Después de que el gobierno de Vicente Fox remató, a precios de ganga, más de 8 millones de metros cuadrados de la nación, Felipe Calderón no sólo lo imita, sino que ofrece las superficies a precios irrisorios, a plazos de tres años y en cómodas mensualidades. Se trata, en su mayoría, de predios ubicados en las playas más codiciadas de México, que son prácticamente regalados a los más ricos empresarios del país por Fonatur. En beneficio de grandes empresarios, el panismo en el gobierno está acabando con uno de los más valiosos recursos del patrimonio nacional: las playas de los centros turísticos más cotizados del país. Luego de que, por medio del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), el presidente Vicente Fox entregó, a precios de ganga, enormes extensiones de las más codiciadas zonas turísticas, su sucesor, Felipe Calderón, está vendiendo lo que queda a precios irrisorios que llegan a los 6.93 pesos el metro cuadrado. Para cerrar las operaciones de compraventa, Fonatur ha recurrido incluso al despojo y amenaza de ejidatarios que reclaman los terrenos como suyos, mientras la institución los pone en manos de poderosos empresarios, como Jacobo Sacal Hob y Antonio Nazif Zacarías, Eduardo Sánchez Navarro (dueño de grupo Questro), Ricardo Benjamín Salinas Pliego (dueño de TV Azteca) y Carlos Slim, propietario de Telmex. Bajo el argumento oficial de convertir ciertas áreas en Centros Integralmente Planeados (CIP), empresarios nacionales y extranjeros fueron (y son) privilegiados con la entrega de terrenos a los precios más baratos del mercado y, en algunos casos, a largo plazo y en comodísimas mensualidades.
Además, Fonatur destina 350 millones de pesos anuales al mantenimiento de esos CIP, donde los potentados erigen sus emporios comerciales, turísticos e inmobiliarios para acrecentar sus fortunas. En su Primer Informe de Gobierno, el presidente Fox destacó, entre los programas de creación, consolidación y relanzamiento de los CIP impulsados por el Fonatur, cuatro proyectos: El mantenimiento y actualización de CIP de Cancún, Ixtapa y Los Cabos; relanzamiento de Huatulco y Loreto; lanzamiento e impulso al proyecto de Escalera Náutica del Mar de Cortés, y lanzamiento del Megaproyecto CIP Costa Maya. Con este pretexto, fueron vendidas playas de Cancún, Quintana Roo; Ixtapa, Guerrero; Los Cabos y Loreto, Baja California Sur; Huatulco, Oaxaca, y otras cercanas a las mismas. Así, pese a que no formaban parte de los proyectos, Fonatur remató playas como las de Litubú, Nayarit; Vista Pelícanos, Ixtapa, y Napolo, Baja California Sur. En el sexenio de Vicente Fox, se vendieron 3 mil 167 lotes (8 millones 476 mil 599.81 metros cuadrados) de suelo habitacional, comercial, turístico, residencial, hotelero, unifamiliar, de campo de golf o de club de playa, en un total de 6 mil 567 millones 816 mil 862 pesos. La administración de Calderón inició con la misma tendencia de venta. Con Manuel Gómez Mont como director general, el Fonatur ha vendido, del 21 de diciembre de 2006 a la fecha, 25 lotes, por los cuales ha obtenido 206 millones 370 mil 301 pesos. Pero es claro que, en los últimos nueve meses, Fonatur ha puesto los precios más bajos del mercado inmobiliario: En Vista Pelícanos de Ixtapa, por ejemplo, vendió hasta en 6.93 pesos el metro cuadrado, es decir, siete centavos más barato que un kilo de tortilla del lugar, a precio fijado por el propio Calderón.
Lo que está ocurriendo con los terrenos propiedad de la nación en México ocasionó inclusive un llamado de alerta por parte de la asociación ambientalista Greenpeace. Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de Océanos y Mares de la organización, denunció que Fonatur “extorsiona y amenaza a ejidatarios para favorecer a empresarios, como parte de su política de vender a precios irrisorios zonas costeras a desarrolladores turísticos. “En el sexenio anterior y lo que va de este –precisó., Fonatur ha utilizado métodos intimidatorios en contra de los dueños originales de terrenos de playa en las costas del Pacífico y el mar Caribe, para luego venderlos por debajo de su valor catastral; sin tomar en cuenta el daño que ocasiona a las comunidades y medio ambiente”.
