Thu, 18 Sep 2008 15:58:56 GMT
JUAR! JUAR!
Lo castigan: EL CHISME NO OFICIAL AQUÍ
AL RATO REGRESA EL PATÁN, la grosería es lo de menos,
grosero su panismo
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AL RATO REGRESA EL PATÁN, la grosería es lo de menos,
grosero su panismo
Hoy insulté al aire. Dije la palabra “pendejadas”, no sé si Gobernación me vaya a multar por eso, pero en este momento es la última de mis preocupaciones. ¿Qué si lo pensé antes de decirlo?, lo habré pensado uno o dos minutos.
Después de haber escuchado al Secretario de Salud relatar que en los últimos cinco años hay 30 por ciento más de consumidores de droga, que se duplicó el número de mujeres que les entran a los estupefacientes, que a los adolescentes les dan gratis la marihuana al meterlo en la ruta de la adicción y que los niños de 12 años están drogándose, la verdad es que me asuste, me indigne y me quedé pensando en mis dos hijos y qué panorama enfrentarán la próxima década cuando sean adolescentes.
Las cifras, como se lo dije de frente al doctor Córdova Villalobos, me parecen un fracaso gubernamental. Fracaso de todos los gobiernos de todos los partidos. Pero también un fracaso de la sociedad y ahí fue cuando me nació súbitamente la idea de que no podía dejar pasar estos datos como cualquier otra noticia, que tenía que sacudir a quien nos estuviera viendo, sobre todo si eran jóvenes. Y entonces me decidí a intentar sacudir la mirada y los oídos echando mano de este vocablo mexicanisimo, frecuentemente usado y que forma parte del lenguaje habitual de aquellos a quienes me quería yo dirigir: chavas y chavos.
Les dije, a título personal, que dentro de un escenario rebasado por la penetración de la droga a todos los niveles, no creyeran que una “fumadita de mota” era para echar relajo, sino que es la ruta inequívoca a la muerte, por la vía de la adicción o por la vía de la participación en los cárteles que han quebrado los valores del país.
Si hice bien o hice mal, eso me dirán ustedes. Pero en ese momento, alimentado por un México violento al que le pega el terrorismo, fue lo que me vino a la mente.
Después de haber escuchado al Secretario de Salud relatar que en los últimos cinco años hay 30 por ciento más de consumidores de droga, que se duplicó el número de mujeres que les entran a los estupefacientes, que a los adolescentes les dan gratis la marihuana al meterlo en la ruta de la adicción y que los niños de 12 años están drogándose, la verdad es que me asuste, me indigne y me quedé pensando en mis dos hijos y qué panorama enfrentarán la próxima década cuando sean adolescentes.
Las cifras, como se lo dije de frente al doctor Córdova Villalobos, me parecen un fracaso gubernamental. Fracaso de todos los gobiernos de todos los partidos. Pero también un fracaso de la sociedad y ahí fue cuando me nació súbitamente la idea de que no podía dejar pasar estos datos como cualquier otra noticia, que tenía que sacudir a quien nos estuviera viendo, sobre todo si eran jóvenes. Y entonces me decidí a intentar sacudir la mirada y los oídos echando mano de este vocablo mexicanisimo, frecuentemente usado y que forma parte del lenguaje habitual de aquellos a quienes me quería yo dirigir: chavas y chavos.
Les dije, a título personal, que dentro de un escenario rebasado por la penetración de la droga a todos los niveles, no creyeran que una “fumadita de mota” era para echar relajo, sino que es la ruta inequívoca a la muerte, por la vía de la adicción o por la vía de la participación en los cárteles que han quebrado los valores del país.
Si hice bien o hice mal, eso me dirán ustedes. Pero en ese momento, alimentado por un México violento al que le pega el terrorismo, fue lo que me vino a la mente.
Kikka Roja