Luis Javier Garrido
Las decisiones políticas tienen también repercusiones económicas y el gobierno panista de facto de Felipe Calderón parece ignorarlo.
1. El desastroso espectáculo de este gobierno, que será siempre ilegítimo y que no gobierna, mientras se continúan agravando los principales problemas del país, es ya crítico porque en estas semanas aparece limitado a preparar operativos mediáticos de corte político-electoral, que están teniendo también hondas repercusiones en la economía del país, a la que ha prácticamente destrozado Calderón con sus iniciativas.
2. La derecha mexicana no tiene un proyecto nacional, y la gravísima situación financiera, económica y social por la que atraviesa México no es más que consecuencia del desenfrenado saqueo que ha sufrido bajo el gobierno de la camarilla de Calderón, pero también de la estulticia de éste para tomar decisiones políticas, ignorando que tienen repercusiones económicas. Con un gobierno panista, se decía hace unos años, la economía marcharía bien porque los dueños del capital nacionales y extranjeros tendrían confianza, y lo que se ve es lo contrario, como lo acaba de informar el Banco de México, dando a conocer que en los últimos ocho meses salieron del país 14 mil 650 millones de dólares (La Jornada, 4 de junio).
3. Los problemas nacionales no hacen más que crecer, el desastre en el campo es cada vez mayor, el desempleo es ya desenfrenado, como el empobrecimiento de la gente, las empresas pequeñas y medianas siguen desapareciendo y Calderón no atina más que a fotografiarse una y otra vez con las fuerzas armadas en un ritual cada vez más ridículo, y a ordenar que se hagan detenciones sin ton ni son pero con criterios político-electorales, a sabiendas de que el PAN va a perder las legislativas de 2009, de no mediar un macrofraude electoral.
4. El fracaso de los estrategas de la derecha en el intento de levantar a través de los medios la imagen de Calderón, de su partido y de su gobierno, se debe no sólo al origen ilegítimo de éste, a su mediocridad personal y a sus políticas contrarias a los intereses populares, sino también a su talante ultraderechista y faccioso. Antonio Solá, presidente de la empresa Ostos y Solá, y asesor principal o gurú (como allá se le llama) de la campaña perdedora del PP español en 2008, y también del espurio mexicano, se lamentaba en la primera plana de El País de ayer, quizás pensando también en México, de no poder hacer demasiado ahora para las elecciones europeas porque quien encabeza las listas del partido de Aznar y de Rajoy –los mentores de Calderón– es, decía, muy de derechas.
5. En el caso de México hay algo, sin embargo, muy grave, en que los analistas no parecen reparar, y es que las políticas ya abiertamente fascistoides de Calderón y del PAN los han llevado no sólo a cometer todo tipo de tropelías contra los ciudadanos sino que están construyendo en el país un marco seudoconstitucional y seudojurídico, con la complicidad del PRI y del sector más corrompido del PRD, equiparable al que existía en la España franquista o en el Chile de Pinochet, que tiende a permitirles a los cada vez más numerosos aparatos represivos o de seguridad oficiales pasar por encima de los derechos fundamentales de los mexicanos, realizando detenciones sin órdenes de un juez, o lo que ha sido una de las obsesiones de Calderón: la posibilidad de violentar los domicilios particulares también sin tener una orden judicial.
6. El gobierno de los grupos de ultraderecha que asaltaron el poder en 2006 a través del fraude electoral ha constituido en los hechos un poder depredador, pues ha proseguido en su empeño de desmantelar con criterios neoliberales el marco constitucional mexicano en lo relativo tanto a los derechos originarios de la nación como a los derechos sociales del pueblo mexicano –que le daban sentido a la Constitución de 1917 y constituyeron el programa de los gobiernos posrevolucionarios–, pero con Calderón se ha empeñado también en atentar contra el capítulo de las garantías individuales y, sobre todo, en hacer trizas las garantías judiciales, lo que poco tiene que ver con una pretendida guerra contra el crimen.
