LIBRO: NOVELA HISTÓRICA: GUERRA MÉXICO - EU: Eugenio Aguirre escribe sobre la gran traición

Eugenio Aguirre escribe sobre la gran traición
 Viridiana Villegas Hernández

Para su nuevo proyecto bibliográfico, Eugenio Aguirre decidió investigar y escribir una novela histórica sobre la guerra en la que México perdió más de la mitad de su territorio frente a los norteamericanos; se trata de La gran traición, donde retrata la complicidad habida entre militares y políticos mexicanos con estadounidenses, misma que aún persiste en el siglo XXI. Mientras agregaba azúcar mascabado a su café capuchino, el escritor Eugenio Aguirre nos comentó que el capítulo histórico en el que México perdió gran parte de su extensión territorial es muy poco conocido, aun- que, eso sí, asegura que el tema está muy bien documentado [a pesar de sugerirle que tal vez no todos los libros existentes sobre este pasaje son obras serias o de calidad]: -Yo diría que todos los ensayos escritos sobre aquel periodo han sido realizados con un gran esfuerzo analítico, pleno conocimiento de las fuentes y son poseedores de un trabajo historiográfico muy notable y valioso.

No hay libros deleznables: en toda obra que leamos, así sea la más elemental, encontraremos una frase brillante, un adjetivo sorprendente y/o alguna idea que no hayamos contemplado. Creo que el hecho de que alguien se haya sentado por muchas horas a trabajar en ello, por muy básico que sea, detentará (al menos) un aspecto apreciable. No obstante, señala que el problema medular del desconocimiento de la sociedad mexicana acerca de este conflicto bélico librado contra Estados Unidos "es que en las escuelas no se enseña de manera amplia, sino sólo de forma superficial (actitud que podría ser comprensible al tomar en cuenta el sentimiento de vergüenza aún persistente en México por este amargo suceso). Si lo tratáramos a fondo, entenderíamos que prácticamente fueron 13 los años cruciales para el desarrollo del país durante un siglo XIX colmado de incidentes políticos y militares que no se logra- ron apaciguar sino hasta la llegada de la paz porfiriana". Para el autor, los acontecimientos vividos durante el siglo XIX y los hechos sucedidos al correr el primer cuarto de la centuria pasada [es decir, hasta el término de la Revolución Mexicana], fueron los tiempos en los que se gestó el concepto de país que hoy tenemos: "Tras estos dolorosos y difíciles avatares, al fin la nación empezó a avanzar con cierta coherencia y cohesión". Antes de contestar qué rasgos nuevos encontró en los protagonistas involucrados en este lamentable episodio histórico durante su investigación, Aguirre enciende su cigarro y le da una buena fumada; lentamente exhala el humo para, entonces sí, continuar la charla: -No descubrí nada nuevo en estos personajes porque el ser humano se ha comportado más o menos igual desde sus orígenes; sin embargo, sí existen nuevos enfoques. Por ejemplo, me percaté del vacío referente a cómo se manejaban en ese entonces los políticos, diplomáticos y generales que acaudillaban a las fuerzas armadas mexicanas; en ese sentido, La gran traición ofrece al lector una lupa que lo ayuda a aproximarse a una serie de detalles ideológicos, de conductas y enfermedades sociales (como la esquizofrenia y demás psicopatologías de las cuales adolecieron durante esta etapa los mexicanos en su conjun- to; males que apenas comienzan a paliarse de una forma muy relativa). -Al escribir esta novela histórica, ¿qué reminiscencias de aquel entonces encontró en la actitud que hoy por hoy toma el mexicano frente al estadounidense? -Existe una especie de baja autoestima muy dolorosa... terrible. Esta obra sirve para entender por qué nos sucede esto frente a ellos, para que trabajemos y superemos este sentimiento. Es una situación real: nos encontramos frente a un sometimiento ideológico que nos ha conducido hacia la "valoración" de una cultura bastante atrabiliaria y, hasta cierto punto, mediocre: estamos impregnados de muchos con- ceptos doctrinarios recibidos a través de anuncios propagados en medios masivos de comunicación, mis- mos que fortalecen el fuerte malinchismo de nuestra sociedad. En mi experiencia como conferencista, he dado con un sector social en nuestro país que quisiera ser gringo de segunda categoría y que, por ejemplo, sacrifica sus ingresos de muchos años para enviar a sus hijos a Disneylandia o llevarlos a los come- deros de San Antonio o a los hospitales de Houston, Texas, en lugar de preocuparse por educarlos bien. -¿No considera paradójica la migración de mexicanos a territorios que antes no pertenecían a Estados Unidos, sino a nuestro país? -Se puede hablar, en términos metafóricos, de una recuperación del territorio que nos fue depredado; sin embargo, las condiciones de este regreso a las tierras que antes eran nuestras no son precisamente las ideales o las más bonancibles, pues los migrantes aún padecen muchas restricciones, son perseguidos, ¡se les trata como ciudadanos qué de segundo, de tercer nivel!; es admirable su voluntad por cambiar de vida. El fenómeno de la migración hacia el norte es consecuencia del hambre, de la falta de trabajo y la carencia de posibilidades para desarrollarse en su propio país; los beneficios sociales brindados por el Estado siguen concentrados en las grandes ciudades y en capas sociales muy determinadas, mientras que los habitantes de las zonas rurales aún permanecen marginados y sometidos. De este libro también es interesante reflexionar el México que hemos construido, pues no somos una nación homogénea sino muchos sectores con intereses, ideologías y propuestas muy distintas; por ejemplo, nada tiene que ver el mexicano de la colonia Anzures con el de la sierra tarahumara; el del barrio de Tepito es dis- tinto a los indígenas chiapanecos, así como la sociedad regiomontana es muy diferente a la yucateca. Creo que mientras no entendamos lo anterior y trabajemos en darle una ideología homogénea a este pue- blo, siempre estará sujeto a ser colonizado, esclavizado y explotado.

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