09 de marzo de 2012
Es difícil encontrar un oficio con mayor desprestigio que el de diputado. Ante los oportunistas de siempre que en las próximas elecciones buscarán reciclar su chamba, vale la pena recordar los tiempos casi inverosímiles en que los legisladores derrochaban elocuencia. Clementina Díaz y de Ovando recuperó la controversia legislativa que llevó a la creación de la primera ley de protección del patrimonio arqueológico nacional. En Memoria de un debate recoge las posturas expresadas en la Cámara el 28 de octubre de 1880. Desde el empobrecido presente, dan ganas de votar por esos civilizados oradores, tan diferentes de los que ahora llaman la atención por su cinismo, sus salidas de tono o su capacidad de lanzarse botellitas de agua. Aquel 28 de octubre el diputado Gumersindo Enríquez propuso que se discutiera el caso del francés Désiré Charnay, que había firmado un contrato con el gobierno para explorar zonas arqueológicas.
Es difícil encontrar un oficio con mayor desprestigio que el de diputado. Ante los oportunistas de siempre que en las próximas elecciones buscarán reciclar su chamba, vale la pena recordar los tiempos casi inverosímiles en que los legisladores derrochaban elocuencia. Clementina Díaz y de Ovando recuperó la controversia legislativa que llevó a la creación de la primera ley de protección del patrimonio arqueológico nacional. En Memoria de un debate recoge las posturas expresadas en la Cámara el 28 de octubre de 1880. Desde el empobrecido presente, dan ganas de votar por esos civilizados oradores, tan diferentes de los que ahora llaman la atención por su cinismo, sus salidas de tono o su capacidad de lanzarse botellitas de agua. Aquel 28 de octubre el diputado Gumersindo Enríquez propuso que se discutiera el caso del francés Désiré Charnay, que había firmado un contrato con el gobierno para explorar zonas arqueológicas.