Reynosa, campo de batalla; chocan sicarios y militares
El enfrentamiento con armas de alto poder abarcó distintos puntos de esa frontera
Siete delincuentes detenidos, entre ellos El Caramuela
Uno de los vehículos usados por los delincuentes, luego de la balacera Foto Julia Antonieta Leduc
(Corresponsalía en Reynosa, Martín Sánchez, corresponsal; Gustavo Castillo, reportero, y agencia Dpa)
Reynosa, Tamps., 17 de febrero. Elementos del Ejército y fuerzas federales se enfrentaron con sicarios en distintos puntos de esta ciudad fronteriza, con un saldo de al menos cinco muertos –cuatro delincuentes y un civil–, siete agentes heridos, 20 personas hospitalizadas por crisis nerviosas, así como daños en centros comerciales y vehículos.
Siete presuntos delincuentes –entre ellos Gregorio Sauceda Gamboa, El Caramuela, encargado del cártel del Golfo para Matamoros, Reynosa y Miguel Alemán– fueron detenidos y trasladados a la delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR), cuyas instalaciones quedaron bajo resguardo militar.
Sin embargo, las cifras oficiales, proporcionadas por fuentes de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) difieren. La primera dependencia reportó siete muertos (seis sicarios y un civil), así como tres heridos de gravedad, y la segunda dijo que eran cinco sicarios fallecidos y siete agentes federales lesionados, uno de consideración.
Según la SSP, durante los enfrentamientos los pistoleros utilizaron granadas para fusil, un mortero de 60 milímetros, armas largas y cortas. Entre los objetos que se les aseguraron se encuentran más de 50 cargadores, rifles de asalto, pistolas, chalecos antibalas y fornituras. La dependencia que encabeza Genaro García Luna informó que los tiroteos se iniciaron cuando policías federales realizaban un operativo de disuasión y vigilancia en la zona.
Luego de detectar varias camionetas sospechosas, los agentes trataron de interceptarlas, pero fueron agredidos a tiros y tras el primer choque los sicarios se resguardaron en una casa donde se enfrentaron con militares y policías durante dos horas, con saldo de –según la SSP– cinco sicarios muertos y siete uniformados heridos.
Los enfrentamientos ocurrieron simultáneamente a los bloqueos que decenas de civiles realizaron en los puentes Hidalgo, Texas-Reynosa y Pharr, en protesta por presuntos abusos de militares durante los operativos contra el crimen organizado, el alza a la canasta básica y contra el precio del diesel. Además, personas con el rostro cubierto obstruyeron los principales cruces y puentes de la ciudad colocando vehículos. En el perímetro donde tuvieron lugar los tiroteos y persecuciones existen cuatro centros comerciales y varias escuelas.
La balacera comenzó al filo de las 9 de la mañana cuando un grupo de pistoleros se topó con elementos militares en el fraccionamiento Las Fuentes. Informes extraoficiales de la procuraduría de Tamaulipas, que caodyuva en las investigaciones y tuvo a su cargo el levantamiento de los cadáveres, reportaron cinco muertos, cinco heridos de gravedad y 20 personas que recibieron atención médica por ataques de histeria al quedar en medio del fuego cruzado.
El civil que murió fue identificado como José Alejandro Rivera, de 38 años, empleado de Materiales Cantú, quien presenciaba el tiroteo cuando una bala de grueso calibre le perforó el pecho. Reportes oficiales indican que la primera balacera se suscitó en el cruce de Sexta y avenida Las Fuentes, cuando los militares le marcaron el alto a una camioneta Expedition modelo 2004, cuyos ocupantes respondieron a balazos.
Cuando los efectivos castrenses repelieron la agresión, dos de los delincuentes quedaron heridos de muerte, mientras una segunda unidad también tripulada por sicarios escapó. Fue así como se inició una persecución por la avenida Las Fuentes, donde el convoy de pistoleros dobló hacia el bulevar Hidalgo, en la zona comercial de Reynosa.
Al verse copados por los soldados, en las inmediaciones del centro comercial Plaza Real, los sicarios hicieron estallar granadas de fragmentación que dañaron varios vehículos estacionados. Sin parar la marcha de las unidades, los gatilleros continuaron en su ruta de escape; en la colonia Las Cumbres, José Alejandro Rivera, trabajador de Materiales Cantú, fue alcanzado por una bala y murió.
Otros dos cuerpos quedaron en la zona comercial de Reynosa; el primero en la calle Beethoven, de la colonia Narciso Mendoza, y otro en el bulevar Del Maestro. A su paso, el contingente de sicarios y soldados provocó gran conmoción y caos entre los habitantes de la zona más transitada de Reynosa. Los impactos de bala y las esquirlas de granada causaron severos daños en los centros comerciales Plaza Real y HEB.
Enmedio de la balacera cuerpos locales de emergencia desalojaron a los estudiantes de la primaria Felipe Carrillo Puerto y de la secundaria José Escandón, ubicadas a unos metros del lugar del tercer enfrentamiento. Al filo de las cinco de la tarde, en el puente Los Broncos se reportó una última agresión a los federales, que en forma de convoy llevaban a los siete detenidos a la delegación de la PGR.
En la ciudad de México, funcionarios de la dependencia federal indicaron que personal de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) se trasladó a Reynosa para tomar conocimiento de lo sucedido. Más tarde, el alcalde de esa ciudad, el priísta Oscar Luebbert, declaró que había regresado la calma.
Por su parte, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, reprobó los hechos y reitero su apoyo al Ejército y a las corporaciones federales; también reconoció el respaldo oportuno del presidente Felipe Calderón para velar por la paz social.
