CONLUSION Y FINAL DE LOS DEBATES AL PUBLICO. CIERRE DE LOS FOROS.
Manuel Barttlet Díaz, Carlos Loperena Ruiz, Pedro López Elias, Nestor García R, Humberto Lira Mora, Miguel Estrada Sámano, Alfredo Jalife Rahme, Víctor Flores Olea
CON MUY POCA DIGNIDAD LOS PANISTAS PERDIERON EL DEBATE NACIONAL
Militares BLACK WATER el despojo con violencia y represión al pueblo.
ESTA ES LA TRAMPA QUE CALDERON NOS QUIERE IMPONER.
No contraviene leyes nacionales que Pemex se someta a tribunales externos
EL DESPOJO CON VIOLENCIA, ASESINAR A LOS MEXICANOS.
Víctor Ballinas y Andrea Becerril El abogado general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Néstor García Reza, y tres consultores sostuvieron que no hay nada en las iniciativas presidenciales que contravenga el derecho mexicano y la soberanía nacional al permitir que la paraestatal se someta a la jurisdicción de tribunales internacionales.
Miguel Estrada Sámano licenciadillo de cuarta, Elitista nacido de la mala entraña, sin calidad humana panista (arrogante) no dio argumentos porque causan honoriarios, mandó a estudiar kinder a los Senadores, dice que la geopolitica nada tiene que ver con lo jurídico y maltrató a los invitados representantes del pueblo humilde.
Miguel Estrada Sámano es la viva representación del profundo desprecio a México, según él no hay mexicano que tenga varias virtudes y habilidades mayores que las suyas.
Propone Estrada Sámano que si nos roban por la fuerza el petróleo cuando se apruebe la reforma calderonista, siempre hay un tribunal para quejarse, antes de que se derrame la sangre del ciudadano despojado. Miguel Estrada Sámano ANCIANO PERRO DEL MAL. Oscuro y profundamente MEZQUINO, un personaje como no pensé que existieran.
AUDIOS: Santiago Creel Senador Labastida
Ronda de Posicionamiento Preguntas CONCLUSIÓN invitados ponentes Iniciativa energética significa dependencia geopolítica: Jalife Rahme
México, DF. El analista geopolítico Alfredo Jalife señaló que la iniciativa propuesta por la administración federal “exhibe perturbadores elementos balcanizadores al haber fracturado a la nación” y se enfoca a la dependencia energética, por lo que consideró que por “simple geoestrategia de seguridad nacional, el Congreso tiene la misión histórica de rechazar la reforma fiscalista neoliberal”. Al presentar una incisiva crítica en el debate organizado por el Senado, el columnista de La Jornada señaló que el principal defecto de dicha propuesta está desfasada de la nueva correlación de fuerzas a nivel mundial, en el que destaca la crisis financiera del G7 y la OTAN, “el desmoronamiento del neoliberalismo global, la decadencia de Estados Unidos, así como la crisis de alimentos y el cambio climático”. El catedrático de la UNAM también explicó que si bien la iniciativa señala que busca modernizar el sector energético, las prácticas de renacionalización o desprivatización significa “la verdadera modernidad” toda vez que las trasnacionales privadas como Exxon Mobil ha sufrido un desplome en sus reservas, y según publicó el Financial Times están en plena decadencia. Este mismo rotativo, dijo, cataloga que la “nueva modernidad” está ejemplificada con las industrias nacionales petroleras de Rusia, Arabia Saudita, Irak, Chian, Venezuela y Brasil. En este último país, comentó, cunde una presión gubernamental, empresarial y ciudadana para renacionalizar a Petrobras. Otro caso que recuperó para ilustrar esta tendencia fue Rusia en el pasado gobierno de Vladimir Putin, quien estableció una ley que restringe la inversión foránea en 42 sectores