- Rompe el gobierno de Calderón récord en número de desempleados
- Trueca Levín Coppel la roqueseñal por ahora sí van a comer mierda, cabrones
- ASÍ QUIEREN A SUS VOTANTES AZULES, ¿YA VIERON CÓMO TRATAN A LOS CLASEMEDIEROS PRIPANISTAS?
¡Felicidades!, presidente del empleo, porque en la ya larga historia de gobiernos ineficientes y grotescos ninguno lo había hecho tan bien: con Calderón en Los Pinos, de enero a septiembre de 2009 México acumuló un millón de desempleados, y a lo largo de su estadía en la residencia oficial un millón 400 mil, de tal suerte que la tasa de desocupación abierta en el país se ha incrementado alrededor de 80 por ciento en poco menos de tres años, y tan sólo en septiembre pasado rompió el récord impuesto por Ernesto Zedillo en 1995, al llegar dicho indicador a 6.41 por ciento de la población económicamente activa, o lo que es lo mismo, casi 3 millones de paisanos en el desamparo laboral absoluto.
Alcen las copas y brinden por el éxito, que lo propio harán gobierno calderonista y legisladores que recién aprobaron un nuevo alud de impuestos y alzas de precios para los mexicanos, pues con el paquetazo 2010 van que vuelan para romper su propio récord. De acuerdo con la estadística del Inegi, cada familia mexicana se compone de 4.3 miembros, en promedio, de tal suerte que en tan sólo nueve meses (enero-septiembre de 2009) el inquilino de Los Pinos, con su millón de desempleados en ese periodo, ha permitido que alrededor de 4.3 millones de mexicanos hayan quedado sin ingreso, y la cifra se eleva a poco más de 6 millones si se considera el inquilinaje desde el principio (primero de diciembre de 2006 a la fecha). Lo anterior sin incluir a los 45 mil electricistas recién defenestrados por Calderón, o lo que es lo mismo, alrededor de 200 mil mexicanos sin ingreso, pero eso sí, con la oportunidad histórica de tomar cursos de inglés (Lozano dixit).
Así, en el balance del México que muestra claros signos de recuperación (Calderón dixit) 3 millones de mexicanos carecen de empleo, de tal suerte que, de acuerdo con el citado promedio por familia del Inegi, casi 13 millones de personas carecen de ingreso regular. Y, muy al estilo foxista (a una mala noticia, me adelanto con una buena, aunque sea falsa), el inquilino de Los Pinos contó su simpática fábula de los signos de recuperación justo la víspera de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía divulgara los indicadores oportunos de ocupación y empleo correspondientes a septiembre pasado, los cuales son verdaderamente desastrosos, pues registran una tasa de desempleo abierto mayor a la de la crisis de 1995, a la que un día atrás, fresco como lechuga, Calderón hizo referencia: este año se han perdido 1.6 empleos de cada cien, no obstante enfrentar la crisis más severa, mientras en 1995 esta cifra fue superior: 11 por cada ciento.
En su gira artística por Quintana Roo (estado en el que se registra un caso aberrante, digno de Torquemada, pues una joven de 22 años ha sido condenada a tres décadas de prisión por abortar, algo que reconforta y fortalece la fe de la Iglesia en México) el inquilino de Los Pinos también presumía la creación de 200 mil empleos formales (hay que restarle 45 mil electricistas) entre junio y la primera quincena de octubre del presente año, cuando 24 horas después el Inegi cometió el pecado mortal de informar que la tasa de desocupación abierta en el país alcanzó la mayor cota ya no se diga del sexenio del vivir mejor, sino de cuando menos los últimos tres lustros (6.41 por ciento de la población económicamente activa, equivalente a casi 3 millones de personas); que en las grandes ciudades (aquellas con 100 mil o más habitantes) el desempleo llegó a 7.88 por ciento (algo así como 2.7 millones de mexicanos) y, en fin, que tan sólo de enero a septiembre de 2009 un millón de mexicanos engrosaron las filas del ejército de reserva (más de la mitad de ellos registrados, precisamente, de junio a septiembre de 2009).