Asimismo, fuentes federales de alto nivel revelaron que uno de los siete presuntos narcotraficantes detenidos tras uno de los enfrentamientos es El Caramuela, uno de los principales operadores y jefe de sicarios del cártel del Golfo, dirigido por Eduardo Costilla, El Coss, sucesor de Osiel Cárdenas.
Siete presuntos delincuentes –entre ellos Gregorio Sauceda Gamboa, El Caramuela, encargado del cártel del Golfo para Matamoros, Reynosa y Miguel Alemán– fueron detenidos y trasladados a la delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR), cuyas instalaciones quedaron bajo resguardo militar.
Sin embargo, las cifras oficiales, proporcionadas por fuentes de la PGR y de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) difieren. La primera dependencia reportó siete muertos (seis sicarios y un civil), así como tres heridos de gravedad, y la segunda dijo que eran cinco sicarios fallecidos y siete agentes federales lesionados, uno de consideración.
Según la SSP, durante los enfrentamientos los pistoleros utilizaron granadas para fusil, un mortero de 60 milímetros, armas largas y cortas. Entre los objetos que se les aseguraron se encuentran más de 50 cargadores, rifles de asalto, pistolas, chalecos antibalas y fornituras. La dependencia que encabeza Genaro García Luna informó que los tiroteos se iniciaron cuando policías federales realizaban un operativo de disuasión y vigilancia en la zona.
Luego de detectar varias camionetas sospechosas, los agentes trataron de interceptarlas, pero fueron agredidos a tiros y tras el primer choque los sicarios se resguardaron en una casa donde se enfrentaron con militares y policías durante dos horas, con saldo de –según la SSP– cinco sicarios muertos y siete uniformados heridos.
Los enfrentamientos ocurrieron simultáneamente a los bloqueos que decenas de civiles realizaron en los puentes Hidalgo, Texas-Reynosa y Pharr, en protesta por presuntos abusos de militares durante los operativos contra el crimen organizado, el alza a la canasta básica y contra el precio del diesel. Además, personas con el rostro cubierto obstruyeron los principales cruces y puentes de la ciudad colocando vehículos. En el perímetro donde tuvieron lugar los tiroteos y persecuciones existen cuatro centros comerciales y varias escuelas.
La balacera comenzó al filo de las 9 de la mañana cuando un grupo de pistoleros se topó con elementos militares en el fraccionamiento Las Fuentes. Informes extraoficiales de la procuraduría de Tamaulipas, que caodyuva en las investigaciones y tuvo a su cargo el levantamiento de los cadáveres, reportaron cinco muertos, cinco heridos de gravedad y 20 personas que recibieron atención médica por ataques de histeria al quedar en medio del fuego cruzado.
El civil que murió fue identificado como José Alejandro Rivera, de 38 años, empleado de Materiales Cantú, quien presenciaba el tiroteo cuando una bala de grueso calibre le perforó el pecho. Reportes oficiales indican que la primera balacera se suscitó en el cruce de Sexta y avenida Las Fuentes, cuando los militares le marcaron el alto a una camioneta Expedition modelo 2004, cuyos ocupantes respondieron a balazos.
Cuando los efectivos castrenses repelieron la agresión, dos de los delincuentes quedaron heridos de muerte, mientras una segunda unidad también tripulada por sicarios escapó. Fue así como se inició una persecución por la avenida Las Fuentes, donde el convoy de pistoleros dobló hacia el bulevar Hidalgo, en la zona comercial de Reynosa.
Al verse copados por los soldados, en las inmediaciones del centro comercial Plaza Real, los sicarios hicieron estallar granadas de fragmentación que dañaron varios vehículos estacionados. Sin parar la marcha de las unidades, los gatilleros continuaron en su ruta de escape; en la colonia Las Cumbres, José Alejandro Rivera, trabajador de Materiales Cantú, fue alcanzado por una bala y murió.
Otros dos cuerpos quedaron en la zona comercial de Reynosa; el primero en la calle Beethoven, de la colonia Narciso Mendoza, y otro en el bulevar Del Maestro. A su paso, el contingente de sicarios y soldados provocó gran conmoción y caos entre los habitantes de la zona más transitada de Reynosa. Los impactos de bala y las esquirlas de granada causaron severos daños en los centros comerciales Plaza Real y HEB.
Enmedio de la balacera cuerpos locales de emergencia desalojaron a los estudiantes de la primaria Felipe Carrillo Puerto y de la secundaria José Escandón, ubicadas a unos metros del lugar del tercer enfrentamiento. Al filo de las cinco de la tarde, en el puente Los Broncos se reportó una última agresión a los federales, que en forma de convoy llevaban a los siete detenidos a la delegación de la PGR.
En la ciudad de México, funcionarios de la dependencia federal indicaron que personal de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) se trasladó a Reynosa para tomar conocimiento de lo sucedido. Más tarde, el alcalde de esa ciudad, el priísta Oscar Luebbert, declaró que había regresado la calma.
Por su parte, el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, reprobó los hechos y reitero su apoyo al Ejército y a las corporaciones federales; también reconoció el respaldo oportuno del presidente Felipe Calderón para velar por la paz social.
Asimismo, fuentes federales de alto nivel revelaron que uno de los siete presuntos narcotraficantes detenidos tras uno de los enfrentamientos es El Caramuela, uno de los principales operadores y jefe de sicarios del cártel del Golfo, dirigido por Eduardo Costilla, El Coss, sucesor de Osiel Cárdenas.
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