardo Ruiz Mateos, de Economía, así como con el director de Pemex, el priista Jesús Reyes-Heroles, y con la gerente corporativa de Desarrollo Social de la paraestatal, la expriista Yolanda Valladares. Entre otros mouriñistas dentro del gabinete se encuentran Patricia Flores Elizondo, jefa de la Oficina de la Presidencia; Mario Laborín, director de Nafin y Bancomext; Patricio Patrón Laviada, exgobernador de Yucatán, y Sigritz Arzt, secretaria técnica del Consejo de Seguridad Nacional, que presidía Mouriño. En las dos cámaras del Congreso, Mouriño logró también integrar a prosélitos: Entre los senadores más allegados se encuentran Guillermo Anaya Llamas, de Coahuila; Rodolfo Dorador, de Durango; Guillermo Padrés, de Sonora, y Alberto Villarreal, de Guanajuato. En la Cámara de Diputados, Mouriño tenía, inclusive, un "club de admiradoras", integrado entre otras por la poblana Violeta Lagunes, la chihuanuense María Eugenia Campos y las guanajuatenses Elia Hernández y Pilar Ortega, ésta última exhibida por traficar con influencias para aprobar un trabajo académico. Con el fin de aprobar un examen de un curso en la Universidad de Harvard, Ortega solicitó el apoyo de Jordy Herrera, subsecretario de Energía, exsecretario particular de Calderón y justamente otro de los amigos íntimos de Mouriño. De la Oficina de la Presidencia mudó a sus colaboradores a la Secretaría de Gobernación, entre ellos a su secretario particular, Abraham Cherem Mizrahi, y a Rodrigo Fernández Igual, coordinador de agenda. Mouriño incorporó como subsecretarios a sus amigos Cuauhtémoc Cardona, de Enlace Legislativo; Ana Teresa Aranda, de Población, Migración y Asuntos Religiosos; Irma Pía González Luna, de Normatividad de Medios, y Daniel Cabeza de Vaca, de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos. Como oficial mayor nombró a Abel Cuevas Melo y a Arne aus den Ruthen Haag como coordinador de asesores, quien dejó el cargo en Ulises Ramírez. Aunque parecía inexplicable la ratificación de un subsecretario que había estado con Ramírez Acuña, sobre todo si era su alumno político, Mouriño dejó en el cargo a Abraham González Uyeda, en cuyo rancho se efectuó el destape de Calderón, en 2004, y quien se incorporó al equipo de campaña como coordinador de Giras, en sustitución del también jalisciense Alonso Ulloa. En el PAN también hizo sentir su presencia: En las secretarías del CEN, Mouriño colocó a Jorge Manzanera Quintana, secretario general adjunto, y a los secretarios de elecciones, Alejandro Villalobos Bayón, y de Fortalecimiento Interno, Javier Rodarte de la Rosa, los tres socios en Desarrollo y Operación de Campañas (Docsa), la empresa que sirvió de fachada a la actuación del español Antonio Solá en la guerra sucia de 2006. Al inicio de la gestión del actual Comité Ejecutivo Nacional, y por influencia de Mouriño, fue nombrado secretario general el senador coahuilense Guillermo Anaya Llamas, compadre de Calderón, pero Martínez logró sustituirlo por su amigo Rogelio Carvajal. Aunque adversarios, por ser parte de subgrupos distintos, Mouriño y Martínez trabajaron juntos, y aun éste hizo una defensa abierta de quien era secretario de Gobernación, cuando estaba en auge el escándalo de los contratos: "Él es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad... ¡Eso representa Juan Camilo Mouriño!" |
Kikka Roja