estratégicos. Asimismo, optó por una política moderada de producción para poder legar sus reservas a futuras generaciones. En ese sentido, Jalife Rahme destacó que la conservación de reservas de hidrocarburos también es un factor de ganancia, por lo que no debe apostarse a una acción “despilfarradora mediante una producción desbrujulada”. Y México, agregó, “quema en forma esquizofrénica el gas en el sur y lo importa del norte”. Por ello, precisó, en el nuevo orden mundial el problema no es de inversiones foráneas ni de tecnología, sino “geopolítico y catastral”. En ese mismo sentido mencionó que en futuro el gas será de mayor mayor relevancia debido a su menor contaminación y su mejor capacidad energética, y la “reforma calderonista no se ha enterado de la guerra de oleducto en el Cáucaso y de la consideración expuesta por The Economist, que sostiene que “en esa región se puede escenificar, por los gasoductos y oleoductos, la tercera guerra mundial. El especialista también advirtió que la iniciativa constituye un “eslabón de avanzada en aplicación de planes neoliberales promovidos por Estados Unidos”, mismo que quedan asentados en un documento titulado “Los nuevos horizontes”, publicado en septiembre de 2001 por el Centro Estratégico de Estudios Internacional, con sede en Nueva York, y que cuatro años después comenzó a concretarse con el acuerdo del ASPAN firmado por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México. Para finalizar, el analista cuestionó las razones por las cuales las autoridades mexicanas han ignorado las “alertas geopolíticas” de Estados Unidos y Rusia que defienden sus hidrocarburos como armas estratégicas. La reforma de Calderón, agregó, “se abre temerariamente a la participación rentista de parte de sus competidores extranjeros, cuando hay que cerrar ventanas domésticas frente a vendavales externos con el fin de meditar sabiamente sobre alcances de exequias del viejo orden mundial unipolar y su también caduco orden geoenergético trasnacional”. Hoy quien domina el petróleo, los alimentos y el agua, controla al mundo. Nosotros no queremos dominar al mundo, pero no queremos que nos controlen, concluyó. |
- El plan de Calderón responde a presiones de Estados Unidos, afirman analistas
- Convocan a evitar que tribunales externos decidan sobre Pemex
- Establece el dominio de las trasnacionales, afirma Bartlett Díaz
- Va contra la tendencia a nacionalizar los energéticos, sostiene Jalife-Rahme
- El rechazo es mayoritario: Flores Olea
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
Durante el último foro de debate sobre la reforma petrolera, Manuel Bartlett Díaz, Alfredo Jalife-Rahme y Víctor Flores Olea alertaron sobre los riesgos de aprobar las iniciativas del Ejecutivo federal, porque responden a presiones económicas y geopolíticas de Estados Unidos y, en contra de la tendencia mundial de nacionalizar los recursos energéticos, proponen la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).En el foro realizado en el patio central de la Cámara de Senadores, Bartlett Díaz pidió a los legisladores dictaminar contra “las iniciativas del Ejecutivo”, porque vulneran la soberanía nacional y establecen el dominio de las trasnacionales.El embajador Flores Olea, a su vez, reivindicó la consulta ciudadana sobre las iniciativas en materia energética, que se realizará el próximo domingo, e hizo un exhorto a quienes votarán la reforma a “no permanecer sordos a algo que ya se presenta como el clamor de las inteligencias de este país, que es el rechazo mayoritario a las iniciativas de Calderón”.