Los despojos En San José del Cabo, Baja California, Fonatur comercializó 123 lotes, equivalente a una superficie de 512 mil 727 metros cuadrados, a cambio de 285 millones 230 mil 106 pesos. En este caso, uno de los mayores compradores fue Carlos Gorshtein Udinsky, accionista de Hipotecaria Nacional, con un total de 6 mil metros cuadrados. Desarrollo Marina Vallarta adquirió 44 mil 798 metros cuadrados; Arkhos Inmobiliaria, 6 mil; Construcciones JYF, 10 mil 371, y Promotora Caboley, mil 24 metros cuadrados. En Loreto, otra playa de BCS, se vendieron 238 lotes, en su mayoría de 239 a 500 metros cuadrados. Aquí destaca la empresa Los Gallos de Loreto, que obtuvo en zona urbana 20 lotes el 29 de junio de 2006, así como Clavos and Nails, que se quedó con 16 mil 705 metros, sólo que en zona para industria ligera. Napolo es otra de las zonas de Baja California Sur que más ventas ha registrado: 168 lotes, con una superficie de 264 mil 100 metros cuadrados, a un precio de 75 millones 123 mil 166 pesos. La empresa beneficiada con los terrenos denominados “turísticos hoteleros densidad alta”, “condominios vertical alta” y “área comercial turística”, es TSD Loreto Partners, Sociedad en Comandita por Acciones de Capital Variable, con una superficie de 150 mil metros cuadrados. A su vez, Los Milagros de Nopolo adquirió 23 predios que van de los 185 a los 470 metros cuadrados.
Un ejemplo que ilustra los mecanismos de despojo en que ha incurrido Fonatur se encuentra en el “Libro Blanco” del proyecto Puerto Los Cabos, en Baja California Sur. Allí se califica de “invasores” a los ejidatarios, posesionarios legítimos de los terrenos, y se da cuenta del tono de las supuestas reuniones de “avenencia”. Como en el siguiente párrafo: “Los Huerteros (ejidatarios) han sido muy intransigentes en las pláticas sostenidas, pero consideramos que se tienen los elementos suficientes como para iniciar un juicio en contra de ellos, que los obligue a recapacitar y así poder llegar a una negociación razonable, que permita recuperar esa superficie vital del terreno, que, además de haber sido aportada al fideicomiso de Puerto Los Cabos, su restauración y cuidado son una condicionante al permiso otorgado por la Semarnat.” El acta de esta reunión fue firmada por Gómez Mont, John McCarty y Eduardo Sánchez Navarro, dueño de Grupo Questro, el mayor desarrollador inmobiliario del Puerto Los Cabos y para quien el director de Fonatur negoció los terrenos. Sánchez Navarro levantó también los complejos turísticos Cabo Real, El Dorado y Campestre San José, desarrollos con hoteles, condominios, residencias, áreas comerciales y campos de golf. “Este es un ejemplo de cómo opera la política de Fonatur en el Proyecto Escalera Naútica, que toca 21 puntos del Golfo de California”, manifiesta el coordinador de la campaña de Océanos y Mares de Greenpeace, Alejandro Olivera.
Huatulco y CancúnBahías de Huatulco, en Oaxaca, es otro de los Centros Integralmente Planeados promovidos por el Fonatur. Sólo en esta zona, en el sexenio de Vicente Fox se vendieron mil 66 lotes (1.4 millones de metros cuadrados) en 633 millones 774 mil 424 pesos. Entre los compradores destacan Desarrollos Chahue, con 23 mil metros; Ricardo Benjamín Salinas Pliego, con 34 mil 945, y la compañía M.S. & JOY International, con más de 6 mil. El ayuntamiento de Santa María de Huatulco se quedó con 60 lotes. Y también en este caso hubo despojos a ejidatarios. La zona llamada Punta Maguey, polígono de 63 hectáreas, ubicada en la reserva ecológica Parque Nacional de Huatulco, fue entregada al empresario Agustín Pumarejo de la Serna, para la instalación de un desarrollo turístico promovido por el mismo Fonatur. La entrega se hizo pese a que dichas tierras habían sido expropiadas a los ejidatarios en mayo de 1989 y declaradas parque nacional el 24 de julio de 1998. Así mismo, en Cancún, Quintana Roo, Fonatur comercializó mil 133 lotes. La superficie ascendió a 5 mil 71 metros cuadrados, por la que fueron pagados 3 millones 821 mil 949 pesos. Dos de los beneficiados fueron Antonio Nazif Zacarías y Jacobo Sacal Hob, a quienes el portal de internet Latitud 21 incluye entre los “líderes de negocios en el Caribe mexicano”. De acuerdo con el sitio, el constructor de la Plaza de las Américas, Sacal Hob, no tenía un proyecto ambicioso, sino la idea de un pequeño centro comercial con una tienda de autoservicio (Chedraui), una tienda departamental, Las Galas, y alrededor de 60 locales comerciales. “Sin embargo -establece la página-, los desarrolladores de la plaza –incluido Fonatur –, con gran visión, efectuaron las adecuaciones y las inversiones necesarias (por el orden de los 60 millones de dólares) para expandirse y atender el mercado local”.
