- PAN, PRI y PVEM se niegan a recibir al presidente legítimo
- Presenta AMLO en San Lázaro su plan de salvación económica
- César Duarte se somete a las órdenes de Beatriz Paredes y Gamboa
La mesa directiva de la Cámara de Diputados optó por no recibir a Andrés Manuel López Obrador, quien pretendía entregar una carta urgente con medidas de salvación económica para hacer frente a los grandes problemas nacionales.
César Duarte, presidente del órgano legislativo, recibió la noche del lunes una llamada de la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, quien le pidió no reunirse con López Obrador. En el mismo tono, el coordinador de la bancada del tricolor, Emilio Gamboa, le exigió no hacerle eco al líder del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, porque viene a hacer campaña y el PRI no puede prestarse a este tipo de juegos.
A pesar de la negativa, López Obrador encabezó un mitin frente a la Cámara de Diputados para dar lectura a la carta y convocar a la construcción de un acuerdo nacional para atemperar los efectos más nocivos de la actual crisis económica y detener la descomposición social, en lo que denominó Plan de emergencia y de salvación nacional. Manifestó que si hay una convocatoria seria de los legisladores, vamos a participar, pero anticipó que no vamos a prestarnos a nada de politiquerías. Esos tiempos ya pasaron. No somos paleros de nadie.
Señaló que, a pesar de las diferencias, estamos dispuestos a contribuir en todo aquello que realmente vaya en beneficio del pueblo. Por encima de nuestras posiciones políticas siempre estará el interés de las mayorías y de la nación. Incluso ofreció que economistas y técnicos del gobierno legítimo de México podrían participar en los trabajos de ajuste y reorientación del presupuesto, si así lo consideraran conveniente diputados y senadores. El remedio y el trapito, ofreció. Ojalá, remarcó, nos tomen la palabra, actúen y empiecen a poner en práctica el plan de austeridad, cuando es notoria la ineptitud y la irresponsabilidad de quien se ostenta presidente de México.
Ante miles de simpatizantes que lo acompañaron, enalteció la importancia de reducir 200 mil millones de pesos al gasto corriente del gobierno federal, que ha aumentado en los últimos dos años en 437 mil millones y se ha destinado, básicamente, a sostener estructuras burocráticas improductivas y a mantener los privilegios de altos funcionarios públicos, en la primera etapa del plan. Dijo que esto puede lograrse con la disminución de la mitad de los sueldos, desde el presidente espurio hasta los directores generales y adjuntos del Poder Ejecutivo Federal; de las percepciones de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; de los consejeros del Instituto Federal Electoral y magistrados del tribunal electoral; de diputados federales y senadores, así como suprimiendo partidas especiales y gastos superfluos.
López Obrador insistió en que con esas medidas podría incrementarse más del doble el presupuesto del Procampo; derogar el impuesto empresarial a tasa única; apuntalar con créditos baratos y a la palabra a pequeñas y medianas empresas; reducir hasta 15 por ciento los precios de gasolinas, diesel y tarifas eléctricas, y alcanzaría para destinar recursos a adultos mayores, madres solteras, personas con discapacidad, comedores populares, becas para estudiantes de escuelas públicas, atención médica y medicamentos gratuitos para quienes carecen de seguridad social.
Advirtió que insistirán, al igual que el año pasado, en la propuesta de evitar la privatización del sector energético como pretendía Felipe Calderón. Les va a tener que dar vergüenza y les vamos a estar señalando constantemente. Vamos a ir, si es necesario, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a denunciar lo que perciben los ministros. ¡Cómo que ganan 600 mil pesos mensuales!, exclamó. Con esa actitud están demostrando que no tienen autoridad moral. Señaló que este año se dedicará a defender la economía popular y recordó que en 15 días encabezará un mitin frente a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y otro el 22 de marzo, en el Zócalo.
Dijo a diputados y senadores que es momento de actuar como verdaderos representantes populares. De hablarle al pueblo con la verdad, de decirle que la política económica que se ha impuesto desde hace 26 años sólo ha beneficiado a traficantes de influencias y a políticos corruptos. Por ejemplo, citó que en 1987, cuando se desataron las privatizaciones, en la lista de la revista Forbes sólo había un mexicano con mil millones de dólares. Al finalizar el sexenio de Carlos Salinas ya eran 22, y en la actualidad sólo 10 acumulan 100 mil millones de dólares, mientras la mayoría del pueblo ha sido condenada al destierro o la sobrevivencia. En el mitin, antes de López Obrador habló la senadora Rosario Ibarra, quien recordó que ayer su hijo desaparecido, Jesús Piedra Ibarra, habría cumplido 54 años.
Horas antes se dio a conocer la decisión de la mesa directiva de la Cámara de Diputados de no recibir a López Obrador, por decisión mayoritaria de PAN, PRI y PVEM. También se supo de la llamada que hizo Beatriz Paredes a César Duarte para prohibirle encontrarse con el tabasqueño y enfatizar que éste ya había entregado una carta a diputados del Frente Amplio Progresista, y ya era suficiente. Por la mañana hubo reunión plenaria de diputados priístas para apoyar esa decisión y echar abajo el acuerdo que anunciaron los coordinadores de PT, Ricardo Cantú, y Convergencia, Alejandro Chanona, de que López Obrador sería recibido en el salón de protocolo.