Contra la privatización silenciosa
Fue el foro número 21, con el tema Relaciones con compañías extranjeras y jurisdicción de tribunales extranacionales, y ahí el analista Jalife-Rahme recalcó que el último “recurso tangible” que queda a Pemex “para no pasar a la irrelevancia como una vulgar franquicia de las trasnacionales”, es “la preservación absoluta e integral de sus hidrocarburos”. Eso significaría, afirmó, obtener “la segunda independencia”.Sin embargo, recalcó, “la reforma calderonista”, contra la tendencia de “los tiempos presentes” de “desprivatización y restatización” de los hidrocarburos, pretende decretar “la privatización silenciosa y oficiosa de Pemex” frente a competidores globales de menor ranking, como la española Repsol.Al presentar su ponencia, Bartlett Díaz recalcó que “el plan Calderón” asume “dócilmente” un nuevo orden internacional petrolero, impuesto por los países consumidores de crudo, por el que se protege la inversión por encima del recurso natural.El político priísta y ex senador de la República insistió: dentro de la red de tratados y contratos que conforman el “nuevo orden internacional del petróleo”, la pieza clave es la imposición del arbitraje internacional, ya que sustrae el petróleo de la jurisdicción nacional, obligando a los países a someterse a tribunales extranacionales, creados por ellos, en los que se imponen los privilegios concedidos a la inversión, bajo la amenaza de sanciones, embargos”.De esa forma, explicó, cualquier cambio que pretenda el país productor es impugnado en el exterior, y la soberanía legislativa, administrativa y fiscal se pierde. Utilizan a la empresa pública para simular control nacional, aunque el “nuevo régimen global” reduce los derechos soberanos de los estados, porque una vez que las empresas extranjeras entran, los derechos de dominio eminente sobre el petróleo se subordinan a los tratados internacionales.“El país es dueño del petróleo, en principio, pero su explotación se somete a los derechos supremos del capital”, recalcó el ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Puebla. Resaltó que “la sumisión del modelo Calderón a intereses externos” se manifiesta en “acuerdos orientados a integrar el petróleo mexicano al mercado de Estados Unidos”.Bartlett citó el Informe Cheney, de 2001, en el cual se define como meta lograr mercados energéticos unificados y aprovechar para ello el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.Aludió también al proyecto energético contenido en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, donde se impulsan medidas privatizadoras de los energéticos.Bartlett, quien se llevó ayer una de las ovaciones más prolongadas de los foros de debate, hizo un análisis de las seis iniciativas y, a manera de conclusión, expuso que “el modelo Calderón” es el mismo que permitió privatizar a la brasileña Petrobras. Son propuestas que van en contra de la tendencia mundial en la que los países productores aseguran sus reservas y recortan privilegios a las trasnacionales. Puso como ejemplos que Estados Unidos impidió a China comprar una petrolera estadunidense y que Rusia recupera ahora “lo que cedió Yeltsin”.
Fue el foro número 21, con el tema Relaciones con compañías extranjeras y jurisdicción de tribunales extranacionales, y ahí el analista Jalife-Rahme recalcó que el último “recurso tangible” que queda a Pemex “para no pasar a la irrelevancia como una vulgar franquicia de las trasnacionales”, es “la preservación absoluta e integral de sus hidrocarburos”. Eso significaría, afirmó, obtener “la segunda independencia”.Sin embargo, recalcó, “la reforma calderonista”, contra la tendencia de “los tiempos presentes” de “desprivatización y restatización” de los hidrocarburos, pretende decretar “la privatización silenciosa y oficiosa de Pemex” frente a competidores globales de menor ranking, como la española Repsol.Al presentar su ponencia, Bartlett Díaz recalcó que “el plan Calderón” asume “dócilmente” un nuevo orden internacional petrolero, impuesto por los países consumidores de crudo, por el que se protege la inversión por encima del recurso natural.El político priísta y ex senador de la República insistió: dentro de la red de tratados y contratos que conforman el “nuevo orden internacional del petróleo”, la pieza clave es la imposición del arbitraje internacional, ya que sustrae el petróleo de la jurisdicción nacional, obligando a los países a someterse a tribunales extranacionales, creados por ellos, en los que se imponen los privilegios concedidos a la inversión, bajo la amenaza de sanciones, embargos”.De esa forma, explicó, cualquier cambio que pretenda el país productor es impugnado en el exterior, y la soberanía legislativa, administrativa y fiscal se pierde. Utilizan a la empresa pública para simular control nacional, aunque el “nuevo régimen global” reduce los derechos soberanos de los estados, porque una vez que las empresas extranjeras entran, los derechos de dominio eminente sobre el petróleo se subordinan a los tratados internacionales.“El país es dueño del petróleo, en principio, pero su explotación se somete a los derechos supremos del capital”, recalcó el ex secretario de Gobernación y ex gobernador de Puebla. Resaltó que “la sumisión del modelo Calderón a intereses externos” se manifiesta en “acuerdos orientados a integrar el petróleo mexicano al mercado de Estados Unidos”.Bartlett citó el Informe Cheney, de 2001, en el cual se define como meta lograr mercados energéticos unificados y aprovechar para ello el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.Aludió también al proyecto energético contenido en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, donde se impulsan medidas privatizadoras de los energéticos.Bartlett, quien se llevó ayer una de las ovaciones más prolongadas de los foros de debate, hizo un análisis de las seis iniciativas y, a manera de conclusión, expuso que “el modelo Calderón” es el mismo que permitió privatizar a la brasileña Petrobras. Son propuestas que van en contra de la tendencia mundial en la que los países productores aseguran sus reservas y recortan privilegios a las trasnacionales. Puso como ejemplos que Estados Unidos impidió a China comprar una petrolera estadunidense y que Rusia recupera ahora “lo que cedió Yeltsin”.