7. Las contrarreformas legales –y en algunos casos constitucionales– que han ido aprobándose supuestamente para luchar contra el narco, en realidad constituyen una amenaza para la ciudadanía y para los movimientos sociales, pues retrotraen en más de un siglo el reloj de la historia, al pretender crear un Estado policiaco sustentado en una maraña de leyes sin pies ni cabeza. La contrarreforma judicial de 2008 sentó las bases para regularizar a la inconstitucional Policía Federal Preventiva o PFP, al tolerar a cuerpos policiacos no precisados, y ésta ahora se transforma en Policía Federal (PF), dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, con nuevas atribuciones, buscando ocultar su negro historial de violación de los derechos de los mexicanos en los últimos años. La llamada Ley de la Policía Federal, publicada en el Diario Oficial del lunes primero de junio, es un engendro seudojurídico más, pues busca legalizar este cuerpo policiaco inconstitucional, haciéndolo pasar de policía preventiva a policía investigadora de los delitos, y duplicando de esta manera las funciones de la antes llamada Policía Judicial Federal, luego Agencia Federal de Investigación o AFI, y ahora Policía Federal Ministerial o PFM, dependiente de la Procuraduría General de la República, responsable de la investigación de los delitos federales.
8. El desastre institucional y legal es absoluto, pues amparándose en los nuevos principios aberrantes, dichos cuerpos podrían ya en los hechos realizar arrestos sin mandamiento judicial, allanar domicilios, intervenir llamadas telefónicas y dispersar manifestaciones libres, con lo que el escenario social y político de México se va a deteriorar aún más. Un operativo como el bárbaro llevado a cabo en Atenco en 2006, ahora sería legal, y por eso algunos se preguntan ¿dónde están las barras, colegios y asociaciones de abogados penalistas? ¿Cómo es posible que se esté degradando así la situación en México?
9. El miedo de Calderón y de sus amigos al pueblo de México los ha llevado a destruir las instituciones públicas como jamás se había hecho en el pasado en ningún momento de nuestra historia.
10. El verdadero operativo que hay en el país es, como se ve, el de consolidar en el poder económico y político de México a una serie de mafias de poder, que están saqueando nuestros recursos estratégicos, y que encabezadas formalmente por Calderón constituyen el verdadero crimen organizado, aunque muchos parezcan no darse cuenta.
kikka-roja.blogspot.com/
2. La derecha mexicana no tiene un proyecto nacional, y la gravísima situación financiera, económica y social por la que atraviesa México no es más que consecuencia del desenfrenado saqueo que ha sufrido bajo el gobierno de la camarilla de Calderón, pero también de la estulticia de éste para tomar decisiones políticas, ignorando que tienen repercusiones económicas. Con un gobierno panista, se decía hace unos años, la economía marcharía bien porque los dueños del capital nacionales y extranjeros tendrían confianza, y lo que se ve es lo contrario, como lo acaba de informar el Banco de México, dando a conocer que en los últimos ocho meses salieron del país 14 mil 650 millones de dólares (La Jornada, 4 de junio).
3. Los problemas nacionales no hacen más que crecer, el desastre en el campo es cada vez mayor, el desempleo es ya desenfrenado, como el empobrecimiento de la gente, las empresas pequeñas y medianas siguen desapareciendo y Calderón no atina más que a fotografiarse una y otra vez con las fuerzas armadas en un ritual cada vez más ridículo, y a ordenar que se hagan detenciones sin ton ni son pero con criterios político-electorales, a sabiendas de que el PAN va a perder las legislativas de 2009, de no mediar un macrofraude electoral.
4. El fracaso de los estrategas de la derecha en el intento de levantar a través de los medios la imagen de Calderón, de su partido y de su gobierno, se debe no sólo al origen ilegítimo de éste, a su mediocridad personal y a sus políticas contrarias a los intereses populares, sino también a su talante ultraderechista y faccioso. Antonio Solá, presidente de la empresa Ostos y Solá, y asesor principal o gurú (como allá se le llama) de la campaña perdedora del PP español en 2008, y también del espurio mexicano, se lamentaba en la primera plana de El País de ayer, quizás pensando también en México, de no poder hacer demasiado ahora para las elecciones europeas porque quien encabeza las listas del partido de Aznar y de Rajoy –los mentores de Calderón– es, decía, muy de derechas.