César Duarte, presidente del órgano legislativo, recibió la noche del lunes una llamada de la presidenta del PRI, Beatriz Paredes, quien le pidió no reunirse con López Obrador. En el mismo tono, el coordinador de la bancada del tricolor, Emilio Gamboa, le exigió no hacerle eco al líder del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, porque viene a hacer campaña y el PRI no puede prestarse a este tipo de juegos.
A pesar de la negativa, López Obrador encabezó un mitin frente a la Cámara de Diputados para dar lectura a la carta y convocar a la construcción de un acuerdo nacional para atemperar los efectos más nocivos de la actual crisis económica y detener la descomposición social, en lo que denominó Plan de emergencia y de salvación nacional. Manifestó que si hay una convocatoria seria de los legisladores, vamos a participar, pero anticipó que no vamos a prestarnos a nada de politiquerías. Esos tiempos ya pasaron. No somos paleros de nadie.
Señaló que, a pesar de las diferencias, estamos dispuestos a contribuir en todo aquello que realmente vaya en beneficio del pueblo. Por encima de nuestras posiciones políticas siempre estará el interés de las mayorías y de la nación. Incluso ofreció que economistas y técnicos del gobierno legítimo de México podrían participar en los trabajos de ajuste y reorientación del presupuesto, si así lo consideraran conveniente diputados y senadores. El remedio y el trapito, ofreció. Ojalá, remarcó, nos tomen la palabra, actúen y empiecen a poner en práctica el plan de austeridad, cuando es notoria la ineptitud y la irresponsabilidad de quien se ostenta presidente de México.
Ante miles de simpatizantes que lo acompañaron, enalteció la importancia de reducir 200 mil millones de pesos al gasto corriente del gobierno federal, que ha aumentado en los últimos dos años en 437 mil millones y se ha destinado, básicamente, a sostener estructuras burocráticas improductivas y a mantener los privilegios de altos funcionarios públicos, en la primera etapa del plan. Dijo que esto puede lograrse con la disminución de la mitad de los sueldos, desde el presidente espurio hasta los directores generales y adjuntos del Poder Ejecutivo Federal; de las percepciones de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; de los consejeros del Instituto Federal Electoral y magistrados del tribunal electoral; de diputados federales y senadores, así como suprimiendo partidas especiales y gastos superfluos.
López Obrador insistió en que con esas medidas podría incrementarse más del doble el presupuesto del Procampo; derogar el impuesto empresarial a tasa única; apuntalar con créditos baratos y a la palabra a pequeñas y medianas empresas; reducir hasta 15 por ciento los precios de gasolinas, diesel y tarifas eléctricas, y alcanzaría para destinar recursos a adultos mayores, madres solteras, personas con discapacidad, comedores populares, becas para estudiantes de escuelas públicas, atención médica y medicamentos gratuitos para quienes carecen de seguridad social.
Advirtió que insistirán, al igual que el año pasado, en la propuesta de evitar la privatización del sector energético como pretendía Felipe Calderón. Les va a tener que dar vergüenza y les vamos a estar señalando constantemente. Vamos a ir, si es necesario, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a denunciar lo que perciben los ministros. ¡Cómo que ganan 600 mil pesos mensuales!, exclamó. Con esa actitud están demostrando que no tienen autoridad moral. Señaló que este año se dedicará a defender la economía popular y recordó que en 15 días encabezará un mitin frente a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y otro el 22 de marzo, en el Zócalo.
Dijo a diputados y senadores que es momento de actuar como verdaderos representantes populares. De hablarle al pueblo con la verdad, de decirle que la política económica que se ha impuesto desde hace 26 años sólo ha beneficiado a traficantes de influencias y a políticos corruptos. Por ejemplo, citó que en 1987, cuando se desataron las privatizaciones, en la lista de la revista Forbes sólo había un mexicano con mil millones de dólares. Al finalizar el sexenio de Carlos Salinas ya eran 22, y en la actualidad sólo 10 acumulan 100 mil millones de dólares, mientras la mayoría del pueblo ha sido condenada al destierro o la sobrevivencia. En el mitin, antes de López Obrador habló la senadora Rosario Ibarra, quien recordó que ayer su hijo desaparecido, Jesús Piedra Ibarra, habría cumplido 54 años.
Horas antes se dio a conocer la decisión de la mesa directiva de la Cámara de Diputados de no recibir a López Obrador, por decisión mayoritaria de PAN, PRI y PVEM. También se supo de la llamada que hizo Beatriz Paredes a César Duarte para prohibirle encontrarse con el tabasqueño y enfatizar que éste ya había entregado una carta a diputados del Frente Amplio Progresista, y ya era suficiente. Por la mañana hubo reunión plenaria de diputados priístas para apoyar esa decisión y echar abajo el acuerdo que anunciaron los coordinadores de PT, Ricardo Cantú, y Convergencia, Alejandro Chanona, de que López Obrador sería recibido en el salón de protocolo.
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