Ésas son las cifras (oficiales), y con ellas los legisladores que aprobaron el paquetazo 2010 (sobre todo aquellos que no tienen de qué avergonzarse, como los priístas, según orgullosa defensa del diputado tricolor David Penchyna) pueden darse una idea de a quiénes les aumentaron los impuestos y los precios y tarifas del sector público (más lo que provoquen en los del sector privado). No son los únicos, desde luego, que pagarán más y recibirán nada a cambio. También se cuentan los más de 55 millones de mexicanos en pobreza, y todos aquellos privilegiados con ingreso de hasta 250 pesos por día (73 por ciento de los ocupados; otro 10 por ciento de los ocupados no reciben ingresos).
Eso sí, los legisladores presumen que con su voto favorable evitamos la quiebra del país. Por cierto, algunos puritanos pusieron el grito en el cielo, porque en la sesión en San Lázaro el también diputado tricolor Óscar Levín Coppel sacó a relucir su refinado castellano y a un grupo de opositores al paquetazo 2010 espetó: ahora sí van a comer mierda ustedes, ¡cabrones! No se sabe de qué se espantaron, si tienen toda la razón: en efecto, al aprobar el alud de impuestos y el incremento de precios y tarifas del sector público –todo ello en medio de la crisis tenebrosa–, los priístas y los panistas –más sus rémoras de los minipartidos– sin consideración alguna condenaron a los mexicanos a seguir comiendo mierda, porque no va a quedar para más.
Y como la equidad fiscal es lo importante, el gobierno calderonista y los legisladores prianistas procedieron a exprimir a los mexicanos de a pie, y de paso a otorgar más privilegios a la temida fábrica de sueños, la de por sí apapachada Televisa, de acuerdo con un arrepentido diputado panista, Javier Corral, quien por medio de la denuncia quiere expiar culpas: “no se puede exigir al pueblo de México, como lo acabamos de votar y yo a favor de ello, 30 mil millones de pesos por la vía del IVA, y al mismo tiempo extender un diferimiento para el pago de derechos por uso de espectro radioeléctrico por mil 900 millones de pesos a una sola empresa hasta 2012 y hasta 2013… nadie se engañe: este artículo tiene un destinatario, que es Televisa, la única empresa que hasta ahora ha mostrado interés por la licitación de dos redes nacionales de 30 megahercios cada una en el espectro radioeléctrico…”. Pero el único engañado fue él: los demás legisladores lo sabían (de ello se encargó el canal de las estrellas, aunque la información no salió a cuadro) y lo aprobaron.
Las rebanadas del pastel
Idénticos, pero no iguales: los 30 mil millones adicionales que en 2010 deberán pagar los mexicanos por el aumento a la tasa de IVA, mucho se parecen a los poco más de 30 mil millones que en utilidades netas ha reportado Televisa de 2006 a junio de 2009, pero existe una diferencia: a los primeros se les obliga a pagar, no hay vuelta de hoja; a la segunda, pobrecita, se le difiere el pago de derechos por mil 900 millones de pesos.
Alcen las copas y brinden por el éxito, que lo propio harán gobierno calderonista y legisladores que recién aprobaron un nuevo alud de impuestos y alzas de precios para los mexicanos, pues con el paquetazo 2010 van que vuelan para romper su propio récord. De acuerdo con la estadística del Inegi, cada familia mexicana se compone de 4.3 miembros, en promedio, de tal suerte que en tan sólo nueve meses (enero-septiembre de 2009) el inquilino de Los Pinos, con su millón de desempleados en ese periodo, ha permitido que alrededor de 4.3 millones de mexicanos hayan quedado sin ingreso, y la cifra se eleva a poco más de 6 millones si se considera el inquilinaje desde el principio (primero de diciembre de 2006 a la fecha). Lo anterior sin incluir a los 45 mil electricistas recién defenestrados por Calderón, o lo que es lo mismo, alrededor de 200 mil mexicanos sin ingreso, pero eso sí, con la oportunidad histórica de tomar cursos de inglés (Lozano dixit).
Así, en el balance del México que muestra claros signos de recuperación (Calderón dixit) 3 millones de mexicanos carecen de empleo, de tal suerte que, de acuerdo con el citado promedio por familia del Inegi, casi 13 millones de personas carecen de ingreso regular. Y, muy al estilo foxista (a una mala noticia, me adelanto con una buena, aunque sea falsa), el inquilino de Los Pinos contó su simpática fábula de los signos de recuperación justo la víspera de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía divulgara los indicadores oportunos de ocupación y empleo correspondientes a septiembre pasado, los cuales son verdaderamente desastrosos, pues registran una tasa de desempleo abierto mayor a la de la crisis de 1995, a la que un día atrás, fresco como lechuga, Calderón hizo referencia: este año se han perdido 1.6 empleos de cada cien, no obstante enfrentar la crisis más severa, mientras en 1995 esta cifra fue superior: 11 por cada ciento.