Reduccionismo fiscalista
Asimismo, el analista político Jalife-Rahme sostuvo que “la reforma calderonista peca de reduccionismo fiscalista neoliberal” y evade la brújula geoestratégica “al desconectarse ingenuamente de la realidad internacional y su nueva correlación de fuerzas”.Las nuevas “siete hermanas” del siglo XXI, manifestó, son las principales empresas estatales del mundo, entre ellas Gasprom, de Rusia; Aramco, de Arabia Saudita; Nioc, de Irán; Petrochina; Petronas, de Malasia; PDVSA, de Venezuela. y Petrobrás, de Brasil, las que “han desplazado a las otrora omnipotentes trasnacionales privadas anglosajonas”, que en la década de los 70 llegaron a controlar hasta 80 por ciento de las reservas mundiales.Destacó que sorprende que México ignore, “a riesgo de su propio suicidio, las alertas geopolíticas de las dos principales potencias nucleares: Rusia y Estados Unidos, que definen los hidrocarburos como ‘arma estratégica’”.Por su parte, Flores Olea, quien fue, entre otras cosas, embajador de México ante la Unión Soviética, representante ante la UNESCO y director de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, calificó la reforma de Calderón de “simple y simplista, porque ante los reales problemas del país y de Pemex se conformó con una salida de coyuntura”.Durante los 21 foros de discusión que se han realizado en la Cámara de Senadores “se ha rechazado mayoritariamente la iniciativa, porque carece de visión estratégica; pero además, Felipe Calderón parece ignorar que los países con el mayor crecimiento son los que se han alejado de las reformas estructurales del Consenso de Washington y que, en este tiempo, a diferencia de lo que ocurre en México, se reafirma cada vez más la rectoría del Estado en materia económica y también en materia de hidrocarburos”.En una materia tan grave como la reforma de Pemex, agregó, “resulta muy importante la consulta pública que se pondrá en marcha” y que debiera aplicarse siempre que se pretendan “modificar las decisiones fundamentales del pueblo de México, como ésta, recogida en el artículo 27 constitucional sobre el dominio directo e imprescriptible de la nación sobre los yacimientos petroleros y otras riquezas del subsuelo”.Bartlett, en tanto, propuso que se exija a Calderón que detenga la destrucción de Pemex y que se finquen responsabilidades a quienes han propiciado “el desastre petrolero”.
García Reza niega la privatización; “¿hablamos de un fantasma?”, revira Bartlett
Terminan foros con áspera discusión entre funcionario de Pemex y ponentes
El plan de acudir a tribunales foráneos enfrenta a consultores con Jalife-Rahme y Flores Olea
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
FOTO Néstor García Reza, Manuel Bartlett Díaz, Alfredo Jalife-Rahme y Pedro López Elías, durante el último foro de discusión acerca de la reforma energética, en el patio central de la Cámara de Senadores
“¿Estamos discutiendo sobre un fantasma?”, preguntó el ex senador por el PRI Manuel Bartlett Díaz al abogado general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Néstor García Reza, y a legisladores del PAN que ayer, al concluir los foros de debate sobre la reforma energética, insistieron en que la propuesta del presidente Felipe Calderón no privatiza la industria petrolera.Todas las privatizaciones en el mundo siempre se han hecho con mentiras y ésta no es la excepción, resaltó el político priísta, quien detalló que en las seis iniciativas de Calderón todas las funciones reservadas a Pemex pasan a terceros, que son los que se encargarán de la exploración, explotación, refinación, el transporte y la comercialización del crudo.“La cuenca gasera de Burgos es explotada por extranjeros y Pemex no está ahí para nada. Qué, ¿eso no es privatizar?”, insistió Bartlett, quien ayer participó en el foro con el que culminó el debate en la Cámara de Senadores, invitado no por su partido, el tricolor, sino por el Frente Amplio Progresista (FAP).