5. En el caso de México hay algo, sin embargo, muy grave, en que los analistas no parecen reparar, y es que las políticas ya abiertamente fascistoides de Calderón y del PAN los han llevado no sólo a cometer todo tipo de tropelías contra los ciudadanos sino que están construyendo en el país un marco seudoconstitucional y seudojurídico, con la complicidad del PRI y del sector más corrompido del PRD, equiparable al que existía en la España franquista o en el Chile de Pinochet, que tiende a permitirles a los cada vez más numerosos aparatos represivos o de seguridad oficiales pasar por encima de los derechos fundamentales de los mexicanos, realizando detenciones sin órdenes de un juez, o lo que ha sido una de las obsesiones de Calderón: la posibilidad de violentar los domicilios particulares también sin tener una orden judicial.
6. El gobierno de los grupos de ultraderecha que asaltaron el poder en 2006 a través del fraude electoral ha constituido en los hechos un poder depredador, pues ha proseguido en su empeño de desmantelar con criterios neoliberales el marco constitucional mexicano en lo relativo tanto a los derechos originarios de la nación como a los derechos sociales del pueblo mexicano –que le daban sentido a la Constitución de 1917 y constituyeron el programa de los gobiernos posrevolucionarios–, pero con Calderón se ha empeñado también en atentar contra el capítulo de las garantías individuales y, sobre todo, en hacer trizas las garantías judiciales, lo que poco tiene que ver con una pretendida guerra contra el crimen.
7. Las contrarreformas legales –y en algunos casos constitucionales– que han ido aprobándose supuestamente para luchar contra el narco, en realidad constituyen una amenaza para la ciudadanía y para los movimientos sociales, pues retrotraen en más de un siglo el reloj de la historia, al pretender crear un Estado policiaco sustentado en una maraña de leyes sin pies ni cabeza. La contrarreforma judicial de 2008 sentó las bases para regularizar a la inconstitucional Policía Federal Preventiva o PFP, al tolerar a cuerpos policiacos no precisados, y ésta ahora se transforma en Policía Federal (PF), dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, con nuevas atribuciones, buscando ocultar su negro historial de violación de los derechos de los mexicanos en los últimos años. La llamada Ley de la Policía Federal, publicada en el Diario Oficial del lunes primero de junio, es un engendro seudojurídico más, pues busca legalizar este cuerpo policiaco inconstitucional, haciéndolo pasar de policía preventiva a policía investigadora de los delitos, y duplicando de esta manera las funciones de la antes llamada Policía Judicial Federal, luego Agencia Federal de Investigación o AFI, y ahora Policía Federal Ministerial o PFM, dependiente de la Procuraduría General de la República, responsable de la investigación de los delitos federales.
8. El desastre institucional y legal es absoluto, pues amparándose en los nuevos principios aberrantes, dichos cuerpos podrían ya en los hechos realizar arrestos sin mandamiento judicial, allanar domicilios, intervenir llamadas telefónicas y dispersar manifestaciones libres, con lo que el escenario social y político de México se va a deteriorar aún más. Un operativo como el bárbaro llevado a cabo en Atenco en 2006, ahora sería legal, y por eso algunos se preguntan ¿dónde están las barras, colegios y asociaciones de abogados penalistas? ¿Cómo es posible que se esté degradando así la situación en México?
9. El miedo de Calderón y de sus amigos al pueblo de México los ha llevado a destruir las instituciones públicas como jamás se había hecho en el pasado en ningún momento de nuestra historia.
10. El verdadero operativo que hay en el país es, como se ve, el de consolidar en el poder económico y político de México a una serie de mafias de poder, que están saqueando nuestros recursos estratégicos, y que encabezadas formalmente por Calderón constituyen el verdadero crimen organizado, aunque muchos parezcan no darse cuenta.