En su gira artística por Quintana Roo (estado en el que se registra un caso aberrante, digno de Torquemada, pues una joven de 22 años ha sido condenada a tres décadas de prisión por abortar, algo que reconforta y fortalece la fe de la Iglesia en México) el inquilino de Los Pinos también presumía la creación de 200 mil empleos formales (hay que restarle 45 mil electricistas) entre junio y la primera quincena de octubre del presente año, cuando 24 horas después el Inegi cometió el pecado mortal de informar que la tasa de desocupación abierta en el país alcanzó la mayor cota ya no se diga del sexenio del vivir mejor, sino de cuando menos los últimos tres lustros (6.41 por ciento de la población económicamente activa, equivalente a casi 3 millones de personas); que en las grandes ciudades (aquellas con 100 mil o más habitantes) el desempleo llegó a 7.88 por ciento (algo así como 2.7 millones de mexicanos) y, en fin, que tan sólo de enero a septiembre de 2009 un millón de mexicanos engrosaron las filas del ejército de reserva (más de la mitad de ellos registrados, precisamente, de junio a septiembre de 2009).
Ésas son las cifras (oficiales), y con ellas los legisladores que aprobaron el paquetazo 2010 (sobre todo aquellos que no tienen de qué avergonzarse, como los priístas, según orgullosa defensa del diputado tricolor David Penchyna) pueden darse una idea de a quiénes les aumentaron los impuestos y los precios y tarifas del sector público (más lo que provoquen en los del sector privado). No son los únicos, desde luego, que pagarán más y recibirán nada a cambio. También se cuentan los más de 55 millones de mexicanos en pobreza, y todos aquellos privilegiados con ingreso de hasta 250 pesos por día (73 por ciento de los ocupados; otro 10 por ciento de los ocupados no reciben ingresos).
Eso sí, los legisladores presumen que con su voto favorable evitamos la quiebra del país. Por cierto, algunos puritanos pusieron el grito en el cielo, porque en la sesión en San Lázaro el también diputado tricolor Óscar Levín Coppel sacó a relucir su refinado castellano y a un grupo de opositores al paquetazo 2010 espetó: ahora sí van a comer mierda ustedes, ¡cabrones! No se sabe de qué se espantaron, si tienen toda la razón: en efecto, al aprobar el alud de impuestos y el incremento de precios y tarifas del sector público –todo ello en medio de la crisis tenebrosa–, los priístas y los panistas –más sus rémoras de los minipartidos– sin consideración alguna condenaron a los mexicanos a seguir comiendo mierda, porque no va a quedar para más.
Y como la equidad fiscal es lo importante, el gobierno calderonista y los legisladores prianistas procedieron a exprimir a los mexicanos de a pie, y de paso a otorgar más privilegios a la temida fábrica de sueños, la de por sí apapachada Televisa, de acuerdo con un arrepentido diputado panista, Javier Corral, quien por medio de la denuncia quiere expiar culpas: “no se puede exigir al pueblo de México, como lo acabamos de votar y yo a favor de ello, 30 mil millones de pesos por la vía del IVA, y al mismo tiempo extender un diferimiento para el pago de derechos por uso de espectro radioeléctrico por mil 900 millones de pesos a una sola empresa hasta 2012 y hasta 2013… nadie se engañe: este artículo tiene un destinatario, que es Televisa, la única empresa que hasta ahora ha mostrado interés por la licitación de dos redes nacionales de 30 megahercios cada una en el espectro radioeléctrico…”. Pero el único engañado fue él: los demás legisladores lo sabían (de ello se encargó el canal de las estrellas, aunque la información no salió a cuadro) y lo aprobaron.
Las rebanadas del pastel
Idénticos, pero no iguales: los 30 mil millones adicionales que en 2010 deberán pagar los mexicanos por el aumento a la tasa de IVA, mucho se parecen a los poco más de 30 mil millones que en utilidades netas ha reportado Televisa de 2006 a junio de 2009, pero existe una diferencia: a los primeros se les obliga a pagar, no hay vuelta de hoja; a la segunda, pobrecita, se le difiere el pago de derechos por mil 900 millones de pesos.
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