Este domingo, al final de un mitin pacífico por la defensa del petróleo, el senador Carlos Navarrete fue abucheado e increpado por un grupo de manifestantes. Estas agresiones son inaceptables y las reprobamos enérgicamente.
Al día siguiente, los medios afines al gobierno le dieron una amplia cobertura al incidente, minimizaron el mensaje de López Obrador e iniciaron una campaña de gran escala, acusando al movimiento de violento (sólo lamentamos que las desapariciones en Oaxaca y las violaciones de Atenco nunca hayan merecido una difusión similar). En este contexto, Navarrete culpó del “clima de hostigamiento (en el PRD)” a “la prensa de izquierda” que propala “en columnas, editoriales, caricaturas” “versiones de que en su partido hay una corriente entregada al gobierno de Felipe Calderón”. Después responsabilizó a La Jornada y a El Chamuco de colocarse “al servicio de capillas partidarias o de corrientes internas”, de contribuir con “caricaturas infamantes, denigrantes”, “a la satanización de Nueva Izquierda (NI)”, a la que él pertenece y de no dar “un trato respetuoso y plural” a todas las corrientes del PRD.
Ante estas acusaciones, los colaboradores de El Chamuco aclaramos: que ejercemos con responsabilidad la libertad de imprenta, que documentamos nuestras opiniones, que no estamos –como él sí lo está– al servicio de una capilla o corriente partidaria y que, por lo que toca al respeto que demanda, le recordamos que ejercemos un arte respetuoso y crítico, y que no tenemos por qué darle un trato “plural” a las corrientes del PRD, pues nuestra opinión no es una cuota partidaria negociable.
Si Navarrete quiere hallar al culpable del descrédito de NI y sus dirigentes, nosotros le sugerimos lo busque en el historial público de NI y sus dirigentes: la aprobación de la ley indígena y su reciente actuación en las elecciones oaxaqueñas, por sólo mencionar algunas.
El argumento de que el ejercicio de la sátira y la crítica derivan en violencia ha sido utilizado a lo largo de la historia por los regímenes más autoritarios para cerrar medios incómodos. Si NI está tan preocupada porque se le percibe como una corriente calderonista, le sugerimos a Navarrete que deje de lado ese discurso lamentable y censor. La demanda penal interpuesta por dos diputados de NI contra Víctor Hernández por el contenido del blog El Sendero del Peje no hará más que darle alas a la sospecha de que Nueva Izquierda está allanando el camino para que el gobierno cierre todo espacio crítico.
Nosotros seguiremos defendiendo la libertad de expresión y el petróleo, que es ahora lo más importante. ¿O cuál es el tema, señor Navarrete?
Antonio Helguera, José Hernández, Federico Arreola, Eduardo del Río (Rius), Rafael Barajas (El Fisgón) y Patricio Ortiz (Patricio)
Kikka Roja
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