El caballo de Troya
Bartlett, junto con Alfredo Jalife-Rahme y Víctor Flores Olea, se enfrentó al funcionario de Pemex y a tres consultores que defendieron que la paraestatal acepte acudir al arbitraje internacional y a tribunales extranjeros en caso de enfrentar litigios con empresas contratistas.El embajador Víctor Flores Olea advirtió al funcionario: “Si usted les da una pequeña rendija, se mete por ahí el caballo de Troya”, es decir, en poco tiempo México tendría todas las presiones y exigencias de los extranjeros para que sean ellos los primeros en aprovechar el petróleo de nuestro país.Esto, porque durante el debate entre ponentes y posteriormente entre éstos y los legisladores, García Reza insistió en que “privatizar sería vender la empresa y sus activos, situación que no existe”. Hoy día, agregó, “se celebran contratos con diferentes empresas nacionales y extranjeras que son únicamente para la mejor consecución de las actividades de Pemex”.Su postura fue secundada por el senador por el PAN Fernando Elizondo, quien reconoció que si bien los países exitosos han retomado el control de sus energéticos, eso no significa que estén cerrando sus puertas a la contratación.Con base en ese razonamiento, quien fue secretario de Energía durante el sexenio de Vicente Fox planteó que en lugar de discutir con base en privatizaciones o no privatizaciones, se discuta si es preferible crear empleos en Texas o en la India.Llamó a no ver al exterior “con complejo de inferioridad, la de inseguridad en nosotros mismos, la de enconcharnos, la de cerrar las ventanas a los vientos de la globalización”.Alfredo Jalife-Rahme, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, le respondió que él no tiene ningún complejo de inferioridad y que en aras de la superioridad sería bueno capacitar, por ejemplo, a los ingenieros mexicanos con el propósito de que adquieran la tecnología para perforar en aguas profundas del Golfo de México.De lo contrario, agregó, con la entrada de empresas extranjeras a explotar el petróleo, México se convertirá en un “valet parking” de las trasnacionales. No es ningún secreto, afirmó, que Estados Unidos quiere el petróleo mexicano, “lo dicen abiertamente” y hay versiones de que “hasta el Pentágono ya está vigilando nuestros yacimientos”.Bartlett Díaz, Jalife-Rahme y Flores Olea se confrontaron después con el consultor en materia internacional Miguel Estrada Sámano, quien desde el principio descalificó las intervenciones de los tres por no centrar la discusión en criterios jurídicos y aludir al entorno geopolítico, y los llamó “despistados” por criticar la pretensión de que Pemex se subordine a tribunales extranacionales.Jalife-Rahme le respondió que su postura “no sólo es reduccionista, sino muy ingenua” desde el punto de vista geopolítico. Le recordó que en diciembre de 1938 el entonces presidente Lázaro Cárdenas rechazó recurrir al arbitraje internacional, lo cual “tira de tajo su postura de que es la panacea para resolver la copropiedad entre las empresas anfitrionas y las extranjeras.Bartlett, a su vez, le dijo a Estrada Sámano que a lo mejor él está en “kindergarden en cuestiones de tribunales internacionales, pero otros en el kínder en asuntos del petróleo”.Concluyó así el foro de discusión número 21 que trató sobre Relaciones con compañías extranjeras y jurisdicción de tribunales extranacionales; uno de los 17 temas que 162 ponentes debatieron durante los recientes dos meses y 10 días.Ayer, como fue la constante en los foros, el tarjeteo de asesores gubernamentales a los legisladores del PAN fue incesante.En el lugar que ocuparon los diputados del blanquiazul Juan José Rodríguez Prats y Jorge Nordhausen quedó un mensaje escrito a mano, en el que algún asesor les dice: “Si a este ejemplar del PT le ayudan a terminar la primaria y lo desparasitan, puede ser que alcance a darse a entender”.Uno de los ponentes más felicitados fue Bartlett, aunque la mayoría de abrazos provino de los integrantes del FAP, que por la noche ofrecieron una cena a unos 40 invitados que acudieron al Senado a analizar el contenido de las iniciativas de Calderón.Al final, el perredista Carlos Navarrete reiteró que el gobierno federal debe reconocer que durante el debate senatorial fueron derrotadas sus iniciativas.
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Kikka Roja