Los propios desarrolladores manifiestan: “Estamos construyendo el centro comercial Cancún Mall, ubicado en la región 228, una zona densamente poblada y prácticamente sin ningún servicio de comercios organizados. También iniciamos Plaza Las Américas, Playa del Carmen, y acabamos de adquirir, conjuntamente con otro importante grupo de desarrolladores, el predio posterior a Plaza Las Américas Cancún, para establecer el Strip Center Cancún, de 20 mil metros cuadrados aproximadamente”. En el caso del Pabellón Caribe, propiedad de Antonio Nacif Zacarías (comerciante acapulqueño), los trabajos empezaron en agosto de 2002 y finalizaron con la venta y entrega de las 70 unidades que lo componen, en septiembre de 2003, tras una inversión de 3 millones de dólares. A su llegada a Cancún, en el año 2000, la primera inversión de Nacif fue la construcción de casas y departamentos. Luego, tras aplicar un total de 6 millones de dólares en esta playa, convertida en un Centro Integralmente Planeado, en octubre de 2004 empezó la construcción de Plaza Nichupté, con una inversión de 3 millones de dólares, provista de 30 locales comerciales, restaurantes, 30 oficinas y 150 espacios de estacionamiento. Y no sólo eso, sino que en Puerto Aventuras erigió un edificio de 16 departamentos con una inversión de 2 millones de dólares. La Supermanzana IX, zona urbana 01 de Cancún resultó atractiva para Carlos Slim, quien, por medio de la empresa Alquiladora de Casas, filial de Telmex, compró 4 mil 130.53 metros cuadrados a 900 pesos el metro. En la misma zona, 2 mil 807.14 metros fueron adquiridos por Homero Cárdenas Garza y Guillermo Prieto Treviño, éste último, presidente de la Bolsa Mexicana de Valores.
A Su Vez, anduvo de compras Rómulo Farrera Escudero, quien dirige el Grupo Farrera, el cual distribuye marcas como GM, BMW, Nissan, Honda, Chrysler, Peugeot y Mitsubishi, compró 10 mil 551 metros. Cerca de la Supermanzana X, Hospital Angeles Cancún, Olegario Vázquez Aldir –hijo de Olegario Vázquez Raña, propietario del Grupo Angeles y del periódico Excélsior– obtuvo 25 mil 728 metros cuadrados, pero con un precio especial, aún más bajo: 310 pesos el metro. En el 2004, Jacinto Javier Olivera Iglesias se hizo a su vez de 15 mil 239.25 metros cuadrados en la Supermanzana X. Pese a que, en ese mismo año, Olivera Iglesias era funcionario del Infonavit, dentro de la Comisión Consultiva Regional Sector Empresarial de Cancún. Aparte de los empresarios mexicanos, Cancún atrajo a muchos extranjeros, principalmente españoles, como las empresas Hospiten México, Inmuebles Cantabria y Jocama.
Ixtapa y Litubú
En Ixtapa, Guerrero, se remataron 400 lotes, equivalentes a una superficie de 569 mil 184.39 metros cuadrados, por un importe de 463 millones 357 mil 163.28 pesos. Paul David Carstens -donante de la Universidad Iberoamericana, consejero del Grupo IXE y del Grupo Bimbo-, obtuvo 16 mil metros cuadrados, a 990 pesos el metro; en tanto que Adriana Calderoni Covarrubias, esposa de Alfredo Harp Helú, consiguió superficies tipo turístico residencial a precios de ganga: 578 pesos el metro cuadrado. Pero el consorcio que se quedó con la mayor superficie fue Inmuebles Cantabria, S.A de C.V, compañía española que obtuvo cerca de 40 mil metros cuadrados a 975 pesos cada uno, tanto en zona turística-residencial como turística-residencial de densidad media. Por lo que se refiere a las playas de Litubú, Nayarit, fueron entregadas a sólo tres consorcios. Aquí se vendieron 13 lotes con una superficie de 494 mil 385 metros cuadrados, por un total de mil 147 millones 552 mil 104 pesos. La mayor parte de estas áreas quedaron en manos de los Servicios Financieros de Yucatán, Inmobiliaria Fadesamex y GA Litubú.
Pese a que uno de los argumentos para que Fonatur intervenga en la venta de terrenos propiedad de la nación es aumentar la disponibilidad de cuartos de hotel e incrementar el turismo, durante todo el sexenio de Vicente Fox la disponibilidad varió muy ligeramente e inclusive en algunas zonas turísticas disminuyó, según lo demuestran sus seis informes de gobierno; al mismo tiempo que el turismo nunca repuntó y, también en este caso, en algunas ocasiones fue a la baja. Y, como si estos hechos no se hubiesen registrado, continúa la venta de las mejores playas de México a precios de ganga, como puede verse en la página de internet del Fonatur, que actualmente oferta 274 lotes en los mejores centros turísticos. Según la página web, estos terrenos pueden adquirirse hasta en cómodas mensualidades a un plazo de tres años…
PROCESO NO. 1615, 14 OCT. 2007 PÁG. 42.
Kikka Roja