Hermetismo sobre la remoción del subsecretario de la Defensa
Jesús Aranda
El general de división Tomás Ángeles Dauahare fue removido de su cargo de subsecretario de la Defensa Nacional sin que la dependencia ofreciera mayores explicaciones.
En un comunicado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fechado el pasado 3 de marzo, pero que se hizo público un día después, la dependencia sólo dio a conocer el nombramiento del divisionario Francisco Armando Meza Castro como subsecretario de la dependencia, pero sin hacer alusión alguna a su antecesor. Según información extraoficial, el general Ángeles dejó el puesto en razón de que cumplió 65 años –edad límite para estar activo en el Ejército, según la legislación castrense– el pasado 8 de noviembre. De ser cierto este criterio, el oficial mayor de la Defensa Nacional, general Humberto Eduardo Antimo; el inspector y contralor general del Ejército, Sergio López Esquer, y el flamante subsecretario Meza Castro tendrían que dejar su cargo este año, ya que nacieron en 1942, apenas un año después que el general Ángeles.
De acuerdo con especialistas consultados, la forma en que salió de la Sedena el general Tomás Ángeles llama la atención, ya que fue uno de los “secretariables” al arrancar este sexenio, y pareciera que dejó el cargo por la puerta trasera. Los especialistas consultados comentaron que será interesante conocer el destino final del general Ángeles Dauahare. Sobre todo, si al pasar a retiro es designado asesor del general secretario –tradicionalmente son designados asesores los ex secretarios de la dependencia y los generales más cercanos al titular. Por otra parte, en medios castrenses se afirma que está latente la posibilidad de que el general Ángeles sustituya a Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública federal. Aunque éste es un rumor que tiene varias semanas. En la lógica militar, explicó una fuente confiable, “el combate al narcotráfico, mientras estén civiles, no es nada confiable, eso es lo que se ha dicho”. Los militares piensan que, ya que tienen el peso mayor del combate al narcotráfico, entonces, “que se les deje el mando total a ellos”.
En un comunicado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fechado el pasado 3 de marzo, pero que se hizo público un día después, la dependencia sólo dio a conocer el nombramiento del divisionario Francisco Armando Meza Castro como subsecretario de la dependencia, pero sin hacer alusión alguna a su antecesor. Según información extraoficial, el general Ángeles dejó el puesto en razón de que cumplió 65 años –edad límite para estar activo en el Ejército, según la legislación castrense– el pasado 8 de noviembre. De ser cierto este criterio, el oficial mayor de la Defensa Nacional, general Humberto Eduardo Antimo; el inspector y contralor general del Ejército, Sergio López Esquer, y el flamante subsecretario Meza Castro tendrían que dejar su cargo este año, ya que nacieron en 1942, apenas un año después que el general Ángeles.
De acuerdo con especialistas consultados, la forma en que salió de la Sedena el general Tomás Ángeles llama la atención, ya que fue uno de los “secretariables” al arrancar este sexenio, y pareciera que dejó el cargo por la puerta trasera. Los especialistas consultados comentaron que será interesante conocer el destino final del general Ángeles Dauahare. Sobre todo, si al pasar a retiro es designado asesor del general secretario –tradicionalmente son designados asesores los ex secretarios de la dependencia y los generales más cercanos al titular. Por otra parte, en medios castrenses se afirma que está latente la posibilidad de que el general Ángeles sustituya a Genaro García Luna en la Secretaría de Seguridad Pública federal. Aunque éste es un rumor que tiene varias semanas. En la lógica militar, explicó una fuente confiable, “el combate al narcotráfico, mientras estén civiles, no es nada confiable, eso es lo que se ha dicho”. Los militares piensan que, ya que tienen el peso mayor del combate al narcotráfico, entonces, “que se les deje el mando total a ellos”.
Kikka Roja
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esa fue una injusticia de el secretario
ResponderBorrarojo por ojo
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