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Privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex), como lo propone el priista Enrique Peña Nieto, sólo dejaría latente el riesgo de una confrontación violenta, lo cual nos llevaría a más sufrimiento, inestabilidad política y social, advirtió Andrés Manuel López Obrador. Además, el precandidato presidencial único de la coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano) aseguró que la apertura de este sector a la iniciativa privada y a empresas extranjeras daría pie "al predominio del uso de la fuerza y no necesariamente a la emancipación del pueblo, y nosotros no queremos la violencia". Al encabezar en la ciudad de Tampico, Tamaulipas, el foro denominado "Energía", en el marco de su precampaña presidencial, el político tabasqueño sostuvo que si se privatiza el petróleo o se comparte la renta petrolera con empresas extranjeras, "no tendríamos realmente recursos para sacar adelante al país". "Nos oponemos a la privatización porque queremos vivir en paz, y sabemos que la paz es fruto de la justicia. Lo afirmamos con absoluta responsabilidad: si se entrega la renta petrolera a particulares, nacionales o extranjeros, no habría presupuesto, porque las empresas privadas no pagarían impuestos por más de un billón de pesos, como lo hace actualmente la industria petrolera nacional", reiteró. El virtual abanderado presidencial del bloque de izquierda sostuvo que de darse una privatización en la industria petrolera no se podría, además, industrializar a México, porque "las empresas que requieren energéticos baratos para su desarrollo quedarían a expensas de monopolios extranjeros". Por ello, enfatizó que la privatización del petróleo tampoco le conviene al sector empresarial, a los empresarios de México.
Manifestó que también "se cancelaría el futuro para millones de mexicanos; se estaría condenando al pueblo sólo a sobrevivir, a seguir padeciendo por el desempleo, y se continuaría creciendo, cada vez más, como país que exporta mano de obra a Estados Unidos". El también dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) presentó igualmente sus propuestas sobre el sector energético, y destacó que, de llegar a la presidencia de la República, "se manejará de manera integral al sector energético, como una sola empresa pública para darle más eficiencia y lograr reducir los precios de las gasolinas, el diesel, el gas y la energía eléctrica, en beneficio de los consumidores y del sector industrial". Asimismo, indicó que se explotará el petróleo y el gas con criterios de sustentabilidad y de preservación del medio ambiente; será prioritaria la inversión en exploración, y se iniciará de inmediato la construcción de cinco grandes refinerías: en Tula, Hidalgo; en Salamanca, Guanajuato; en Salina Cruz, Oaxaca; en Dos Bocas Paraíso, Tabasco, y en Atasta, Campeche.
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